La mujer a la que Ábalos supuestamente enchufó en una filial de Renfe no acude a declarar al Supremo
Claudia M. estaba citada por su presunta vinculación con el exministro y no se ha presentado por un problema con la notificación


La mujer asturiana a la que el Tribunal Supremo había citado como testigo para este martes por su supuesta vinculación con el exministro socialista José Luis Ábalos no ha acudido al alto tribunal. Fuentes del caso señalan que no se le ha podido notificar oficialmente la citación del magistrado Leopoldo Puente porque, tras ser contactada por teléfono por la policía, rechazó atender la citación por esa vía y no fue localizada en la dirección que constaba como su domicilio. El fiscal ha reclamado que se averigüe su paradero para citarla de nuevo y fuentes del caso señalan que Puente tenía previsto notificar una decisión en ese sentido este mismo martes, pero un problema informático en el Supremo le ha impedido hacerlo.
Puente, que investiga la supuesta trama corrupta que tuvo su epicentro en el Ministerio de Transportes durante la etapa de Ábalos, citó a Claudia M. después de que un informe de la UCO revelara que el exministro supuestamente medió para que ella fuera contratada por la empresa pública Logirail SME, cuyo único accionista es Renfe, dependiente de Transportes. “Para ello, Koldo [García, entonces asesor de Ábalos] actuó como transmisor con el fin de que dicha contratación no solo se llevara a cabo, sino que, una vez fuera formalizada, no fuera rescindida”, señalan los agentes.
La Guardia Civil sitúa como punto de partida de esa contratación una conversación de WhatsApp entre Ábalos y su asesor el 8 de octubre de 2019, donde el primero se interesó por la posibilidad de que Claudia M. fuera contratada por alguna entidad dependiente del Ministerio de Transportes. “A la de Gijón no la puede contratar en Renfe, Adif o alguna de sus subcontratas?”, pregunta Ábalos. García le dice que sí y añade: “Lo arreglo”. Unos días después, el 16 de octubre, la mujer le envía su currículum al asesor del ministro, que inmediatamente se lo remite al entonces presidente de Renfe, Isaías Taboas.
Una semana después, el 23 de octubre, Claudia M. le confirma a Koldo que le habían llamado para un trabajo. Y el 21 de diciembre, Ábalos y su entonces asesor comentan durante una conversación que la mujer ya había empezado a trabajar. La Guardia Civil recoge también cómo el asesor facilitó alojamiento a Claudia R. durante un viaje de trabajo de esta a Madrid en febrero de 2020, y agendó una cena con el entonces ministro. Unos días después, ella le cuenta al García unos problemas laborales y este se compromete a mediar, para lo que la mujer le envía los teléfonos de sus jefes. Este problema estaría relacionado, según la Guardia Civil, con el hecho de que ella no fuera a la oficina. “Que si se lo puedes mandar por escrito o llamar para cubrirse él las espaldas. El motivo por [el] que no voy a la oficina”. Días después, la mujer informa a García de que le han comunicado que le van a abrir un expediente para despedirla.
Justo al día siguiente, estaba prevista una reunión en el Ministerio de Transportes entre el presidente de Renfe y el entonces asesor del ministro. Horas después, Claudia M. le cuenta a García que le han llamado de Logirail para solucionar su situación. “No tengo palabras de agradecimiento (...) por todo lo que estáis haciendo. Agradecerte a ti personalmente (...) no te voy a defraudar ni a Jose en nada”, le dice la mujer. Estos mensajes, advierte la UCO, “permiten colegir que el ministro y su asesor habrían tenido una participación directa en este asunto”.
El informe de la Guardia Civil recoge una copia de la nómina de la mujer, según la cual, esta figura dada de alta como empleada de Logirail desde el día después de esa conversación, el 18 de febrero. Transcurridos varios meses, la mujer remite a García una copia de la prórroga de su contrato, desde el 18 de febrero de 2021 al 17 de febrero de 2022. Sin embargo, en mayo de 2021 la mujer se queja al entonces asesor del ministro del trato que estaba recibiendo en la empresa, y pide la implicación de Ábalos, aunque según la UCO, Koldo García dejó de actuar ante los requerimientos de ella. La mujer fue despedida en febrero de 2022.
La UCO ha encontrado también unos mensajes enviados por Claudia M. a Ábalos meses después, en los que esta se queja del comportamiento que García tuvo con ella durante el tiempo que trabajó en Logirail. “Me pedía cosas obscenas y me decía que no te dijera nada”, dice la mujer, que asegura que lo tiene “todo grabado” y añade: “Pues recuerdo que era mi superior y por no perder mi puesto de trabajo lo que tuve que aguantar”.
Este martes también está citado a declarar César Moreno, uno de los socios del empresario Víctor de Aldama, el comisionista y presunto cabecilla de la trama, que forma parte de un grupo de WhatsApp llamado El Mosquetero que aparece en varios informes de la UCO. El Supremo ha citado a Moreno como testigo, pero ha acudido acompañado de su abogado porque está imputado en la parte del caso Koldo que investiga la Audiencia Nacional.
Fuentes del caso señalan que Moreno ha rechazado contestar a casi todas las preguntas al considerar que podía afectarle a su defensa. Sí ha admitido que es socio de Aldama, pero ha rechazado conocer personalmente a Ábalos y al que fuera su asesor. El magistrado Puente citó a Moreno al considerar que puede aportar información sobre las supuestas entregas periódicas de 10.000 euros mensuales por parte de Aldama a Koldo García.
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