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Félix López-Rey, el concejal que pasó de las chabolas a Cibeles para luchar por los barrios, se despide del Ayuntamiento de Madrid

El edil de Más Madrid e histórico líder vecinal, de 77 años, anuncia que el próximo pleno municipal será el último para él

Mas Madrid
Juan José Mateo

En 1976, cuando los vecinos del barrio madrileño de Orcasitas empuñaban pistolas (de pan) para protestar porque lo que compraban en las panaderías no pesaba lo que pagaban, ahí estaba Félix López-Rey. Y en 2021, cuando reclamaban retirar el amianto de las casas de este barrio, ahí seguía. Luchando. Pidiendo. Arremangándose para canalizar las reivindicaciones vecinales de los barrios de Madrid, que le vieron vivir en una chabola, abrir un despacho de loterías en 1980 y llegar a la política institucional. Esta la pisó entre 1987 y 1999 con Izquierda Unida. Su segunda etapa, que comenzó en 2019, con Más Madrid, termina ahora. Porque López-Rey (Polán, Toledo, 1948) ha anunciado este martes que dejará de ser concejal. Otra cosa es que abandone la política. Un imposible para este hombre de 77 años.

“Hace más de 50 años que junto a mis vecinas y vecinos vengo trabajando y luchando para mejorar la vida de las personas en los barrios”, ha dicho López-Rey en un mensaje publicado en X (antiguo Twitter). “La mayoría de las veces, como vecino, y en dos ocasiones desde la política institucional”, ha recordado. “Os anuncio mi despedida como concejal. El próximo pleno será para mí el último”, ha anunciado.

“Eso no significa que deje la política. Al menos no como yo la entiendo. Seguiré peleando junto con mis vecinos por un Madrid más justo, equitativo, acogedor y solidario. Pero desde ahora lo haré como un vecino más, como un hombre de barrio con fuertes convicciones sociales que entiende que la ciudadanía debe participar en los asuntos públicos”, ha concluido.

Las luchas vecinales de López-Rey, su sentido de la cooperación y su espíritu de colaboración, empezaron con el hambre. Sus padres, que apenas tenían espacio para que durmiera a los pies de su cama, y que habían vendido sus 38 olivos, una mula y un mulo para mudarse de Toledo a Madrid, le daban el dinero para comprar el pan. Lo que sobraba no daba para nada. Sin embargo, al juntar la calderilla con otros chavales empezaron a poder comprarse latas de membrillo. Un poderoso ejemplo de que juntos eran más fuertes. De ahí, a las movilizaciones.

Por el peso y el precio del pan. Por la calefacción. Por los programas de empleo. Por la construcción de polideportivos. Por la mejora de los servicios públicos. Contra la heroína. Contra el amianto. Contra los abusos.

Visita de concejales de IU, con Félix Lópéz Rey a la cabeza, a la zona sur de Madrid.

“Eres parte de ese Madrid que salió del barrio y ganó su dignidad a base de megáfono y pancarta”, le ha descrito en su despedida Rita Maestre, la líder de Más Madrid. “Una manera de hacer política apegada a tu barrio, Orcasitas, pero también a Villaverde, a Carabanchel, a Vallecas o Aluche”, ha seguido. “Una política generosa, comprometida, e inclusiva con todo aquel madrileño de adopción que llegase a nuestra ciudad. No importa si esa persona viniese de Extremadura o de Ecuador”, ha añadido.

“[Nos dejas la tarea] de continuar un legado de lucha obrera y enseñárselo a las nuevas generaciones de madrileños”. Una despedida a modo de homenaje que han replicado otros políticos. Por ejemplo, el delegado del Gobierno en la región, Francisco Martín, del PSOE.

“Hoy se despide de la vida pública un luchador de los de verdad”, ha escrito en sus redes sociales. “Ejemplo de compromiso. Has sido conciencia, trabajo y dignidad para los barrios del sur de Madrid. Referente en el asociacionismo vecinal y en la buena política”, ha descrito. “Desde la Guerra del Pan en Orcasitas hasta Cibeles, siempre del lado de los humildes”. O Ramón Espinar, exdiputado de Podemos en la Asamblea de Madrid: “Si fuera fútbol diríamos que se va una leyenda”.

Con López-Rey se marcha un político que empezó a interesarse por lo público en medio de la dictadura franquista, y que lo deja ya cuando el siglo XXI ha consumido su primer cuarto. Un caso único: le ha dado tiempo de acompañar a una chabola al alcalde Juan de Arespacochaga (1976-1978), acompañado del delegado de Saneamiento y Medio Ambiente, un tal Florentino Pérez, y de aprender a manejarse con las redes sociales mientras se distinguía ante el PP de José Luis Martínez-Almeida como un portavoz apasionado, sin trampa ni cartón, con sus defectos y virtudes, sin asesores, coaches, ni palabras prefabricadas.

El líder vecinal que ahora se despide recogió sus vivencias en Orcasitas. Memorias vinculantes de un barrio. No es de extrañar: su biografía, como el título de su libro, está atravesado de norte a sur por las luchas vecinales.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Comunidades y está especializado en información política. Trabaja en EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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