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El Polisario reactiva los ataques a Marruecos en la guerra larvada del Sáhara

El frente independentista dispara proyectiles en la región de Esmara por tercera vez en dos años tras la presentación en EE UU de una iniciativa de ley para declararlo grupo terrorista

El frente polisario durante las hostilidades de baja intensidad entre su territorio del Sahara Occidental y el ejército de Marruecos en enero de 2021.
Juan Carlos Sanz

Un ataque del Frente Polisario con al menos cuatro proyectiles ―cohetes de fabricación iraní, según Marruecos―, impactó el viernes pasado en los alrededores de Esmara, 220 kilómetros al este de El Aaiún, ciudad próxima al muro que divide el Sáhara Occidental entre la zona bajo control de Rabat (80% del territorio) y el resto, en manos de los independentistas. El bombardeo representa una escalada de las hostilidades en la guerra larvada de baja intensidad que se libra en la antigua colonia española desde noviembre de 2021, tras la ruptura del alto el fuego apadrinado por Naciones Unidas en 1991.

Esmara, capital espiritual saharaui, ha sufrido anteriores ataques del Polisario. En octubre de 2023 perdió la vida una persona y otras dos resultaron heridas en un lanzamiento de cohetes. Y en noviembre del año pasado en Mahbes, en la misma región, cuando la caída de proyectiles sembró el pánico durante la conmemoración oficial de la Marcha Verde, la masiva movilización de marroquíes que hace 50 años forzó la salida de las tropas españolas del Sáhara en los estertores de la dictadura del general Francisco Franco.

Las autoridades de Rabat han asegurado que el impacto de los proyectiles al mediodía del viernes no causó daños personales ni materiales, y que los atacantes fueron neutralizados mediante el disparo de un misil desde un dron. De acuerdo con la versión oficial difundida por medios marroquíes, los cohetes cayeron cerca de una zona residencial situada a 2,5 kilómetros de Esmara, en las inmediaciones del cuartel de las fuerzas de observación de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (Minurso), que ha investigado el bombardeo.

El partido Reagrupación Nacional de Independientes, del primer ministro, Aziz Ajanuch, ha condenado oficialmente el ataque. Por su parte, la agencia informativa SPS, controlada por el Polisario, aseguró que el ataque fue dirigido contra “posiciones militares marroquíes” y causó “pérdidas humanas importantes”. Según la misma fuente, la operación armada estuvo dirigida contra el cuartel de la Primera División Blindada de Marruecos, situado en las inmediaciones del aeropuerto de Esmara.

La reactivación de los ataques en el Sáhara se ha producido poco después de que se presentara en el Congreso de Estados Unidos una iniciativa legal para declarar al Polisario como grupo terrorista. La proposición, suscrita por el representante republicano Joe Wilson y el demócrata Jimmy Panetta, acusa al frente independentista de ser una “milicia marxista apoyada por Irán, Hezbolá y Rusia” que desestabiliza al Reino de Marruecos, “aliado de Estados Unidos desde hace 248 años”. Los sultanes alauíes fueron de los primeros gobernantes en reconocer la independencia de las colonias inglesas norteamericanas emancipadas en 1776. De salir adelante, esta legislación puede condicionar las relaciones entre Washington y Argel, que da cobijo en Tinduf (suroeste argelino) al Polisario y a miles de refugiados saharauis en el exilio.

No todas las fuerzas políticas marroquíes comparten la designación del Polisario como grupo terrorista. El Partido de la Justicia y el Desarrollo, (PJD, islamista), que estuvo al frente del Gobierno entre 2011 y 2021, ha calificado de “provocación pueril” el ataque lanzado contra Esmara. El portavoz parlamentario del PJD, Abdalá Buanu, aseguró el domingo que “los separatistas son unos marroquíes extraviados y confundidos”. “Los miembros del Frente son nuestros hermanos y primos, y la mayoría de ellos son marroquíes”, dijo el domingo en un acto regional del partido para excluir su calificación como terroristas.

Para el politólogo Mohamed Chuqair, citado por el semanario panafricano Jeune Afrique, el Gobierno de Rabat está dando muestras de contención ante la estrategia del Polisario frente a los recientes éxitos diplomáticos marroquíes, tras el reconocimiento expreso o implícito de su soberanía sobre el Sáhara manifestados por EE UU (2020), España (2022) Francia (2024) y el Reino Unido (2025). “La Administración estadounidense, implicada en la lucha contra el yihadismo en el Sahel, puede dar el paso [de declararlo como grupo terrorista] si lo percibe como un factor de inestabilidad en una región clave [para la seguridad global]”, puntualiza este analista.

Factor de inestabilidad

En una reciente conversación con EL PAÍS, el representante del Frente Polisario ante Naciones Unidas, Sidi Omar, precisaba que son un movimiento de liberación nacional reconocido por Naciones Unidas como representante del pueblo saharaui desde 1979, y como tal actúan ante lo que consideran “ocupación de su territorio”. En esa misma condición participa desde 1991 en las negociaciones organizadas por el enviado del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, quien ejerce como mediador entre las partes en conflicto. Omar también recuerda que el Polisario mantiene abiertas oficinas oficiales en países como España y es miembro fundador de la Unión Africana.

En una inusual comparecencia pública, un alto mando del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que declinó ser identificado, afirmó el lunes en un curso sobre yihadismo organizado por la Universidad Juan Carlos I en Aranjuez (Madrid) que, aunque en la cúpula de la filial del Estado Islámico en el Sahel figuran saharauis, no se puede “estigmatizar” al Polisario por esta circunstancia, informa la agencia Europa Press. El mismo responsable del Departamento contra el Terrorismo del CNI destacó en las jornadas de estudio, coordinadas por el profesor Fernando Reinares, que preocupa esencialmente la reciente “movilización de combatientes [desde el Sahel] hacia Somalia, muchos de ellos magrebíes, y en concreto marroquíes”, según un despacho informativo de la agencia Efe.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.
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