Campo de distorsión de la realidad
En internet existen pocos magos, pero su influjo se extiende entre muchas más personas


Bill Gates dijo de Steve Jobs que era un mago que hipnotizaba a la gente lanzándole conjuros, pero que con él no funcionaba porque también era brujo, aunque de menor categoría. Se refería a un carisma tan legendario como para merecer un nombre propio: el campo de distorsión de la realidad de Jobs. El término, una referencia a Star Trek, se hizo popular entre los empleados de Apple en los ochenta, y uno de ellos lo definió así: “En su presencia, la realidad es maleable. Puede convencer a cualquiera de prácticamente cualquier cosa”. El encantamiento funcionaba incluso siendo conscientes de su existencia, aunque afortunadamente desaparecía cuando él no estaba presente. En la vida cotidiana hemos aprendido a manejar este tipo de personalidades atractivas y peligrosas, porque son escasas y no hacerlo nos acaba desequilibrando enseguida, pero a nivel colectivo lo llevamos peor. Desde que Jobs aceleró con el iPhone la forma en que nos conectamos, los embrujos son más poderosos e incontrolables, porque aunque el número de magos sigue siendo pequeño, ahora su influjo se extiende entre muchas más personas.
¿Es posible que una minoría esté arruinándonos internet al resto? Un artículo en The Guardian resume bien el funcionamiento de los encantamientos colectivos digitales. En él, un investigador de la Universidad de Nueva York, Jay van Bavel, recuerda que el número de creadores de contenido es diminuto, pero su influencia resulta desorbitada. Solo un 10% de los autores produce el 97% de los tuits; un mínimo 0,1% de los usuarios comparte el 80% de las noticias falsas; 12 cuentas crearon la mayoría de la desinformación pandémica en Facebook. “Solo un pequeño porcentaje de los usuarios incurre en un comportamiento verdaderamente tóxico, pero son responsables de una proporción desmesurada del contenido hostil o engañoso en casi todas las plataformas, desde Facebook hasta Reddit. La mayoría de la gente no publica, no discute ni alimenta la máquina de la indignación. Pero como los superusuarios son tan activos y visibles, dominan nuestra impresión colectiva de internet”, escribe.
Nuestro internet es un campo de distorsión de la realidad. Nos confunde haciéndonos creer que en él existe un consenso social que no es tal. El algoritmo, además, amplifica este efecto promocionando a los brujos. Más que la gente, nos influye lo que creemos que piensa la gente. Y así es como, a través de unos pocos, los encantamientos se convierten en realidades. Yo sé, por ejemplo, que internet es un lugar fascinante lleno de conocimiento y creatividad, y a pesar de sus defectos me gusta mucho el país donde vivo. Podría defender con datos y argumentos todo ello durante horas. Pero la furia de ese 10% que controla la conversación me hace dudar. Incluso el alivio cómico de estos días consigue que pierda un poco de confianza en el ser humano, con la masa amparándose en el grupo para linchar a un directivo infiel cazado en un concierto de Coldplay, algo que me gustaría creer que no haríamos nunca en persona. En un experimento, Van Bavel probó una solución: pagaron unos dólares a usuarios de X para que dejaran de seguir a las cuentas más extremas. Después de un mes se sintieron un 23% menos hostiles hacia otros grupos políticos, y el efecto pacificador duró hasta casi un año después. Como en el caso de los empleados de Jobs, aunque sepamos que estamos bajo un hechizo, se nos hace muy difícil liberarnos de él; pero si conseguimos deshacernos de los brujos, se rompe.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Juan Manuel Moreno y su visión de la erótica del poder: “Cuando lideras una comunidad eres más interesante y hace que las mujeres se acerquen con interés”
Cross
Nvidia vuelve a salir de compras: adquiere SchedMD, desarrolladora del sistema de gestión de cargas Slurm
Trabajo pacta con los sindicatos ampliar el permiso por fallecimiento a diez días
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas






























































