España asegura a EE UU que el contrato de Interior con la china Huwaei no supone ningún riesgo de seguridad
Los presidentes de las comisiones de inteligencia del Congreso piden a la Administración Trump que revise los acuerdos de intercambio de información


El Gobierno español ha puesto en marcha los canales diplomáticos para garantizar a la Administración de Estados Unidos que la adjudicación al gigante tecnológico chino Huawei de un contrato de 12,3 millones euros para almacenar escuchas del Ministerio del Interior no compromete en absoluto la seguridad. El movimiento diplomático se produce después de que los presidentes de los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado, los republicanos Tom Cotton y Rick Crawford, remitieran el pasado 16 de julio una carta a la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, en la que le pedían revisar los acuerdos de intercambio de información secreta con España ante el riesgo de que esta caiga en poder de China.
“Le urgimos a revisar los acuerdos de intercambio de información con el Gobierno de España para asegurarse de que ninguna información compartida con los servicios de inteligencia, defensa y cuerpos policiales de España revela ningún secreto de seguridad nacional de Estados Unidos al Partido Comunista Chino (PCCh)”, le emplazan los dos congresistas a la responsable de la Inteligencia norteamericana.
Los misiva alude a la contratación por parte del Ministerio del Interior del sistema OceanStor 6800V VS, de la tecnológica china Huawei, para clasificar y almacenar digitalmente comunicaciones interceptadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado con autorización de jueces y fiscales por un monto de 12,3 millones de euros.
El Gobierno español sostiene que no existe ningún riego de fuga de información a China, ya que se trata de un sistema totalmente estanco, un almacén de grabaciones digitales sin conexión alguna con el exterior, por lo que no pueden producirse intrusiones ni fugas. Las interceptaciones telefónicas que allí se almacenan se refieren, además, a investigaciones de carácter judicial y no a operaciones de espionaje o contraespionaje. La elección de la compañía china para guardar un volumen de información ingente se debe a su menor coste, admiten las misma fuentes, que agregan que se trata solo de prorrogar un contrato que se inició bajo gobiernos del PP.
Por su parte, fuentes del Ministerio del Interior se limitan a señalar que “la contratación cumple con los niveles requeridos en el Esquema Nacional de Seguridad por autoridades de certificación independientes”.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no ha querido pronunciarse sobre el contrato del Ministerio del Interior, aunque hace años que el servicio secreto no utiliza tecnología de Huawei. El servicio secreto español se encarga de certificar este tipo de equipos, aunque su análisis se limita a las características técnicas.
Los dos congresistas estadounidenses subrayan en su misiva que Huawei tiene profundos vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh) y está sujeta a las leyes de seguridad nacional de Pekín, que le obligan a facilitar a las autoridades cualquier dato que le requieran. “En esencia, Huawei y el PCCh podrían tener acceso por la puerta trasera al sistema de interceptación legal de una nación aliada de la OTAN; lo que le permitiría monitorear investigaciones españolas sobre espías del PCCh y otras innumerables actividades de inteligencia”, advierten.
Tras recordar que Estados Unidos ha realizado un gran esfuerzo para retirar de sus redes e infraestructuras la amenaza que suponen los equipos de Huawei, prosigue la carta, “hasta que España siga su ejemplo, el Gobierno estadounidense debería asegurarse de que ninguna información compartida con el Gobierno español contenga detalles que no deberían ser compartidos con el Partido Comunista Chino”.
Los dos congresistas, que se basan en una información publicada el pasado 7 de julio por la web The Objective, el primer medio que se hizo eco del contrato, han remitido copia de su carta a los secretarios de Defensa y Justicia, Pete Hegseth y Pamela Bondi, al director de la CIA, John Ratcliffe, y al director en funciones de la Agencia de Seguridad Nacional, el teniente general William Hartman.
Expertos en inteligencia interpretan la carta de los dos congresistas republicanos como “una sobreactuación”, dada la escasa trascendencia del contrato desde el punto de vista de la seguridad, y no descartan que responda a una represalia por la decisión del Gobierno español de suspender las compras de tecnología israelí para sus Fuerzas Armadas, pero se muestran confiados en que este asunto no afecte al intercambio de inteligencia entre los dos países, que se ha mantenido intenso incluso en los momentos de mayor deterioro de las relaciones políticas.
Otros expertos se muestran, sin embargo, sorprendidos de que el Ministerio del Interior siga contratando con Huawei este tipo de equipos, cuando se ha obligado a los compañías privadas a eliminar la tecnología china, siempre más barata, de sus redes de comunicaciones 5G.
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