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El abogado de la principal acusada de La Chaparra y nuera del tío Toni: “Es la víctima cero de la secta”

Las defensas piden la absolución de los seis procesados, entre los que se encuentra también la pareja sentimental del líder, en la decimosexta y última sesión del juicio, visto para sentencia

“Es la víctima cero de La Chaparra”, ha dicho de la nuera del tío Toni su abogado. La frase resume la baza, contundente, con la que ha jugado la defensa de las dos principales acusadas ―la nuera y la mujer del gurú espiritual― para exculparlas en el juicio contra la secta sexual que lideró durante 30 años Antonio Garrigós, fallecido en prisión, en la masía de Vistabella, en el interior de Castellón.

El letrado ha pedido la libre absolución para ambas de los delitos de abusos sexuales continuados, también a menores, y de asociación ilícita, que les imputa la fiscalía, presentándolas como unas víctimas más y mitigando cualquier responsabilidad porque su “voluntad” había sido “anulada”.

La fiscalía, tras su modificación de penas, pide para ellas 115 años de prisión: 50 años por abusos sexuales y dos años por pertenencia a la organización para la que fuera pareja sentimental del líder; y 61 años por abusos y dos por asociación ilícita para la nuera. La “víctima cero” de La Chaparra, ha incidido el abogado. Captada por el líder a los 15 años a través de sus padres, aseguró haber sido abusada por él en el domicilio familiar. En su testimonio también explicó que a los 16 años usó con ella la “maquinita” ―aparato de estimulación sexual― para “romper el bloqueo de mis ovarios”. Fue el propio Garrigós quien la casó con su hijo. Un gesto más de que tenía su “capacidad volutiva gravemente mermada”.

Este jueves, el juicio ha quedado visto para sentencia tras 16 sesiones y un desfile ingente de testigos y peritos. Una clausura en la que el resto de las defensas de los otros cuatro procesados ―tres mujeres y un hombre― también han pedido la absolución para sus representados.

“No vamos a negar que se trata de una secta profundamente destructiva y peligrosa”, ha comenzado el letrado. Esta realidad “afectó también a mis defendidas”. Manifestando el “respeto hacia todas las víctimas” que han denunciado abusos sexuales siendo menores en el seno de La Chaparra, el abogado ha reconocido que los hubo. “Es evidente”. Pero cometidos únicamente por el líder, ha señalado en su informe final, tras el turno el miércoles de la fiscalía y las acusaciones, que no dejaron resquicio de duda respecto a la implicación de ambas mujeres ―como integrantes del círculo más próximo al líder― en la comisión de los abusos contra menores, bien como coautoras o como cooperadoras necesarias. Para el fiscal, el tío Toni era un “depredador sexual sin escrúpulos” que se valió de este “grupo de mujeres” para cometer “actos aberrantes” contra menores, a los que ha dado total “credibilidad” en sus “escalofriantes testimonios”, que relatan violaciones, masturbaciones y proyecciones pornográficas. Hechos en los que varias de las víctimas sitúan a los integrantes de este círculo próximo a Garrigós.

El abogado de la defensa se ha movido en el plano contrario y durante dos horas ha derribado la idea de la existencia de una jerarquía que actuara como brazo ejecutor del guía espiritual para eximir a tanto a la mujer como a la nuera del tío Toni de cualquier responsabilidad criminal. “Antonio Garrigós era la figura central, el líder y quien realmente llevó a cabo todo esto. Es indiscutible”. Actuaba “de forma personalísima”, ha reseñado.

“La inmensa mayoría de los abusos los cometió Toni estando solo. No necesitaba ni de colaboradores ni complicidad de nadie”, ha aseverado el letrado, para zanjar que sus defendidas “no tomaban decisiones, no gestionaban nada, no adoctrinaban ni captaban a nadie, no hacían labores de espionaje o control”. Eran, ha dicho, dos víctimas más: “Garrigós engañó y abusó de mis representadas; sufrieron su influjo a través de la misma metodología agresiva que el resto”.

Desde la “profunda anulación de su voluntad”, por la “presión psicológica” y la “persuasión coercitiva” del líder, no les dio “el clic” de lo que estaba ocurriendo hasta que salieron de La Chaparra, “como a las demás víctimas”. Para ejemplificar ese jaque mate a sus “capacidades cognitivas” que las aleja, ha insistido, de la posición de liderazgo que sostienen las acusaciones, ha apelado al llamado ‘círculo de las siete elegidas’, impulsado por el tío Toni para albergar masturbaciones grupales ―en las que según varios testimonios participó una menor― con las que arrojar luz al universo y evitar catástrofes. “Lo del ‘círculo de las siete elegidas’ es de centro psiquiátrico y de la unidad de agudos. Si esto no es trastorno mental… Cuando las cosas son tan evidentes no hace falta ingeniería, pero aun así, se hicieron las pruebas psicológicas, que aquí han sido claras”.

El letrado ha ratificado también, en alusión a la pareja y la nuera del tío Toni, que “ninguna de ellas, jamás, mantuvo relaciones sexuales con menores”. La “ausencia de pruebas objetivas” en cuanto a la participación o presencialidad en los hechos de las dos mujeres, y el cuestionamiento de los relatos dados por algunas víctimas, se han unido al argumentario de la defensa para dibujar un escenario contrapuesto al ofrecido por la fiscalía.

Ha desmontado también la tesis de la cooperación necesaria: “Toni tenía voz, manos y móvil. No necesitaba de nadie. No hay, señoría, cooperación necesaria”, ha insistido. El ministerio público recoge que era “imposible” que las dos procesadas no fueran conocedoras de lo que ocurría en la secta en relación a los menores, dado que eran ellas las que en ocasiones llamaban a las niñas cuando eran requeridas por Garrigós para que se personaran en su habitación.

Durante gran parte de su intervención, el abogado defensor ha arremetido contra la “doble vara de medir” a la que han sido sometidas sus representadas y ha sido crítico: “El deber de garante [de los menores] era de las madres que vivían en La Chaparra” que, a su juicio, “conocían de forma consciente” los abusos y que “hoy no se sientan aquí [en el banquillo de los acusados]”.

Tras cinco horas de sesión, en la que las otras dos defensas han presentado también sus informes finales ante el tribunal, para reclamar igualmente la absolución de sus representados, el juicio, uno de los más longevos y de mayor complejidad técnica de los que ha acogido la Audiencia Provincial de Castellón en los últimos años, ha quedado visto para sentencia.

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