Attaoui y Llopis, en la final de la Diamond League
Un aguacero afea el 50 aniversario de Athletissima, el mitin de Lausana donde el cántabro acaba tercero en los 800m y el valenciano sigue asimilando los cambios técnicos


Un diluvio estropeó Athletissima, el mitin de la Diamond League que cumplía 50 años en Lausana (Suiza). Los viejos románticos recordaron sus inicios, en 1977, cuando todavía se celebraba en Vidy, en el Stade Pierre-de-Coubertain. Aquel día, el 8 de julio, también llovía, y Dwight Stones tuvo que barrer la pista para poder saltar la altura. Los atletas se compadecieron por aquel estreno tan desafortunado y decidieron regresar un mes después, el 3 de agosto de 1977, cuando ya fue un éxito, con largas colas en la autopista que obligaron a los organizadores a imprimir más entradas para albergar a 11.000 personas. Moha Attaoui, el español más regular en la Diamond League, volvió a demostrar que está pletórico y que llegará al Campeonato del Mundo de Tokio (del 13 al 21 de septiembre) como uno de los pocos españoles capaz de luchar por una medalla.
El cántabro de Torrelavega no se arrugó bajo el agua y firmó su tercera carrera del año en 1m 42s para entrar solo por detrás de Josh Hoey, el ganador, y Emmanuel Wanyonyi. Este resultado le conduce hasta la final de la Diamond League de Zúrich (27 y 28 de agosto).
Quique Llopis no necesitó barrer la recta por donde corrió los 110 metros vallas, como Stones en el 77, pero sí que, bajo el aguacero, tuvo tan malas sensaciones que entendió que no era el día para arriesgar. El valenciano, de Bellreguard, optó por ser conservador. Llopis entró octavo (13,33s) y aseguró su presencia en la final de Zúrich. El estadounidense Cordell Tinch, en cambio, aseguró que le encanta este tiempo y logró la victoria y bajar de los 13 segundos (12,98s).
Holding position.
— Wanda Diamond League (@Diamond_League) August 19, 2025
After #SilesiaDL 🇵🇱 Akani Simbine maintains his place at the top of the #RoadToTheFinal standings and has his place at the final at #ZurichDL 🇨🇭 alongside Kishane Thompson 🔥#DiamondLeague 💎 pic.twitter.com/UMM5cs23qK
El subcampeón de Europa regresa ahora a Barcelona. La pista de Gandia, donde entrena habitualmente con Toni Puig, su técnico, está en obras y por eso se han concentrado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, donde afinará su puesta a punto antes de Zúrich y Tokio. No es casual el destino. Allí, Puig, un veterano entrenador que se ha encontrado, cumplidos los 60, con un portento capaz de bajar de los 13 segundos y luchar por las medallas olímpicas, ha puesto a su pupilo en manos de los expertos en biomecánica del CAR para corregir algunos detalles técnicos.
El trabajo principal se ha centrado en modificar el ataque a la valla. Ahí pretenden arañar unas centésimas alejando la batida de Llopis para trazar una parábola que le permita hacer un paso por encima de la valla más raso y perdiendo menos velocidad. También han puesto la lupa en los primeros apoyos, en la salida de tacos, donde han decidido acortar ligeramente cada zancada para lograr un arranque más progresivo.
Otros dos españoles corrieron en Lausana. Thierry Ndikumwenayo fue duodécimo en los 5.000m y Daniela García, segunda en la Final B de los 800m. La mallorquina necesitaba correr en menos de dos minutos para ser seleccionada para el Mundial de Tokio, una marca que ha rozado varias veces pero que se le resistió una vez más en Lausana, donde hizo 2m 0,25s tras remontar cuatro posiciones en la recta final. Ya solo quedan cuatro días para obtener las mínimas y Daniela García no va a volver a intentarlo. Ella y su entrenador, Antonio Serrano, esperan que el seleccionador, Pepe Peiró, abra la mano para incluir a una mediofondista que ha demostrado estar en forma -ha llegado a correr en 2m 0,05, a cinco centésimas de la mínima-. Sí estará en Tokio María Vicente, que finalmente, después de la última actualización del ranking, se ha mantenido entre las 24 mejores del mundo en heptatlón.
La tormenta arruinó las marcas en prácticamente todas las pruebas. No se salvó ni Keely Hodgkinson. La atleta británica tuvo una reaparición estelar el pasado sábado en Silesia después de pasarse sin competir desde su triunfo en la final olímpica de París y logró la victoria con la mejor marca mundial del año (1m 54,74s). Sus entrenadores, Trevor Painter y Jenny Meadows, están convencidos de que la inglesa tiene a su alcance el antiquísimo récord del mundo de los 800 metros (1m 53,28s), en poder de la checoslovaca Jarmila Katrochvilova desde hace 42 años. Su idea es intentarlo después del Mundial, en una reunión en Nueva York en la que pretenden convencer a Femke Bol, la vigente campeona del mundo de los 400m vallas, para que sea su liebre en los primeros 500 metros.
Athletissima cerró con una carrera de 100m en la que el estadounidense Noah Lyles sufrió su tercera derrota del año, esta vez ante el jamaicano Oblique Seville, que realizó una gran marca (9,87s) bajo el aguacero.
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