Recta final para el despliegue de la fibra óptica pública en Cataluña: una empresa catalana en alianza con Huawei, favorita
La compañía Sirt, que se ha presentado en alianza con el operador chino, es la mejor posicionada para hacerse con el contrato, de más de 120 millones


El proyecto de la Generalitat para conectar todos sus equipamientos y servicios públicos con una red de fibra óptica pública llega a la recta final de su primera licitación. El megacontrato, que entre las tres licitaciones previstas suma 200,92 millones de presupuesto, es pionero en España por el alcance del despliegue de la red y por el abultado presupuesto, y el sector de las telecomunicaciones lo espera con ansia. El lunes por la tarde se abrió el sobre técnico y la propuesta mejor valorada de momento es la de la unión temporal de empresas formada por las catalanas Sirt y Connecta, que se presenta con equipamientos de la china Huawei. Otras dos propuestas, las de Orange y Vodafone, también se presentan con tecnología de Huawei, mientras que la propuesta de Telefónica se presenta con equipamientos de la finlandesa Nokia. En el sector cunde un cierto recelo por el uso de tecnología china en la propuesta que de momento es la favorita, ya que la Comisión Europea ha recomendado en varias ocasiones, en relación con contratos de 5G, evitar la dependencia con un proveedor que considera “de alto riesgo” por razones geopolíticas. La Generalitat defiende que el proceso de licitación se está haciendo con todas las garantías. A finales de esta semana se abrirá el sobre económico y se revelará la adjudicación final.
En abril de este año, la Generalitat anunció su proyecto para conectar los servicios y equipamientos públicos —hospitales, escuelas, comisarías, entre otros— a una red de fibra óptica pública, con el objetivo de dar “un salto adelante en la soberanía digital”, al migrar a esta nueva red todos estos servicios que hasta ahora usan mayoritariamente infraestructuras de terceros. La meta es, según el comunicado, que la Generalitat hizo público entonces, “mejorar los servicios públicos y hacerlos más eficientes”. La previsión es completar el proyecto en 2031 y conectar 5.419 sedes y equipamientos públicos.
Un contrato de estas dimensiones y alcance ha atraído la atención del sector, y ante la perspectiva de que gane la propuesta de Sirt-Connecta, ha generado malestar. “Más allá de las tensiones que haya en el mercado, hay que remarcar la normalidad de este proceso de licitación, que se haya podido sacar adelante y que es un proyecto estratégico”, explica Albert Tort, secretario de Telecomunicaciones y Transformación Digital del Govern. Tort recuerda que se trata de un proyecto de fibra óptica en el que la Generalitat no compra equipamiento, sino que contrata a operadores para que presten servicio, aunque estos tengan que aportar equipamientos. Y básicamente hay dos empresas que ofrecen este tipo de tecnología de forma competitiva: Nokia y Huawei.
No es la primera vez que un contrato público topa con la dificultad de tener que prescindir de contratar a empresas que usan tecnología de Huawei. En julio, el gobierno estadounidense se quejó porque el Ministerio del Interior había adjudicado en julio a Huawei un contrato de 12,3 millones euros para almacenar digitalmente comunicaciones interceptadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado con autorización de jueces y fiscales. La vicepresidenta de la Comisión Europea para la Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, Henna Virkkunen, avisó en septiembre de los riesgos de injerencia extranjera en contratos de este tipo, y pidió restingir o evitar la participación de empresas como Huawei en procesos públicos.
Tort apunta que en las valoraciones técnicas se han tenido en cuenta “todas las garantías”. “Lo que determina la solución que se elija para el proyecto es el conjunto de todas las capas de valoración, más allá de los equipamientos”, señala, añadiendo que en contratos sobre 5G hay más riesgo porque son redes inalámbricas y se pierde el control, mientras que en fibra óptica hay más seguridad.
De momento, la UTE Sirt-Connecta tiene todas las papeletas para hacerse con la primera licitación, que consta de un presupuesto de 80,3 millones para completar el despliegue de la red de fibra óptica que falta por instalar, y otros 42,8 millones para conectar las sedes y equipamientos de la Generalitat. Sirt es una empresa que comparativamente tiene menos tamaño con las competidoras en este proceso. Se fundó en 2016 y esta misma semana ha firmado un contrato con Indra para aumentar sus capacidades de ciberdefensa y del espacio y crecer en Cataluña. En la valoración técnica, Sirt-Connecta obtuvo una puntuación de 40 puntos; la UTE formada por Telefónica y Tradia obtuvo 36,22 puntos; la UTE Orange-Parlem obtuvo 34,20 puntos; y la UTE Vodafone-Semi, 33,33.
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