Ir al contenido
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Podemos y el estigma de los catalanes ‘racistas’

El jacobinismo de los morados les impide entender que atacando a Junts o al PNV ofenden a mucha más gente por el camino

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, habla a la prensa durante una visita a Barcelona.
Estefanía Molina

No hará falta que Vox llegue a la Moncloa para que se cuestione el autogobierno de Cataluña. Podemos se basta y se sobra para ir abonando ese camino. Ione Belarra irritó esta semana a muchos catalanes afirmando que cederles competencias de inmigración implicaba que “los Mossos puedan ejercer las funciones que hasta ahora hace la Policía Nacional, por ejemplo, redadas racistas”. Luego se indignarán porque se les llame jacobinos.

A poco que uno rasque verá que, en instancia última, la crítica de Podemos es a la cesión de competencias. De un lado, saben perfectamente que quien las gestionaría hoy sería Salvador Illa, investido por ERC y Comunes. Resultará que el PSC también es sospechoso en términos de integración y convivencia, como si ser catalán trajera aparejado la incapacidad de liberarse de ciertos instintos.

Segundo, porque Podemos se excusa en el preámbulo del pacto entre Carles Puigdemont y Pedro Sánchez, donde Junts asocia la pérdida de la lengua o la nación al fenómeno migratorio, para asegurar que la ley sería racista en sí misma. Es una falacia jurídica. Como recordó Jaume Asens, que la exposición de motivos de una ley sea muy desafortunada no quiere decir que obligue a hacer nada concreto. Las competencias no tienen una carga en sí mismas; ese valor moral se lo da Podemos. Asens, por cierto, reconoció que no le había gustado que sus colegas se opusieran a la cesión competencial a Cataluña simplemente porque Junts lo pedía.

Por último, la siguiente frase no la dijo Puigdemont. “[La migratoria] es una de las grandes competencias que deberíamos recuperar, entre otras cosas, porque formamos parte de una nación que tiene su identidad nacional en riesgo”. Curiosamente, es de Arnaldo Otegi, coordinador de Bildu, con quien Ione Belarra e Irene Montero posaban sonrientes hace unos días. Nunca es el qué, siempre es el quién: no le han afeado aquellas palabras, que se sepa. Se rumorea incluso que hasta exploran juntos algún tipo de alianza política.

Y cómo será la cosa, que Podemos ha logrado poner de acuerdo al PSC, ERC y Junts. Illa ha dicho que no va a tolerar que se dude de la profesionalidad de los Mossos, y Oriol Junqueras se marcó un tuit reprochando que estas cosas, antes, las decían Albert Rivera e Inés Arrimadas.

Hete ahí el problema: que desde Podemos no entienden —porque son jacobinos— que en su descuidada afrenta contra Junts o el PNV acaban ofendiendo a mucha más gente por el camino. Lo mismo ocurrió en la última campaña electoral en Euskadi. Los morados presentaban en un vídeo a dos votantes del PNV como catetos aprovechados con txapela. El estallido en redes fue notorio, y no solo de quienes apoyan a Imanol Pradales. Hay estigmas que inevitablemente se perciben como colectivos.

Y lo anterior no impide asumir que a Junts le preocupa la pujanza de Aliança Catalana, que tiran de retórica identitaria para justificar el haber enterrado el procés, o que cierto votante tiene nostalgia de catalanismo pujolista. Pero si mucha gente se ha indignado en Cataluña es porque Podemos tampoco está para presentarse como salvador de nadie. Ione Belarra formaba parte del Gobierno de España cuando el episodio del salto a la valla de Melilla, que se saldó con al menos una veintena de muertos. La ministra morada no dimitió entonces ante el estupor de la tragedia, y ni siquiera lograron que Fernando Grande-Marlaska fuera cesado como titular de dicha cartera.

Quizás la mayor prueba de que Belarra metió la pata sea que, en muy poco tiempo, las competencias estatales en materia de migración podrían estar en manos de un Ejecutivo de PP y Vox. Quién no preferiría en ese caso que fuera Illa quien le tramitara su expediente de extranjería. Podemos dejó de ser plurinacional a la velocidad que se hundió en Galicia, Euskadi y Cataluña. Su mayor problema ahora es creer que ciertos estigmas solo afectan a Junts o el PNV, cuando no, a las instituciones de un pueblo entero. Le están haciendo el trabajo a la ultraderecha, aunque les duela reconocerlo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Estefanía Molina
Politóloga y periodista por la Universidad Pompeu Fabra. Es autora del libro 'El berrinche político: los años que sacudieron la democracia española 2015-2020' (Destino). Es analista en EL PAÍS y en el programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER. Presenta el podcast 'Selfi a los 30' (SER Podcast).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_