Una acusada de La Chaparra dice que nunca imaginó los abusos a sus tres hijos, nacidos en la secta, siendo menores: “No lo habría consentido”

Que la secta de La Chaparra ―liderada por Antonio Garrigós, el tío Toni, fallecido en prisión― captó a tres generaciones y quebró familias enteras, ha quedado patente de nuevo en la sesión de este martes, que ha completado la fase de testimonios de los procesados con la declaración de la sexta y última encausada. Sus tres hijos, víctimas de abusos sexuales siendo menores, nacieron en la comunidad a la que también pertenecía su suegra y su expareja, personados ambos como acusación particular junto a la mayor de las hijas. Fueron los primeros en declarar el pasado 3 de noviembre. 14 sesiones después, el final de la ronda de relatos para tratar de reconstruir lo ocurrido en La Chaparra durante tres décadas tiene como eje la misma familia.

Con la declaración de la última procesada, donde ha incidido en no ser conocedora de los hechos narrados por sus hijos, el macrojuicio a la secta sexual de La Chaparra encara ya su recta final. “Lo que menos imaginé es que [Toni] abusaba de menores”, ha dicho.

Este martes, el fiscal ha comunicado también la modificación de sus conclusiones provisionales. En términos generales, aplica una atenuación de las responsabilidades criminales de los seis procesados y reduce la cuantía de las penas de prisión. A los seis se les atribuían los mismos delitos: nueve de abusos sexuales, seis de ellos a menores, y uno de asociación ilícita.

La Fiscalía considera, tras los testimonios expuestos, que las reglas de participación en los hechos delictivos no son iguales en todos los procesados y que cada uno tenía un rol, por lo que les imputa únicamente aquellos con participación directa. Esta rebaja alcanza también a las principales acusadas, la pareja sentimental y la nuera del líder ―a la que exime de uno de los abusos en los que fue implicada―. Sobre ambas sigue recayendo, no obstante, el mayor grado de participación. Para cada una se solicitaban 65 años de cárcel.

La última de las acusadas en declarar, casada por mediación del gurú y captada, como el resto, en un momento de vulnerabilidad tras una “ruptura sentimental”, era también su amante. “El amor que sentía hacia Toni era espiritual”, ha dicho la mujer, madre de tres de las víctimas que han denunciado haber sufrido abusos sexuales a manos de Antonio Garrigós.

Sobre la mayor de sus hijas, personada como acusación particular junto a su abuela y su padre, ha indicado que le narró que tenía relaciones sexuales con Toni cuando la joven tenía 21 años. “Siendo mayor de edad, por lo que no me lo tomo como un abuso, sino como algo consentido”, ha dicho. Aunque reconoce que no le gustó y que esa relación fue motivo de discusión con Garrigós, niega que esos hechos se produjeran antes. “Porque su padre y yo nos habríamos enterado, hubiéramos puesto el grito en el cielo. No lo habría permitido y habría denunciado”.

Sobre la segunda de sus hijas, ha explicado que no le llegó a contar nada. “Ella misma dice que no ha ocurrido”, ha indicado refiriéndose al testimonio ofrecido por la joven ante la policía. El mismo fue reproducido en la primera sesión del juicio, el pasado 3 de noviembre, y en este la chica reconocía el “machaque psicológico” y las “humillaciones” sufridas por parte del tío Toni, que le instaba a ella y a otras menores a enseñar los pechos, que les tocaba para ver si tenían bultos.

Agentes de la policía científica que declararon como peritos confirmaron la presencia de ADN de la hija mediana de esta procesada en varios de los juguetes sexuales localizados el día de la redada. Un hecho del que se enteró, ha señalado la acusada, dos meses después del operativo. “Nos quedamos hechos polvo”. En ese momento perdió la conexión con el tercero de sus hijos, un niño, con quien estaba en su habitación el día en el que la policía irrumpió en La Chaparra, en marzo de 2022. De los abusos que dijo haber sufrido siendo menor, ha señalado que se enteró “por la denuncia”.

A preguntas del fiscal sobre su participación en ritos sexuales con menores, ha sido tajante: “Para nada”. Sí ha confirmado que mantenía relaciones íntimas con el líder. Lo hizo con un fin “espiritual”: “Nos hacía creer que teniendo hijos con él saldrían puros y salvaríamos al mundo”. No era la única. El resto de mujeres sabía de esas relaciones a varias bandas de Garrigós, pero no hablaban de ello. Sí había celos: “Los celos reinaban en casa [La Chaparra] hacia quienes estaban más cerca de él, pero no eran celos por ser pareja, sino por un tema espiritual”, ha insistido.

El juicio se retomará el 17 de diciembre con la lectura de los informes finales, tras el plazo solicitado por las defensas ante las “extremadamente numerosas” modificaciones trasladadas por la Fiscalía. A estas se han adherido las acusaciones particulares, aunque han ratificado sus conclusiones provisionales respecto a la responsabilidad civil.

Cifras macro para un juicio de “enorme complejidad” ―han destacado las defensas― que ha requerido hasta la fecha de 14 sesiones. En principio fueron cuatro, pero la Fiscalía las consideró insuficientes y por eso pidió el aplazamiento en abril. 53 testigos y una decena de peritos también han participado en los juicios que han sentado en el banquillo a los seis procesados integrantes del círculo más próximo a Garrigós. El tío Toni, sin embargo, ha sido el gran ausente.