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La extrema derecha usa el centro de menores de Hortaleza para amplificar su discurso antiinmigración en Madrid

Vox se traslada a la instalación, donde Núcleo Nacional quiso manifestarse en junio, para denunciar los contratos para atender a niños migrantes y pedir su cierre

Centro de menores Hortaleza
Juan José Mateo

Los menores del centro de acogida de Hortaleza (Madrid) empiezan a gritar. Una cámara les apunta. Algunos se agarran los testículos. Otros mueven con ademán furioso su cigarro. Es lunes, y la portavoz de Vox en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino, está ante las puertas de su residencia. Otra vez. Vox ha escogido este centro como telón de fondo de su discurso antiinmigración ilegal en junio de 2022, abril de 2023, y noviembre de 2024. Ese foco ha llamado la atención de grupos de extrema derecha como Núcleo Nacional, que intentó manifestarse a sus puertas en junio. Aquí, un lugar tan en la diana como para que le lanzaran una granada sin espoleta en 2019, Pérez Moñino se faja este lunes para reclamar el cierre de este tipo de instalaciones y erosionar al ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso (PP) con una intervención que se retroalimenta con las protestas por una violación en Alcalá de Henares (presuntamente cometida por un maliense residente en un centro local) y los disturbios de Torre Pacheco, en Murcia (tras la paliza recibida por un anciano).

—Lo primero es que no sabemos si son niños, porque ante la propuesta de Vox de hacer la prueba de edad a estos ilegales, la señora Ayuso ha dicho que no.

Pérez Moñino empieza por negar que los jóvenes a los que atiende Madrid, obligada por la ley, sean menores de edad en su mayoría. Sigue por evitar cualquier palabra de condena a los disturbios de Torre Pacheco, una localidad murciana incendiada todo el fin de semana por grupos ultra que han intentado tomarse la justicia por su mano tras la agresión a un anciano. Continúa con la petición de que se cierren los centros de acogida. Se amplía con una dura crítica a las ONG que atienden a los menores. Y culmina con el anuncio de la presentación ante el Tribunal de Contratación Pública de Madrid de un recurso contra el nuevo contrato de 24 millones de euros que la Comunidad quiere firmar para acoger a niños extranjeros, al considerar que se ha licitado “sin la debida concurrencia”.

La portavoz de VOX en la Asamblea de Madrid, Isabel Pérez Moñino, intervien en el pleno de la Asamblea del 3 de abril de 2025 con una camiseta contra los niños migrantes no acompañados.

“Es la enésima demostración de que Vox apunta y las bandas de encapuchados disparan”, opina Manuela Bergerot, la líder de Más Madrid, sobre que ese anuncio se haga en el centro de Hortaleza y no en cualquier otro lugar, como la sede del partido o la de la Asamblea. “Vox está entre los principales responsables de la campaña de odio racista que están sufriendo las personas de origen magrebí en España y las personas migrantes en general”, acusa. “Quieren incendiar España y cualquier chispa les vale. Los niños y niñas del Centro de Hortaleza, como cualquier otro menor de edad, tienen derecho a una vida digna”, defiende. Y remata: “No vamos a permitir que pongan en la diana a las personas más vulnerables de nuestra sociedad para intentar ganar votos con el racismo y la xenofobia”.

La línea argumental del PSOE es similar, con el añadido de apuntar a la responsabilidad de Díaz Ayuso en la creciente tensión que se vive en España alrededor de la emigración.

“Se están fomentando discursos de odio, lo sabemos todos”, critica el ministro Óscar López, que también es secretario general del PSOE de Madrid. “Y no solamente por parte de la ultraderecha”, añade este lunes durante una visita al municipio de San Fernando de Henares. “Ha habido voces en el PP, como la señora Ayuso en Madrid, que representa ese discurso duro contra la emigración que no es sino populismo extremo, que envenena la convivencia”, sigue antes de que la presidenta regional regatee una condena explícita de los incidentes de Torre Pacheco. E insiste: “Hay voces, como la de la señora Ayuso, que también alimentan ese discurso xenófobo”.

Ocurre que la política migratoria se ha convertido en terreno de batalla electoral. Que Vox ha pasado de ser imprescindible para la gobernabilidad de la región (2019-2023) a ser absolutamente irrelevante. Y que por eso, en plena lucha por volver a ganar notoriedad, allí donde López ve a una Ayuso próxima a la extrema derecha, Pérez Moñino la acusa de “favorecer un efecto llamada” con sus políticas. Una afirmación, hecha ante el centro de Hortaleza, que palidece frente al endurecimiento de la posición del Gobierno de Madrid, a su vez fomentado por la presión de Vox: en las últimas semanas, Ayuso ha llevado al Tribunal Constitucional el reparto de menores migrantes por toda España, ha solicitado la expulsión de una veintena, ha exigido el cierre de los centros de acogida para migrantes adultos abiertos por el Estado en la región, y ha reclamado que el Gobierno central asuma el cuidado de los menores que han pedido asilo.

“Si no citan a la presidenta, no salen [en los medios de comunicación]”, ironiza un colaborador de Díaz Ayuso sobre Vox. “Eso reza igual para los socialistas y comunistas”.

Granada encontrada en el jardín del centro de menores Hortaleza

Los niños que entran y salen de la instalación de Hortaleza, donde hay españoles y extranjeros, empalman un cigarro tras otro en los aledaños, desperdigados por un parque, conocedores de que se habla de ellos. Saben que viven en el ojo del huracán. Que ahí se mezclan adolescentes conflictivos con los que buscan la oportunidad de una vida mejor en un centro desbordado. Y que la presencia de la policía es constante y notoria.

La instalación fue asaltada en 2019 por una treintena de personas que buscaban vengar un atraco. A su interior se lanzó una granada sin espoleta unos meses después. El año pasado, Vox propuso que se les impidiera sentarse en las paradas de autobús, atribuyendo a su presencia una mayor sensación de inseguridad. Y en mayo la Delegación del Gobierno tuvo que prohibir una convocatoria a sus puertas del grupo neonazi Núcleo Nacional.

“La concentración se apoyaba en mensajes y lemas de carácter xenófobo y excluyente”, explicó entonces la Delegación sobre una cita prevista para junio.

Este lunes, Pérez Moñino habla en Hortaleza de expulsar sin miramientos a los migrantes ilegales (“Fuera”). Repite eslóganes ya conocidos de Vox (“La inmigración ilegal vacía nuestra tesorería y llena nuestras cárceles”). Pide que el dinero que se ahorre con el cierre de estos centros se dedique a firmar convenios de repatriación de extranjeros a sus países de origen. Y acusa a las ONG que atienden a los niños migrantes de “traficar con personas” en un “negocio muy lucrativo”.

Mientras dice todo eso, una vecina que se ha parado a escuchar se queja de que los chavales del centro de acogida estén todo el verano “por ahí”, desperdigados sin hacer nada. Un caminante se para y se queda esperando para alentarla tras su intervención. Pérez Moñino espera haber encontrado a un vecino capaz de atestiguar que efectivamente el centro contribuye a la inseguridad del barrio, como defiende Vox. Pero el señor vive en Valdebebas, a varios kilómetros. Entonces, Pérez Moñino ve cómo uno de los adolescentes a los que querría expulsar de España se agarra la bragueta, protestando porque se le grabe, y se gira como un rayo para no observar la escena. Ella expresa su “asco”. Y todo termina... hasta la próxima visita de Vox a Hortaleza.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Comunidades y está especializado en información política. Trabaja en EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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