Unas 2.000 personas claman en León por la dimisión de Mañueco tras la crisis de los incendios
Los manifestantes exigen cambios en las políticas forestales, defienden a los bomberos y piden el cese del consejero de Medio Ambiente

Unas 2.000 personas, según datos policiales, han reclamado la dimisión del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), durante una manifestación convocada en León para protestar por la gestión autonómica de los incendios. La provincia ha perdido decenas de miles de hectáreas arrasadas por las llamas durante un agosto crítico que ha expuesto las flaquezas del dispositivo contra el fuego de la comunidad. Los asistentes han recorrido la ciudad y han terminado su protesta ante la delegación de la Junta en León, donde han quemado un muñeco vestido de bombero y el rostro del consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Los presentes han reclamado mejoras profesionales para los bomberos, visibilidad para los territorios despoblados y el cese del consejero de Medio Ambiente y presidente de la gestora que dirige al PP de León. Los brigadistas han encendido bengalas y han provocado una humareda agitada por sus batefuegos ante las ovaciones de los presentes. Mañueco encara estas protestas con apenas seis meses para los comicios autonómicos, los primeros del próximo ciclo electoral.
La concentración ha comenzado en las proximidades de la catedral de León, donde se han visto banderas de la comarca de El Bierzo, una de las principales castigadas por los focos, y de varias zonas de León, así como múltiples enseñas leonesistas, una fuerza política y social provincialista que clama con romper con la Junta de Castilla y León. Su caminata por la ciudad ha sido aplaudida por los viandantes o clientes de las terrazas. Los manifestantes han recordado a los tres fallecidos durante el pasado agosto en León, dos voluntarios que se quemaron en Quintana y Congosto cuando seguían órdenes de un puesto de mando, y de un bombero soriano de un retén de refuerzo destinado a Espinoso de Compludo.

Los convocantes, varias asociaciones de bomberos y colectivos sociales, han reiterado las desatenciones que sufre el medio rural, la escasez de prevención autonómica y las penurias de los brigadistas. Estos trabajan bajo un modelo público-privado y la mayoría durante apenas unos meses al año, de modo que instan a contrataciones anuales para incrementar su capacitación y las labores sobre el terreno. “Más bomberos, menos consejeros”, han cantado, junto a consignas como “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”, “Mañueco, cabrón, trabaja de peón” o “Bomberos forestales, públicos y estables”.
La cita ha contado con un notable tinte político, con representantes de varios partidos de la oposición y de izquierdas, cargando contra el hegemónico PP, que gobierna desde 1987. “¡Mañueco, Quiñones, dimisión!”, se ha coreado en múltiples ocasiones, así como directamente “¡Mañueco dimisión!”. Esta concentración llevaba semanas convocada y ha sido la de mayor afluencia desde que en agosto comenzara la crisis de los incendios: esta ciudad vivió una primera manifestación cuando aún había varios frentes activos y hubo también marchas en Valladolid, La Bañeza (León), Soria o el norte de Palencia, donde también ha habido amplios territorios carbonizados.
La marcha se ha detenido en varios momentos y en uno de ellos han quemado el muñeco relleno de paja simbolizando a Quiñones, todo entre cánticos para pedir su dimisión. El grupo de bomberos ha recordado su estatus de “peón forestal”, que les resta derechos profesionales, y han leído mensajes recordando a las víctimas de los fuegos entre varias preguntas para las instituciones: “¿Cuántas muertes más hacen falta? ¿Cuántos heridos? ¿Cuántas hectáreas?”. A la hoguera del muñeco han lanzado carteles, proclamas y fotos críticas con Mañueco y Quiñones. También han homenajeado a su compañero Nacho Rumbao, fallecido hace unas semanas, y han llevado a la concentración el chasis del vehículo contra incendios donde sufrió el accidente de resultado mortal. El recorrido ha concluido ante la sede de la Junta en León, donde han leído un manifiesto con las quejas del sector y han guardado un minuto de silencio por las víctimas de los fuegos.

Los bomberos han dibujado en el suelo “No somos peones, somos bomberxs forestales”, además de quemar nuevamente paja y unos neumáticos para llenar de humo los alrededores entre gritos de “Que arda la Junta”. El compañero del bombero Nacho Rumbao, fallecido hace unas semanas, ha leído unas palabras en su honor y ha precedido a otro colega leyendo el manifiesto, mencionando los graves incendios de Zamora de 2022, cuando “advertimos del peligro” y que “si las decisiones siguen en manos de los mismos responsables, esto volverá a pasar”.
Uno de los bomberos citados en León explica que el gremio necesita “mejores condiciones” ante la “falta de medios” recurrente en el dispositivo autonómico, para lo cual reclaman un modelo íntegramente público y más volcado en los trabajadores. El matrimonio de María Carmen García y Eugenio Sánchez, de 71 y 77 años, afirma haber acudido al encuentro porque tienen a un hijo en el dispositivo y es “medio bombero” porque sus condiciones no le permiten serlo al completo. “Queremos que sea estable y haya menos incendios”, indica ella, y él tira de nostalgia: “Desde que dejé de ordeñar las vacas, el campo está abandonado”.
Al llamamiento han acudido muchas personas de otras provincias, como María Rivero y Clara García, de 27 años y desplazadas desde Benavente (Zamora). García reniega de los políticos autonómicos y de sus “grandes sueldos para luego no trabajar nada, dan vergüenza cobrando lo que cobran y mientras la gente apagando fuegos con rastrillos y tractores”. Su amiga destaca que tiene conocidos que han perdido propiedades durante la ola de fuegos y apela por “hacer bulto y mostrar la unión del pueblo”. La zamorana considera que “León, Palencia o Zamora están invisibilizadas, hay provincias como Valladolid con mucho más prestigio” y añade que de su grupo de amistades la mayoría trabaja en Madrid o Barcelona como ejemplo de la despoblación que influye en el abandono del campo y facilita el desarrollo de los incendios.
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