‘Sexilio’ en Estados Unidos: cientos de personas trans estadounidenses buscan refugio de Trump en Canadá
Las políticas tránsfobas del republicano desatan el pánico en las personas LGTBIQ+ y disparan las solicitudes de asilo, que se han multiplicado por 10 en lo que va de año

“En las primeras 24 horas tras la reelección de Trump, recibimos 1.177 solicitudes de ayuda procedentes de Estados Unidos. El 51 % de estas solicitudes eran de personas trans: 35 % de mujeres trans, 16 % de hombres trans”, cuenta Timothy Chan, portavoz de Rainbow Railroad, una ONG con oficinas en Canadá y EE UU que ayuda a personas LGTBI+ en situaciones de persecución y violencia a empezar una vida en otro país. Invadidas por el pánico ante un Gobierno que amenaza sus derechos civiles, muchas personas LGTBI+ estadounidenses, especialmente trans, buscan emigrar a Canadá. Algunas, incluso, solicitando asilo humanitario. Hannah Kreager, estadounidense de 22 años, es una de ellas.
Hace tres meses, Kreager decidió que era el momento de irse de su país. “El Gobierno federal [de EE UU] está amenazando con criminalizar las identidades trans”, detalla. Por ello, en abril, condujo más de 1.600 kilómetros desde su ciudad natal, Tucson (Arizona), hasta Calgary, en la provincia canadiense de Alberta, donde reside desde entonces.
Como ella, muchos ciudadanos estadounidenses han valorado la huida al vecino del norte. La avalancha de solicitudes de ayuda recibidas en un solo día por Rainbow Railroad representa “el mayor número recibido en un solo día procedente de un mismo país”, remarca Chan. Para ponerlo en perspectiva, en el punto álgido de la crisis de Afganistán (en agosto de 2021), el pico de solicitudes diarias fue de 119.
“En lo que llevamos de 2025, hemos recibido 3.524 solicitudes de residentes en EE UU; un aumento del 994% en comparación con el mismo periodo del año anterior”, incide Chan. Para hacerse una idea de la escala de la crisis, la organización recibe una media de 10.000 peticiones anuales procedentes de todo el mundo. Esta ONG —cuyo nombre recuerda a Underground Railroad, el tren clandestino, la red de rutas secretas consolidada en el siglo XVIII para trasladar a personas negras de zonas esclavistas de EE UU a territorios abolicionistas— colabora desde junio de 2023 con el programa de Refugiados Asistidos por el Gobierno de Canadá, a través del que diferentes organizaciones remiten al Ejecutivo canadiense los perfiles de potenciales refugiados que buscan asentarse en el país.
“Ha habido amenazas de implementar leyes de ‘fraude de género’ [que tipifican como delito que documentos oficiales muestren un género distinto del registrado al nacer]. Están modificando la normativa de identificación para votar, exigiendo que todos los documentos de identidad coincidan, lo que impediría que personas como yo pudiéramos votar”, relata Kreager. “Están borrando información sobre personas trans de sitios web del Gobierno y están fomentando comportamientos peligrosos en la sociedad: ahora hay civiles que se sienten empoderados para actuar con odio sin ser castigados por ello”, continúa.
El pasaporte y acta de nacimiento de Kreager no reflejan ni su nombre ni su género: “Empecé a escuchar historias de personas trans con marcadores X [que indica que la persona no se identifica ni con el género masculino ni con el femenino] en sus documentos ―como yo― a quienes les devolvían los pasaportes triturados cuando intentaban actualizarlos”, agrega.
Un rumor sobre la posible implementación de la ley marcial, que empezó a circular en las redes sociales en abril, la llevó a tomar la decisión de dejar el país, pues la idea de vivir en un Estado policial sin la documentación en regla no le parecía una opción viable.

En realidad, Kreager supo que quería irse “en cuanto Trump ganó su segundo mandato”. Durante su campaña electoral, Trump hizo gala de un discurso profundamente anti trans: se comprometió a revertir derechos consolidados si era elegido, y juró, entre otras cosas, castigar a los médicos y hospitales que proporcionasen programas de afirmación de género, o prohibir a las mujeres trans competir en eventos deportivos. Desde que tomó posesión del cargo, y cumpliendo con sus promesas electorales, el presidente estadounidense ha firmado 12 órdenes ejecutivas anti trans, según recoge Trans Legislation Tracker, una organización de investigación independiente que hace un seguimiento de los proyectos de ley que afectan a las personas trans en todo EE UU.
El relato del portavoz de Rainbow Railroad se repite en bufetes de abogados de inmigración canadienses; muchos confirman haber recibido una avalancha de consultas de personas trans estadounidenses sobre cómo mudarse a Canadá. Uno de esos bufetes es Smith Immigration Law, cuya fundadora, Adrienne Smith, señala que “ha habido un gran repunte en el número de personas que buscan irse de EE UU con urgencia, ya sea a través del programa de protección para refugiados, mediante programas de inmigración o por medio del patrocinio conyugal”.
Smith sostiene que varias de las personas que la han contactado en busca de representación describen diferentes formas de persecución: “Falta de atención sanitaria, la imposibilidad de que sus documentos oficiales reflejen su género correcto, funcionarios que se sienten envalentonados para negarles servicios… Hay varios tipos de maltrato que la comunidad está sufriendo actualmente”.
Sin embargo, y pese a la evidencia y el historial de Canadá como país favorable a la acogida de refugiados LGTBI+, muchos expertos no ven claro que las demandas de asilo de estadounidenses sean finalmente aceptadas. Desde Rainbow Railroad, Chan aclara que además de demostrar que su experiencia en EE UU se ajusta a lo que legalmente se considera persecución, “las personas solicitantes deben acreditar que su Gobierno no puede o no quiere protegerlas, y que no pueden vivir con seguridad en ninguna parte del país. Esto representa un desafío particular para la ciudadanía estadounidense, ya que el país cuenta con muchos de los indicadores típicos de un Estado democrático seguro, que, además, ha sido históricamente lugar de acogida para refugiados LGTBI+ de todo el mundo”.
Aunque actualmente en EE UU existen leyes federales que atacan a las personas LGTBIQ+, la cuestión, explica la abogada Smith, es que se acepte que esas normas han afectado de forma directa al demandante de asilo. “Luego está la pregunta de cómo se van a aplicar esas leyes en los diferentes Estados, si hay gobernadores que van a desobedecer activamente algunas de estas normas federales”, matiza. “Saber cómo se van a aplicar esas órdenes ejecutivas en lugares como California o Nueva York”.
Eso se denomina “alternativa de huida interna o reubicación”, que en el contexto del derecho de asilo, se refiere a la posibilidad de que una persona que busca refugio ante una persecución pueda encontrar una zona segura dentro de su propio país, en lugar de verse obligada a migrar.
Una situación grave
También hay abogados que consideran que la situación es “lo suficientemente grave” como para que las demandas de asilo salgan adelante en Canadá, como Yameena Ansari, residente en Calgary, y quien asesora a Hannah Kreager. Hace unos meses le aconsejó presentar una solicitud de asilo.
“Mi cliente tiene un marcador X en su pasaporte, aunque ella es una mujer. Tenía una cita en febrero para cambiar esto en su pasaporte, pero la canceló porque tenía miedo perder el documento: no quería que eso le pasara porque necesita el pasaporte para salir del país”. Y añade: “Mi cliente estaría en un país donde el clima político va en su contra, donde ni siquiera puede votar para cambiar el rumbo, y de donde tampoco puede irse porque podrían anularle los documentos”.
Desde su llegada, Kreager está intentando recomenzar en Calgary. Vive con una amiga y pese a la preocupación que le acarrea empezar de cero en un lugar nuevo y buscar empleo en un país extranjero, prefiere esta inestabilidad temporal a “la oscuridad y el miedo” que estaba sintiendo en su país: “Es realmente jodido despertarte y ver que el titular del día es: ‘Estás prohibida’. Como si no existieras”. Tiene esperanza de que su caso salga adelante: “Ojalá siente un precedente que permita que otras personas trans puedan salir de EE UU”.
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