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Yolanda Díaz: “Golpear a 12 millones de trabajadores saldrá caro a PP, Vox y Junts”

La vicepresidenta mantiene su empeño en reducir la jornada laboral pese a su derrota en el Congreso, e insta a “meter mano a los márgenes empresariales”

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en la sede del Ministerio de Trabajo en Madrid.Foto: JAIME VILLANUEVA | Vídeo: MARÍA PAGE Y MARTA CÓRDOBA

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno, ministra de Trabajo y líder de Sumar, recibe a EL PAÍS una semana después de uno de sus tragos más amargos en el Ejecutivo: la derrota en el Congreso de su proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Pero muestra su determinación en seguir peleando por esa medida y otras en favor de los trabajadores. Díaz (Fene, A Coruña, 54 años) es consciente de que el Gobierno está en apuros por los escándalos de corrupción, pero quiere que la respuesta sea ir más rápido y dejarse la piel por la agenda social.

Pregunta. Ha habido polémica por el retraso en la aprobación del embargo de armas a Israel. ¿Por qué se anunció una medida de este calado sin tenerla preparada? ¿Algún ministro la estaba frenando?

Respuesta. El real decreto va a llegar ya al siguiente Consejo de Ministros, porque es un compromiso con los derechos humanos, con la causa palestina, con la legalidad internacional y por el bien del país. Y si no se podía dormir ninguna hora del día ni de la noche, no se dormía. No había excusa.

P. ¿Cuál era el escollo y cómo se ha resuelto finalmente estos días?

R. Desde Sumar hemos estado trabajando y presionando en el Gobierno para garantizar que llegara esta semana. Había ministerios que planteaban alguna duda técnica que, parece, ya han resuelto.

P. Sostiene el Gobierno que no se venden armas desde octubre de 2023. Sin embargo, la propia web de la Secretaría de Estado de Comercio refleja que, aunque han bajado significativamente los contratos, hay aún algunos vigentes. ¿Cómo se explica?

R. Es una materia que tiene una importancia y una complejidad brutal. Estamos hablando de la defensa y del uso de materiales y tecnologías que están incrustados en muchos sistemas, no solo en la Armada española. El compromiso es acabar con todo el comercio de armas con Israel y los resquicios que queden hay que eliminarlos. No podemos comerciar con el Gobierno de Netanyahu, que es un criminal de guerra que está practicando un genocidio en Palestina.

P. El PP fue muy crítico con las manifestaciones contra el equipo israelí en la Vuelta y ahora el Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso ha prohibido colocar banderas palestinas en los colegios. ¿Qué le parece?

R. [La presidenta de Madrid] está restringiendo la libertad y hago un llamamiento a la comunidad educativa madrileña a que se rebele frente a la orden de Ayuso.

P. En 2022 sugirió que habría dimitido si hubiera fracasado la reforma laboral, que se salvó por el voto equivocado de un diputado del PP. En esta legislatura, la medida estrella de su ministerio y de Sumar era la reducción de la jornada laboral, que ha fracasado en el Congreso. ¿Se ha planteado dimitir esta vez?

R. Nunca. No es comparable la gran reforma laboral, que después de otras 52, todas regresivas, ha resignificado el concepto de reforma, con esta ley. Aquí estamos hablando de una medida que tiene dos piezas que son clave: el registro horario y el derecho a la desconexión digital. El registro horario salió a consulta pública el jueves de la semana pasada, al día siguiente del debate en el Congreso. Es verdad que es un fracaso parlamentario, pero hay fracasos parlamentarios que te hacen ganar la batalla. Y digo hoy que la reducción de jornada será ley porque sale muy caro golpear a 12,5 millones de trabajadores en la cara como han hecho el PP, Vox y Junts. Aquí hay dos fotos. En la reforma laboral, los diputados que habían votado en contra echándose las manos a la cabeza. Fuerzas políticas que sabían que esa norma era buena para el país, pero por motivos partidistas sacrificaron a los trabajadores. La foto del pasado miércoles, con la reducción de jornada, era la de un PP que no festejó la derrota de esta ministra y del Gobierno de España.

P. Si dice que esto va a acabar siendo ley significa que confía en convencer a Junts. Les dijo que representaban al empresariado más reaccionario. ¿Por qué confían en el acuerdo?

R. Porque llevamos meses de negociación y esta reforma va acompañada de un plan de modernización de las pequeñas empresas y de los autónomos. Exhibí [en tribuna] un documento de bastantes páginas con un articulado redactado. Y ellos mismos, a pesar de que haya sido un debate confrontativo, abrieron la puerta en la réplica [a seguir dialogando] y yo recogí el guante.

P. ¿Y han vuelto a hablar?

R. De esta materia no.

P. ¿Volverán a presentar el proyecto de ley?

R. En cuanto los sindicatos y los actores de este país digan ‘adelante’, iremos adelante y retomaré las negociaciones con Junts. Es posible alcanzar un acuerdo.

P. ¿Quizás la parte socialista del Gobierno no se implicó tanto?

R. El presidente es un firme convencido de la necesidad de trabajar menos y trabajar mejor, y sabe que es una pieza clave. Pero también lo es porque la ciudadanía necesita esperanza. Hablamos de media hora de reducción diaria. El Gobierno tiene que meterle mano con urgencia a los ingentes márgenes empresariales de este país, de esto va el debate. España es la economía de la OCDE que más crece, al 3,2%. El momento es ahora. Los beneficios son obscenos: la banca española, más de 32.000 solo en 2024; el comercio, 15.500 millones... Ha llegado el momento de reducir la jornada laboral, de avanzar democráticamente, de repartir la productividad.

P. ¿Deja tocado su liderazgo en Sumar la derrota en la reducción de jornada?

R. No me preocupa mi liderazgo, lo que me preocupa es que han golpeado a 12,5 millones.

Tenemos que intentar ganar los Presupuestos. Ahora bien, ¿se puede gobernar sin ellos? Sí.

P. Los Presupuestos Generales del Estado para 2026 pintan mal, ¿no le parece? Ya van retrasados respecto al calendario habitual. Podemos, que ha marcado sus líneas rojas, dice que aún no les han llamado.

R. Hay que presentar los Presupuestos, no solo porque sea un mandato constitucional, que también, sino porque tenemos la obligación de diseñar las políticas públicas que el Gobierno quiere para su país, e ir a la ofensiva, negociar con denuedo y hasta el infinito. Quien vota en contra para bloquear un país lo va a tener que explicar a la ciudadanía. El PP es el mejor combustible de Vox. Combustible, por cierto, altamente contaminante. Hoy el PP sacaría peor resultado electoral que el que obtuvo el 23 de julio. Y parte de la explicación es que el votante del PP también quiere que le reduzcan la jornada laboral, que le revaloricen las pensiones, que le subamos el salario mínimo, un servicio de dependencia justo, que le condonen la deuda para que podamos tener educación pública y sanidad pública.

P. Y en este contexto, ¿se puede agotar una legislatura sin ningún Presupuesto?

R. Tenemos que intentar ganar los Presupuestos. No me pongo en ese escenario. Ahora bien, ¿se puede gobernar? Sí.

P. ¿Se equivocó el presidente cuando dijo que gobernaría con o sin el concurso del legislativo, con o sin Presupuestos?

R. Hacen falta el Congreso y los Presupuestos para gobernar. Pero también las formaciones políticas tienen que estar a la altura del país. Yo negocio con el diablo, pero cuando digo negocio, negocio. La política de una parte de la oposición española, que es el bloque del no, de la destrucción, se está convirtiendo en un problema para este país.

El país necesita una reforma de la vivienda como hicimos con la reforma laboral

P. La política de vivienda ha sido uno de los asuntos más difíciles para abordar, y la gran preocupación de los ciudadanos en todas las encuestas. En Sumar son críticos con las ayudas directas, como las que ha anunciado el presidente de unos 30.000 euros, porque consideran que esto puede contribuir a inflar los precios.

R. Es la historia económica de España. Desde el decreto Boyer, en 1982, hasta todas las reformas que hubo. Daba igual quién gobernara. La política en materia de vivienda de España del bipartidismo es fallida. Desde 1979 hasta este momento, esa política ha supuesto 150.000 millones en deducciones. Y no solamente no ha servido para solventar el problema, sino que lo ha agudizado.

P. ¿Hay que construir más pisos?

R. Hay que actuar sobre el precio de la vivienda, que es el principal problema, y contra los fondos de inversión que se están apropiando de nuestras ciudades y que especulan con nuestras vidas. No es justo que un pequeño autónomo tribute al 17% o por encima y un fondo de inversión, una socimi, haga como mucho al 1%. La ley de alquiler de temporada y por habitaciones tiene que salir adelante ya. El país necesita una reforma de la vivienda en España como hicimos con la reforma laboral. Las ayudas a los caseros no sirven. Lo único que hacen es transferir rentas de la ciudadanía a los caseros.

P. Se debate la próxima semana en el Congreso el traspaso de competencias en materia migratoria a Cataluña. ¿Usted está a favor de este traspaso? Y ¿tendrá Sumar una posición única? Los partidos del grupo han expresado sensibilidades distintas.

R. El grupo parlamentario manifestará su posición. Se trata de un planteamiento absolutamente constitucional. El diseño competencial queda tal y como lo tenemos. Ahora bien, el principal problema que tiene España es que necesitamos regularizar ya a las 500.000 personas migrantes que nos acompañan.

El pueblo progresista lo que quiere es un gobierno luchando. Sumar tira del gobierno de coalición

P. ¿Y quién está torpedeando el acuerdo para regularizarlos en el Congreso?

R. Sé las disputas que hay entre distintas formaciones. Ahora, esta es la urgencia que tiene el país y las personas migrantes no son recursos humanos, son seres humanos. Escucho a las patronales, a muchos ministros, a todo el mundo hablar de las personas migrantes como recursos. Y no lo son.

P. ¿Lo de ‘que nos paguen las pensiones’, quiere decir?

R. Lo ha dicho usted. El abordaje del Ministerio de Trabajo y de Sumar es desde la integridad de los derechos humanos. Y digo más, hay que ir a la ofensiva contra la extrema derecha porque la inmigración en el mundo se ha convertido en un chivo expiatorio. Quiero deconstruir el mensaje que se está dando.

P. Tras los casos de corrupción que afectan a dos ex número tres del PSOE, Sumar pidió impulsar la agenda social y medidas anticorrupción. Las derechas han tumbado en el Congreso la oficina para prevenir estos delitos. ¿Es suficiente la respuesta del Gobierno?

R. El Gobierno ha dado un paso adelante, ha aprobado ya la Comisión Interministerial y la medida principal es la agencia pública que recomienda el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO). Igual que con la vivienda o la precariedad laboral, en España no se ha arreglado este problema porque no se ha querido. Estamos ante un PP que banaliza los golpes que pretende dar al presidente del Gobierno a través de la corrupción, pero cuando hay que votar por algo serio, vota en contra. El Gobierno volverá a presentar esta iniciativa las veces que haga falta.

P. ¿Aunque luego la mayoría no dé en el Congreso?

R. Efectivamente. El pueblo progresista lo que quiere es un Gobierno luchando. Sumar avanza, tira del Gobierno de coalición. El PSOE arrastra mucho los pies. Nos decían que no podíamos llevar los permisos [por nacimiento y cuidados] porque no teníamos los votos. Fue de las pocas votaciones que salieron con el apoyo de toda la Cámara y con la abstención de Vox.

Golpear las instituciones en una estrategia de la extrema derecha. Feijóo no se ha enterado aún de que trabaja para Vox

P. ¿Algo va mal en España cuando escuchamos al presidente del Gobierno y a algunos ministros decir que hay jueces que hacen política?

R. Sí. Algo va mal en España cuando tenemos un PP que ha bloqueado durante cinco años el CGPJ; cuando se rompe la institucionalidad. Algo va mal cuando Feijóo desvela una conversación privada con el jefe del Estado; cuando se golpean las instituciones en una estrategia deliberada de la extrema derecha en España y en el mundo. Feijóo no se ha enterado aún de que trabaja para Vox.

P. ¿Usted también cree que hay jueces que hacen política?

R. Los jueces y las juezas hacen una labor encomiable, es injusto afirmar eso. Como en todas las profesiones, hay jueces cuyos comportamientos son irregulares, que dan conferencias en las que dicen auténticas barbaridades, que se manifiestan togados, que cinco días antes de las elecciones europeas hacen un señalamiento a la esposa del presidente. Hay jueces y juezas que sí intervienen en política, no tengo duda.

P. ¿Hace el fiscal general del Estado daño a la institución manteniéndose en el cargo después de la apertura de juicio oral en su contra?

R. Hace mucho daño tener un fiscal general procesado, pero tiene derecho a demostrar su inocencia, en cumplimiento estricto del artículo 24 en la Constitución. Porque si hay una causa también singular es esta. Feijóo cuando era presidente de la Xunta de Galicia siempre tuvo cierta animadversión por el que hoy es fiscal general del Estado, fiscal en aquel momento en la causa del Prestige.

La política no va de descalificar al adversario o al compañero de trincheras. Va de mejorar la vida de la gente

P. ¿La propuesta de Gabriel Rufián de unir a toda la izquierda es inviable en España?

R. ERC dijo al día siguiente que no la compartía. En mi opinión, España necesita dos cosas. La primera, resetear la legislatura en términos sociales, y lo que quieren los españoles es ver a las fuerzas que componen el Gobierno luchando por ellos. Y dos, un poco de esperanza. El problema que tenemos es que hoy el principal partido al que votarían los jóvenes se llama abstención. Necesitamos movilizar. No basta con fórmulas electorales.

P. En 2023 todo el espacio a la izquierda del PSOE estaba junto, todos los partidos de Sumar, incluido Podemos...

R. Bueno, estaba junto en el último minuto.

P. Sí, pero ir juntos es una forma de rentabilizar votos. ¿Es posible reeditar esa alianza diciéndole a los ciudadanos que al día siguiente cada uno se irá a su grupo?

R. Mi opinión es que hoy Podemos y Sumar son dos proyectos políticos muy diferentes. Ahora bien, creo que tenemos que caminar y coordinarnos para hacer posible lo que la ciudadanía quiere. En lo que de mí dependa, no voy a permitir que España retroceda.

P. ¿Quiere decir que estaría dispuesta a presentarse de nuevo?

R. No, quiero decir que donde esté, voy a trabajar para animar a la gente progresista.

P. ¿Pero ha decidido ya si va a presentarse?

R. No. Cuando lo haya decidido, lo comunicaré.

P. ¿Podemos juega a derribar el Gobierno como ha dicho esta semana Antonio Maíllo?

R. No opino de ninguna formación política, ni de lo que dice un dirigente u otro. La política no va de descalificar al adversario o a veces al compañero de trincheras. La política útil va de elevar el nivel y de mejorar la vida de la gente. Lo que importa ahí son los proyectos de país.

P. Los liderazgos también importan.

R. Sí, claro

P. ¿Y Sumar tiene liderazgos alternativos?

R. Estoy segura. No es un debate banal, pero las imágenes se construyen colectivamente, yo no soy nadie sin mi equipo. No me escabullo de la pregunta que me hace, pero ahora mismo estoy en lo que estoy.

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