El Supremo solicita a la filial de Renfe los detalles de la contratación de la mujer que supuestamente ‘enchufó’ Ábalos
El juez ordena en el mismo auto que se averigüe el domicilio actual de Claudia M., que no acudió a declarar como testigo el martes al no haber podido recibir la notificación


El juez del Tribunal Supremo que instruye la causa contra el exministro socialista José Luis Ábalos, Leopoldo Puente, ha solicitado este miércoles a Logirail SME, una de las filiales de Renfe, que le remita los detalles de la contratación de Claudia M., la mujer asturiana que supuestamente Ábalos enchufó en dicha empresa en 2019 mientras era ministro de Transportes. En el auto, el magistrado pide al presidente del consejo de administración de la compañía que le explique “el modo en que fue publicada la vacante” que acabó ocupando Claudia M. (fecha y el canal en el que se difundió la oferta o las razones por las que no se publicitó), el número de concursantes que optaron a la adjudicación, los detalles del proceso selectivo, si hubo entrevistas y, en este caso, quién fue la persona que las realizó. También ha requerido el contrato de trabajo firmado entre la mujer y la empresa pública. “Explique, si quiera sucintamente, en qué consistían las actividades profesionales encomendadas a Claudia M. durante su relación laboral con Logirail SME e identifíquese a la persona que le encargaba los concretos trabajos a desarrollar y a la que de forma directa rindiera cuenta. Deberá indicarse la identidad de quienes en la mencionada empresa actuaran como jefes inmediatos de la referida trabajadora”, señala el magistrado en el auto.
El juez instructor también ha ordenado que se realicen las gestiones oportunas para averiguar cuál es el domicilio actual de la mujer. Claudia M. estaba citada a declarar como testigo este martes por su presunta vinculación con el exministro socialista, pero no acudió a los tribunales por problemas con la notificación. El juez Puente, de hecho, explica en su escrito que la Comisaría especial del Supremo contactó telefónicamente con la interesada para informarle sobre su declaración como testigo y para requerirle una dirección de correo electrónico para remitirle la citación, pero la mujer se negó a dar sus datos personales y manifestó que “deseaba ser citada personalmente en su domicilio, que no facilitó”.
Los agentes encargados de comunicar la citación solicitaron la colaboración a la Policía Nacional de Gijón (demarcación en la que Claudia M. tenía su último domicilio conocido) para entregarla, pero “nadie fue encontrado” en dicha dirección. Los vecinos, preguntados por el paradero de la mujer, informaron a las autoridades que había sido desahuciada y desconocían donde vivía en la actualidad. “Al no tenerse plenamente la certeza de que la citación hubiera llegado de forma cumplida al conocimiento de la mujer, y siendo desconocido su actual paradero, procede comprobar si en el punto neutro judicial puede obtenerse un domicilio operativo (...) al solo efecto de que se averigüe el domicilio actual de la mencionada persona, a fin de que pueda ser citada para declarar como testigo en esta causa especial”, aparece en el auto.
Un informe de la UCO de este abril reveló que Ábalos medió supuestamente para que Claudia M. fuera contratada por Logirail. “Para ello, Koldo [García, entonces asesor de Ábalos] actuó como transmisor con el fin de que dicha contratación no solo se llevara a cabo, sino que, una vez fuera formalizada, no fuera rescindida”, redactaron los agentes. El comienzo de la contratación se sitúa el 8 de octubre de 2019, según una conversación de WhatsApp entre Ábalos y su asesor Koldo García. “¿A la de Gijón no la puede contratar en Renfe, Adif o alguna de sus subcontratas?”, pregunta Ábalos. García le dice que sí y añade: “Lo arreglo”. Unos días después, el 16 de octubre, la mujer le envía su currículum al asesor del ministro, que inmediatamente se lo remite al entonces presidente de Renfe, Isaías Taboas. Tras una semana, el 23 de octubre, Claudia M. le confirma a Koldo que le habían llamado para un trabajo. Y el 21 de diciembre, Ábalos y su entonces asesor comentan durante una conversación que la mujer ya había empezado a trabajar.
La Guardia Civil también señaló en su informe varios cruces de mensajes entre la mujer y Koldo García, en el que esta le cuenta que tiene varios problemas en el trabajo porque no va a la oficina y que la van a despedir. El asesor de Ábalos se compromete a mediar.
Un día después de esta conversación, Claudia M. escribe a García: “No tengo palabras de agradecimiento (...) por todo lo que estáis haciendo. Agradecerte a ti personalmente (...) no te voy a defraudar ni a Jose en nada”. Estos mensajes, advierte la UCO, “permiten colegir que el ministro y su asesor habrían tenido una participación directa en este asunto”. Un día después de esa conversación, 18 de febrero, la mujer figura como dada de alta como empleada de Logirail. Varios meses después, la mujer envía a García la prorroga de su contrato, hasta 2022. No obstante, en mayo de 2021 la mujer se vuelve a quejar del trato que estaba recibiendo en la empresa y pide la implicación de Ábalos, aunque según la UCO, Koldo García dejó de intermediar. La mujer fue despedida en febrero de 2022.
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