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La ultraderecha se desinfla en un Torre Pacheco cercado cinco días por el odio xenófobo

La Guardia Civil y la Policía Local habían preparado un despliegue de unos 130 agentes en el pueblo para impedir un choque entre los convocantes y los vecinos de origen magrebí

Concentración convocada por grupos de ultraderecha en la plaza del Ayuntamiento de Torre Pacheco (Murcia) este martes.Foto: ALFONSO DURAN | Vídeo: EPV

A las 19.30 de este martes, un grupo de hombres fornidos se ocultaban en un garaje. Las calles aledañas de la plaza del Ayuntamiento de Torre Pacheco estaban vacías y todo hacía prever un pinchazo en la gran convocatoria de algunos grupos de ultraderecha que llamaban a la “caza al magrebí”. Media hora antes de constatar que el pueblo de 40.000 habitantes, cercado desde hace cinco noches consecutivas por el odio racista y xenófobo, está ya cansado de que un nuevo conflicto eleve más la tensión, esos cuatro hombres salían de la cochera en un Audi Q5 escoltados por la Guardia Civil hacia la salida del pueblo. Eran Daniel Esteve y los suyos, de la empresa Desokupa, uno de los principales convocantes. A las 20.00, unas 150 personas, según fuentes policiales, se arremolinaba en una esquina cercana ante decenas de medios de comunicación. La gran movilización contra la inmigración se ha desinflado en un municipio que vive también de lo que cientos de vecinos de origen marroquí cosechan del campo.

Desde este lunes, diferentes canales de ultraderecha, como Desokupa, Deport Them Now o Democracia Nacional, avisaban de una convocatoria en el corazón del municipio para este martes. Se trataba de la primera manifestación organizada por estos grupos —aunque sin el permiso de la Delegación de Gobierno— desde los primeros disturbios que se desataron el viernes pasado. El líder de Desokupa, Daniel Esteve, anunciaba que iba a llegar con sus hombres a Torre Pacheco para emprender “patrullas vecinales”, para enseñarles a “defenderse”, para repartir “sprays de defensa legal” a los vecinos “españoles”. Días antes habían difundido carteles compartidos por redes sociales que rezaban “Manifestación contra las agresiones a nuestros abuelos” y otros que, directamente, llamaban a la “caza al magrebí”, con una imagen de unos jóvenes marcados con una diana en la frente.

Una manifestante porta una bandera española con el sagrado corazón de Jesús.

El municipio, que se había preparado con un despliegue policial reforzado para este martes, se ha mantenido asegurado desde primeras horas de la tarde con controles policiales. Los agentes revisaban de manera aleatoria los maleteros de algunos vehículos. En total, según los datos de la Delegación del Gobierno, había desplegados unos 130 agentes entre Policía Municipal y Guardia Civil. Muchos de ellos, blindando las entradas y salidas del barrio de San Antonio, donde viven la mayoría de vecinos de origen marroquí.

Jonathan había llegado desde Almería con su coche para asistir a la manifestación. Su objetivo no era tanto político como profesional. Mantiene una cuenta de Tik Tok y no podía perderse un Live de una concentración que prometía granjearle miles de nuevos seguidores. “También te digo que yo si se lía me voy. Yo no me meto. Tampoco creo que esto ayude a que la situación en el pueblo se calme”, aseguraba desde la plaza del Ayuntamiento.

Concentración convocada por grupos de ultraderecha en la plaza del Ayuntamiento de Torre Pacheco.

Rosa no es su nombre, pero prefiere no dar a conocer su identidad “por cómo están las cosas últimamente”, se excusa. Se ha acercado con su hija de 19 años porque está “harta” de lo que está pasando en su pueblo. “Hemos convivido toda la vida con los marroquís, trabajamos con ellos, son nuestros vecinos. Pero es verdad que hay un grupo de niñatos que nos dan mucho miedo”, ha señalado. “También te digo, cómo empiecen con tonterías racistas o de ultraderecha, nos vamos. No se enteran de qué va esto. Solo queremos seguridad y eso es para unos y otros”, agregaba unos minutos antes del inicio de la manifestación.

Las estrellas visibles de una concentración desinflada, que una hora después apenas contaba con un grupo reducido de jóvenes que gritaban “Pedro Sánchez, hijo de puta” — y ninguna mención al pueblo marroquí—, fueron los influencers de ultraderecha. Vito Quiles, que había acudido desde la mañana al municipio escoltado por dos hombres fuertes desde Murcia capital; Bertrand Ndongo, que hasta ha dado un mitin ante la falta de pronunciamientos de los manifestantes; y algunos líderes de Frente Obrero. Entre todos protagonizaron un show mediático, con ruedas de prensa improvisadas que pedían un “mayor control de la migración ilegal”. Quiles incluso ha salido a declarar como portavoz del líder de Desokupa justificando su espantada: “Él no se quería ir, quería estar aquí con los manifestantes, pero la Guardia Civil le ha asegurado que podría poner en riesgo a la gente”.

Grupos de ultraderecha en la plaza del Ayuntamiento de la localidad murciana, la tarde de este martes.

Hacia las 21.30 y con la plaza despejada, también las calles que la rodean, un grupo reducido de manifestantes, todos de negro, esperaban como pasando la tarde en este punto del centro del pueblo. Algunos vecinos desde los balcones temen que al caer la noche los choques entre unos y otros sean, una vez más, inevitables.

Al otro lado del pueblo, lejos de la concentración convocada por los ultras, la comunidad inmigrante de Torre Pacheco, en el barrio de San Antonio, vivía completa calma y esperaba que los manifestantes no llegaran hasta su barrio. Los chavales jugaban fútbol en las calles, los mayores se sentaban a la sombra de sus portales y un sólido control policial bloqueaba la entrada al barrio. “Aquí los marroquíes también están siguiendo las redes y si ven que no pasa nada, tampoco van a salir”, decía Omar, un chaval del barrio, nacido en Marruecos hace 25 años, y quién vive en este pueblo desde que tenía cinco. Los más jóvenes, de todas formas, se mantenían alerta ante cualquier novedad desde el otro lado de Torre Pacheco, en caso de que tuvieran que concentrarse de nuevo, como lo han hecho las últimas cuatro noches ante la persecución en su contra.

El barrio de San Antonio rogaba por una noche de paz. Desde el viernes, han temido que los ultras venidos de fuera vuelvan a correr por sus calles lanzando arengas contra ellos, que llevan viviendo en Torre Pacheco desde hace más de 30 años. Los más jóvenes han nacido, se han criado y han estudiado aquí. Durante los últimos cuatro días, la imagen en el barrio ha sido casi calcada: de día, los vecinos hacen su vida con miedo y, al caer la noche, un nutrido cordón policial se despliega en la boca de entrada y decenas de chavales se concentran a la espera de que vuelvan a aparecer los ultras. La noche del sábado sí aparecieron. Y llegaron hasta el barrio. Durante un rato largo, persiguieron entre las calles a los jóvenes que respondían lanzando piedras y botellas. Los agentes de la policía impidieron que llegaran a encontrarse cuerpo a cuerpo. El domingo, ya los ultras no llegaron hasta allí. Ante la presencia de la Policía local y la Guardia Civil, optaron por incursiones dirigidas en la periferia. En una de esas, unos cuarenta hombres vestidos de negro y con cascos de motocicleta, entraron a un local de kebab y lo reventaron. Y a la noche siguiente, la del lunes, no se les vio. Los jóvenes marroquíes sostuvieron una concentración a escasos metros de la policía que mantuvo la tensión al máximo; sin que llegara a estallar.

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