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El consenso de los maestros se quiebra ante la decisión de finalizar la huelga

La CNTE aplaza su asamblea nacional en busca de mayor “unidad” y anunciará el sábado si mantiene el plantón, ante el empuje de Oaxaca a favor de levantarlo

Maestros de la CNTE en el Zócalo capitalino de Ciudad de México, el 3 de junio de 2025.
Elena San José

Los maestros de la Coordinadora Nacional (CNTE) han estado toda la noche debatiendo, pero no han llegado a un acuerdo claro sobre el punto central sujeto a discusión, si levantar o no el plantón en el Zócalo capitalino que instalaron hace 22 días con el propósito fijo de conseguir la derogación de la ley del ISSSTE de 2007. Al filo de las 6 de la mañana, el secretario general de la sección chiapaneca, Isael González, ha anunciado el “receso” de la asamblea “buscando y fortaleciendo la unidad”. La delegación de Oaxaca empujaba a favor del levantamiento, pero el método de toma de decisiones mediante consenso los obliga a actuar al unísono: el plantón, de momento, se queda, y han convocado para este viernes a las 11.00 una marcha desde el Ángel de la avenida Reforma de Ciudad de México hasta el Zócalo. Este sábado anunciarán la decisión final, y todo apunta a un repliegue a los Estados. “Le decimos al Gobierno que busque la manera de mejorar la respuesta a las demandas de la CNTE”, ha concluido González.

La decisión llega después de que este jueves por la mañana la Coordinadora llevara sus movilizaciones hasta la sede del Sindicato Nacional (SNTE), donde lograron acceder a la fuerza y en cuyo interior provocaron un pequeño incendio que fue socorrido por los bomberos. La acción llevó a los hechos la distancia ideológica y estratégica que han mantenido las dos organizaciones educativas desde que comenzaron las protestas por la polémica ley, a comienzos de marzo. Mientras el mayoritario Sindicato se reunía con la presidenta, Claudia Sheinbaum, y aceptaba los ofrecimientos que se han hecho desde el Ejecutivo, la CNTE multiplicaba las protestas y declaraba la huelga nacional el 15 de mayo.

El Sindicato ya ha anunciado que denunciará el incidente, y la presidenta se ha referido a ello en la Mañanera de este viernes: “Más allá del debate del SNTE o la CNTE, no se pueden justificar acciones de este tipo”. “Si lo que ellos quieren ganar es el apoyo popular frente a su solicitud, pues no es precisamente la forma. Al contrario”, ha añadido, y ha confirmado que suspenderá la visita prevista a Guerrero ante la posibilidad de que haya “provocaciones”.

El día anterior, durante la última reunión de la Coordinadora con el Gobierno —con los titulares de Gobernación, Educación y el ISSSTE—, un pequeño grupo de este Estado, que esperaba fuera también provocó varios altercados con la policía en las inmediaciones de la Secretaría de Rosa Icela Rodríguez, donde los representantes se reunían, en un intento por acceder a la fuerza al interior de edificio. Sheinbaum pidió entonces a los maestros movilizados que se “deslindaran” o “asumieran” los actos como propios. “Quieren provocar que haya represión. Nosotros no caemos en provocaciones”, dijo.

Los episodios de las dos últimas jornadas contrastan con el tono de las movilizaciones de la última semana. El cansancio, la lluvia y los desacuerdos internos han hecho mella en el sindicato, que desde finales de la semana pasada no ha tenido claro qué plan de acción seguir. El detonante fueron las discrepancias en torno a las elecciones judiciales del domingo. Algunas delegaciones empujaban a favor del boicot y otras se mostraban más favorables a mantenerse al margen en señal de buena voluntad. La falta de acuerdo abrió una grieta que se ha ido ensanchando hasta este mismo día, en el que la sección oaxaqueña ha llevado a la asamblea nacional la propuesta de abandonar el plantón, tras tres semanas en huelga, vista la falta de expectativas de que el Gobierno modifique su posición y presionada por su comunidad.

Una treintena de alcaldes de Oaxaca —donde la CNTE cuenta con el respaldo mayoritario del magisterio, a diferencia de otros Estados— han solicitado a los maestros volver a las aulas para que los niños puedan finalizar el curso académico. Esta demanda, junto con el devenir de los hechos de la última semana, parece haber doblado el brazo de una de las delegaciones más fuertes dentro de la Coordinadora. El centro de la batalla se mantiene inamovible: conseguir el regreso al sistema de pensiones solidarias e intergeneracionales que fue sustituido en 2007, durante el sexenio calderonista, por un régimen de cuentas individuales gestionadas por las administradoras privadas o afores.

La polémica norma, muy criticada también por Sheinbaum en el momento de aprobarse, concita el rechazo de todo el mundo. El problema es, dicen en el Ejecutivo, la falta de presupuesto para que el Estado pueda sufragar una reversión de tal magnitud después de 18 años de vigencia. A cambio, la presidenta ha ofrecido una batería de propuestas que buscan revertir los aspectos más nocivos de la actual normativa, sin tener que aumentar a niveles insostenibles la inversión pública. Además de la subida de salarios del 10% y la congelación de la edad de jubilación, la que más se acerca a las peticiones del gremio consiste en completar los retiros privados más bajos con el fondo de pensiones para el bienestar, hasta alcanzar el salario mínimo del IMSS, actualmente en 17.000.

Esto no devolvería, no obstante, las pensiones al ámbito público, que es la demanda central del magisterio agrupado bajo la Coordinadora y el límite insalvable que ha hecho fracasar las negociaciones una y otra vez desde hace dos meses y especialmente en las últimas tres semanas, cuando se instaló el plantón nacional en la capital. Todos dicen tener disposición al diálogo y el Gobierno ha cumplido a rajatabla la promesa de no enviar a la policía a reprimir a los manifestantes. También ellos han actuado, salvo contadas excepciones, de forma pacífica. Sin embargo, la predisposición al diálogo ha servido de poco, pues no ha conseguido sortear el obstáculo principal, que toca en lo sustantivo el corazón de la ley, donde la buena voluntad tiene poco que hacer.

Tres reuniones después, cada cual más corta que la anterior, además de diversos desencuentros y declaraciones cruzadas, las negociaciones han encallado del todo esta semana. El sindicato intenta ahora volver a poner la pelota en el tejado del Gobierno y forzar algún ofrecimiento más atractivo para ellos. Con la Coordinadora sufriendo bajas cada día en el campamento capitalino, no parece que el Ejecutivo tenga un incentivo claro para hacerlo. Los maestros han demostrado, eso sí, que pueden aguantar tanto como se lo propongan.

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Sobre la firma

Elena San José
Periodista en la redacción de México. Antes estuvo en la sección de Nacional, en Madrid. Le interesan la política y la cultura, sobre todo la literatura. Es graduada en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca y máster en Democracia y Gobierno por la Universidad Autónoma de Madrid, con especialización en Teoría Política.
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