Trump anuncia una inversión privada de 92.000 millones de dólares en energía e innovación para dar la batalla de la IA a China
La Administración redobla su apuesta por la innovación con millonarios contratos ‘estratégicos’ del Pentágono a OpenAI, Google y xAI, la empresa de IA de Musk


La carrera por el liderazgo mundial de la inteligencia artificial (IA) se juega decididamente en terreno estadounidense, con China como el antagonista a batir, aunque no se le nombre. Horas después de que OpenAI, Google de Alphabet, Anthropic y xAI, la empresa de IA de Elon Musk, obtuvieran contratos de hasta 200 millones de dólares cada uno, para fomentar las capacidades avanzadas de inteligencia artificial en el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha anunciado este martes una inversión de 92.000 millones de dólares en inteligencia artificial (IA) y centros de datos en Pensilvania, de la mano de grandes empresas y tecnológicas como Google o Blackstone.
Durante una cumbre sobre innovación y energía celebrada en Pittsburgh, el mandatario desglosó el total entre los más de 56.000 millones de dólares destinados a nuevas infraestructuras energéticas y un proyecto de 36.000 millones para construir nuevos centros de datos. “En las próximas semanas voy a anunciar mucho más que esto”, ha dicho, apuntándose personalmente una apuesta que saldrá de los arcas de las compañías privadas.
“Creo que estamos en una verdadera edad de oro para EE UU”, dijo, en referencia a la conocida Gilded Age de los grandes industriales del ferrocarril y el acero de finales del siglo XIX que forjaron el país moderno. “Van a ver acción de verdad aquí, así que prepárense. Muchos empleos, mucho éxito”, declaró durante la cumbre, en la que estuvo acompañado por los responsables de las principales empresas del ramo, como Meta, Anthropic, BlackRock, Exxon Mobil y Amazon Web Services. El futuro que representan esos proyectos “se construirá aquí mismo, en Pensilvania, en Pittsburgh, y por extensión en los Estados Unidos de América”.
Los 92.000 millones de dólares son la suma de las múltiples inversiones que se han anunciado durante la cumbre, entre ellas una de Google, que destinará más de 3.000 millones al mayor acuerdo hidroeléctrico del país con la compañía Brookfield Asset Management. Google modernizará dos plantas hidroeléctricas de esta empresa en Pensilvania como parte de unos acuerdos iniciales de compra de energía a 20 años, que le proporcionarán hasta 3.000 megavatios para alimentar sus centros de datos.
A la vez, Google y Blackstone anunciaron también la inversión de 50.000 millones de dólares, 25.000 millones cada una, en centros de inteligencia artificial (IA) y energía en Pensilvania y estados vecinos. Los fondos servirán para financiar “nuevos centros de datos, una nueva generación de energía e infraestructura de red”, según fuentes de la organización de la cumbre, así como programas de formación en IA para empresas. ¿Por qué la combinación de IA y energía en el enunciado de la convocatoria? Porque, para alimentar los exigentes centros de datos que los grandes de la tecnología prevén construir, necesitarán energía a raudales.
Es decir, “infraestructura críticas”, generadoras de empleos de calidad y alimentadas por universidades “que impulsan la innovación y la proximidad estratégica a más de la mitad de la población del país”, según el senador republicano por Pensilvania Dave McCormick, que ha secundado a Trump en la cita de Pittsburgh, para “impulsar una nueva era de crecimiento industrial en la que EEUU domine la energía”. Ese crecimiento pretende revitalizar zonas antaño industriales y abandonadas en los años de la deslocalización. Uno de los proyectos se desarrollará en Aliquippa, en su día epicentro siderúrgico del hoy depauperado valle de Ohio.
El gran anuncio coincide con la reanudación de las ventas a China del microchip H20 de Nvidia, que se ha convertido en uno de los protagonistas de una carrera global, la de la IA, que enfrenta a las economías avanzadas. La prohibición de exportar a China el citado semiconductor hizo perder a la firma 5.500 millones de dólares en abril. La reanudación de las exportaciones a China ha vuelto a disparar la cotización de Nvidia, que este martes ha rozado límites históricos.
El Pentágono no quiere quedarse atrás en esta peculiar batalla de los chips. “La adopción de la IA está transformando la capacidad [del Departamento de Defensa] para apoyar a nuestros combatientes y mantener una ventaja estratégica sobre nuestros adversario”, declaró el responsable digital y de IA del Pentágono, Doug Matty, al anunciar los contratos con los grandes del sector.
Las agencias del Gobierno estadounidense han ampliado el uso de la IA, impulsadas por una orden de la Casa Blanca que en abril promovió su adopción. El presidente Trump también ha suavizado la regulación de la tecnología revocando una orden ejecutiva de la era Biden de 2023, que pretendía reducir los riesgos de la IA mediante la divulgación obligatoria de datos.
Por su parte, xAI, la empresa de Musk, anunció el lunes un paquete de productos llamado Grok for Government, poniendo sus modelos avanzados de IA, incluido su último buque insignia Grok 4, a disposición de clientes federales, locales, estatales y de seguridad nacional. El nuevo Grok se estrenó la semana pasada entre la polémica antisemita y la promesa del magnate y hasta hace unas semanas responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental de la Casa Blanca (DOGE, en sus siglas inglesas) de ofrecer la IA “más inteligente”.
El Pentágono anunció el mes pasado la adjudicación a OpenAI de un contrato de 200 millones de dólares, según el cual el fabricante de ChatGPT “desarrollará prototipos de capacidades de IA de vanguardia para afrontar retos críticos de seguridad nacional tanto en el ámbito bélico como en el empresarial”.
Los contratos anunciados el lunes estrechan los lazos entre las empresas que lideran la carrera de la IA y las operaciones del gobierno estadounidense, al tiempo que plantean preguntas sobre la necesidad de contratos competitivos para el uso de la IA en las agencias federales. En mayo, la senadora demócrata Elizabeth Warren instó al Pentágono a preservar la defensa de la competencia a la hora de contratar IA, como método para frenar la galopante penetración del chatbot Grok de Musk en el Gobierno federal.
El presidente ha estado acompañado de los responsables de las principales compañías del ramo, entre ellas .
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