Ir al contenido
_
_
_
_

Campamentos de verano: qué hay que tener en cuenta para elegir el mejor para tu hijo

Estas actividades deberían estar enfocadas al ocio, la socialización y la vivencia de aventuras asociadas a las vacaciones. Lo recomendable es apuntar a los niños a partir de los 7 años, aunque los padres deben tener en cuenta el desarrollo madurativo del menor

Campamentos de verano niños
Carolina Pinedo

Los campamentos suelen ser una opción para conciliar la vida familiar durante las vacaciones, ya que los padres trabajan y no siempre tienen la posibilidad de dejar a sus hijos con la familia durante los más de dos meses que duran las vacaciones escolares. No todos los niños acuden a estos centros por propia voluntad, así que lo ideal es que puedan optar por uno donde sientan que están de vacaciones. Así lo explica Susana Ogea, maestra de Primaria en la UFIL Sierra Palomera de Madrid y monitora de tiempo libre: “A veces, los niños van obligados por sus progenitores, ya que trabajan y no les pueden atender. Por lo que deberían de poder apuntarse a un campamento que les guste, donde puedan tener tiempo libre y divertirse”.

El disfrute es una de las cuestiones positivas de esta actividad veraniega. “Lo bueno es que allí los pequeños pueden socializar, jugar, conocer gente nueva y divertirse”, sostiene Ogea, a la vez que señala las cuestiones que se pueden considerar como desventajas: “Los menores no pueden disponer de su tiempo libremente, porque hay unas normas y una agenda diaria de actividades gestionadas por los adultos”, añade.

Si el objetivo es que los niños tengan un descanso vacacional en toda regla, conviene escoger campamentos para divertirse y no para aprender, con el fin de que los menores tengan esa sensación. “Hay que tener en cuenta que durante el resto del año, en el curso escolar, tienen responsabilidades y carga de trabajo, por lo que acaban cansados. Sería lo mismo que decirle a un adulto durante sus vacaciones que haga un curso formativo; lógicamente, no tendría ganas”, continúa Ogea.

“Los campamentos son siempre para divertirse y no para aprender contenidos intelectuales, eso ya se hace el resto del año. Las vacaciones son un tiempo de disfrute y desconexión de las rutinas habituales”, prosigue la maestra. “No tendría que haber ninguna obligación asociada al aprendizaje. Da igual si es inglés o teatro. En un campamento hay que explorar, socializar y vivir nuevas aventuras”, afirma la experta.

Tener en cuenta los gustos y aficiones del menor a la hora de escoger una propuesta entre la múltiple oferta que existe es fundamental. “Conviene hablar y consensuar con el menor sobre lo que prefiere, y que los padres opten por el que sea adecuado para la edad y desarrollo madurativo del niño”, aconseja por su parte Darío Fernández, psicólogo y puericultor. No obstante, no todos los niños están preparados para ir a estos albergues, aunque el planteamiento sea lúdico y no de aprendizaje. “Es el caso de los que nunca han dormido fuera de casa, son más tímidos o retraídos o no controlan esfínteres. Para ellos, pasar 15 días o más fuera de casa puede convertirse en un calvario”, explica Fernández.

Los padres han de tener en cuenta que hay pequeños a los que les crea inseguridad convivir con desconocidos.

“Cuando un menor se muestra reticente a ir a estos campamentos hay que respetar sus miedos. Nunca se deben ridiculizar sus temores, conviene comentarlos y ofrecer estrategias, como decirle que puede hablar con los monitores en caso de que tenga algún problema”, aclara el psicólogo.

Estar fuera de casa durante días e incluso semanas requiere de una preparación previa para el niño, sobre todo si es la primera vez que lo hace y tiene corta edad. “Tendría que ir de menos a más, con pequeñas separaciones. Por ejemplo, primero con los abuelos o con personas conocidas, sobre todo si tiene menos de 10 años. También se puede comenzar por los campamentos urbanos, que no implican dormir fuera de casa”, continúa el experto. Sin embargo, sobre esta segunda opción Ogea aporta un matiz: “Este tipo de actividad se debería de llevar a cabo en la naturaleza y no en el mismo colegio donde el niño estudia el resto del año, porque así se convierte en una prolongación de la temporada escolar y no en una actividad vacacional”.

¿A qué edad un menor está preparado para ir a un campamento? “Depende de la madurez del niño. A partir de los 7 años está bien. Pero hay que tener en cuenta que hay pequeños a los que les crea inseguridad y nerviosismo el hecho de tener que convivir con personas que no conocen, y esto puede ocurrir incluso con 14 años”, responde Ogea. La maestra también aclara qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir uno de estos centros de verano: “Que las instalaciones sean adecuadas (en la naturaleza, amplias, con zonas de juegos y piscina), que la empresa que lo gestiona tenga experiencia, que los monitores tengan una formación concreta y adecuada para tratar con los niños”. “El hecho de que se cuente con un buen programa de actividades de ocio, como excursiones, salidas a la playa o al río, también es un extra de garantía sobre la calidad del campamento”, aclara Ogea.

No obstante, cada niño es un mundo y aunque, por lo general, lo que prefieren los menores son los campamentos de verano orientados al ocio, también puede haber casos en que escojan un lugar donde puedan aprender algo que les motiva especialmente. “Por ejemplo, puede haber a los que les guste mucho el inglés o el surf. Por eso conviene, lo primero, saber sus preferencias”, aconseja Ogea.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carolina Pinedo
Periodista desde hace 30 años, gran parte de los cuales los ha ejercido en varias secciones de EL PAÍS, en la actualidad colaboradora en Mamás&Papás y Estilo de Vida. Licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en radio y televisión, además de publicar varios cuentos infantiles y dos poemarios.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_