Sheinbaum exigirá que “los mexicanos detenidos en Alligator Alcatraz sean devueltos de inmediato”
La presidenta enviará una nota diplomática para salir al paso de los recluidos en el centro para migrantes recién inaugurado en Florida


“Enviaremos una nota diplomática para que los mexicanos detenidos [en Alligator] sean devueltos de inmediato a nuestro país”, ha dicho Claudia Sheinbaum preguntada por los arrestos de migrantes que ya están empezando a ser trasladados al centro de reclusión de Florida, una cárcel que fue inaugurada a satisfacción por Donald Trump el pasado martes. La presidenta ha dicho que procederán del mismo modo que ya hicieron con Guantánamo y ha recordado que la comunicación con Estados Unidos es “permanente”.
Alligator Alcatraz ha sido el nombre elegido para este centro de detención donde las camas, en número de 5.000, están aisladas por una valla metálica como las de los gallineros y otras medidas de seguridad. Los humedales que rodean el espacio, entre cuya fauna local se encuentran los cocodrilos, han permitido al presidente hacer bromas sobre una posible fugas de los migrantes: “Les vamos a enseñar cómo huir de un caimán si se escapan”. “No corran en línea recta. Corran así”, en zigzag, ejemplificó, porque de ese modo, dijo, “sus probabilidades [de salvación] aumentan alrededor de un 1%”.

Este centro ha sido el último escándalo de la Administración republicana, también por la ligereza con que el presidente estadounidense ha tratado un asunto que tiene indignada a los defensores de los derechos humanos, organizados o no. Trump tomó como modelo este reclusorio e instó a otros Estados a que sigan el “hermoso” trabajo que ha concluido el gobernador Ron de Santis en Florida. En un territorio de 6.000 kilómetros cuadrados donde antes había un aeropuerto, los Everglades, en el centro de la península, se han levantado carpas de lona y lavabos portátiles que servirán para instalar a miles de migrantes de las campañas de detención que está impulsado el presidente Trump. Una sola vía da acceso al lugar, que permanece así en un estado óptimo de aislamiento.
El legislativo estadounidense acaba de aprobar la nueva ley fiscal conocida como BBB (Big beautiful Bill), en la que se destinan 170.000 millones de dólares para proyectos antimigratorios y de control fronterizo, algo que afecta de lleno a México. En Estados Unidos viven 40 millones de personas de origen mexicano, que estos días están sufriendo descarnadas persecuciones para ser deportados o enviados a centros de detención como el de Alligator Alcatraz. No hay en él un foso con caimanes como tal, pero la idea siempre ha rondado en la cabeza del mandatario, no se sabe si como broma o anhelo, así lo dijo como idea para aislar a México de Estados Unidos en su primer mandato: un foso con cocodrilos. Cárceles como esta, que han sido calificadas como campos de concentración por organizaciones humanistas, integran algunos de los planes de los republicanos “para resolver de una vez por todas el problema de la inmigración ilegal”.
La presidenta mexicana ha repetido una y otra vez que el flujo de migrantes por las fronteras buscando una mejor vida no se soluciona con muros ni con cocodrilos, sino atendiendo las carencias y necesidades tanto políticas como económicas de los países de origen. Pero no se ha llegado a un acuerdo migratorio, una de las cuestiones pendientes en la agenda bilateral entre México y Estados Unidos. Una más de los muchos asuntos pendientes que han desencadenado problemas diplomáticos desde que Trump asumió el poder en enero.
La “comunicación permanente” con Estados Unidos se circunscribe por ahora a encuentros diplomáticos de los equipos de negociadores de ambos países y llamadas por teléfono, hasta una decena, entre Trump y Sheinbaum, que todavía no han tenido una reunión en persona. La cumbre del G7, celebrada en Canadá hace dos semanas era el momento previsto para ello, pero se frustró cuando el republicano tuvo que abandonar de forma inesperada el encuentro por los problemas entre Irán e Israel de ese momento.
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