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Gobierno de Colombia
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No se necesitaba una reforma en el Congreso

No se necesitaba dividir a Colombia para crear una nueva Colombia. Eso lo debía tener claro ese gran amigo del papa Francisco que es Petro

Votación de la consulta popular en el Senado de la República en Bogotá, el 14 de mayo.
Juan Pablo Calvás

El ocaso de un gobierno empieza más o menos por estas fechas, cuando ya en días calendario falta un año para que las urnas y los votos vuelvan a ser los protagonistas y un nuevo gobierno se vislumbre con sus siempre esperanzadoras promesas. Y aunque aún queda un año por delante, para muchos observadores de la política, a estas alturas, lo que se hizo se hizo, y lo que se dejó de hacer ya no tiene mucho chance de llevarse a cabo.

Ojalá el tiempo que queda sirva para que los trabajadores de Colombia puedan gozar de mejores garantías para el desempeño de sus oficios. Ojalá que la salud de los colombianos pueda recuperar lo perdido en los últimos meses en términos de oportunidad y acceso a tratamientos. Ojalá vuelva la seguridad perdida en zonas periféricas, pero no menos importantes, como el Catatumbo, el Cauca, el Guaviare y el Magdalena Medio. Ojalá se recupere el diálogo necesario entre las diversas visiones de país. Ojalá…

Ojalá el presidente Petro y los miembros de su Gobierno tengan la entereza suficiente para reconocer que, pudiendo hacer mucho, prefirieron hacer poco. Porque, así como ocurrió con la reforma laboral, no puede ser que la culpa de todo en Colombia sea del Congreso, de la oposición, de los empresarios, de los medios, de las altas cortes, de los exministros, de Estados Unidos, como si los anteriores fueran gobierno y el Gobierno estuviera maniatado por ellos para ejecutar, que es a lo que se dedica el Poder Ejecutivo.

No se necesitaba una reforma en el Congreso para que el Ministerio de Educación le cambiara la cara a la educación básica y media, para que esta tuviera no solo mejores profesores sino también mejores aulas. ¿Por qué no se hizo? No se necesitaba una reforma en el Congreso para que por una vez se nombraran interventores decentes para hacerse cargo de las EPS bajo control de la Superintendencia de Salud. Pero se prefirió seguir por la senda de administradores pillos y mediocres que, en lugar de administrar para sanear y recuperar, se dedicaban a hacer negocios para unos pocos y marchitar a las tales EPS. No se necesitaba una reforma en el Congreso para ofrecer salud de calidad a los profesores. Pero prefirieron hacerle una cirugía plástica al corrupto sistema que venía antes y que hoy sigue operando, eso sí, con peor atención para los maestros.

No se necesitaba una reforma en el Congreso para evitar que los grupos narcotraficantes incrementaran su guerra en las zonas rurales, dejando tras de sí desplazados y muerte. Pero se prefirió apostar por una paz (cosa loable) y cuando los ilegales empezaron a traicionar la buena voluntad del Gobierno, se prefirió seguir actuando como novio bobo, al que le ponen los cachos, pero sigue convencido de que su pareja va a cambiar.

No se necesitaba una reforma en el Congreso para acabar con la corrupción en la Policía Aduanera. No se necesitaba una reforma en el Congreso para acabar con la miseria que son los contratos de prestación de servicios que esclavizan a decenas de miles de colombianos a nivel estatal. Simplemente era cuestión de abrir poco a poco espacio a la formalización. No se necesitaba una reforma en el Congreso para que los funcionarios del Gobierno dejaran la codicia y en vez de robar y ayudar a robar se dedicaran a hacer por los colombianos. Pero ya sabemos qué pasó. No se necesitaba dividir a Colombia para crear una nueva Colombia. Eso lo debía tener claro ese gran amigo del papa Francisco que es Petro, pues si Francisco iba lentamente con sus cambios era para no generar división dentro de la Iglesia. Buen pastor no es el que mata a la mitad de su rebaño para hacer su carga más ligera, sino aquel que con cuidado lo lleva para que sin sobresaltos arribe completo a su destino.

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