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Los trabajadores necesitan más de una vida laboral para comprar una casa en seis comunidades

Los ciudadanos de Baleares, Madrid, Cataluña, el País Vasco, Canarias y Andalucía requieren de hasta 57 años de trabajo para adquirir una vivienda sin gastar más del 30% del salario

Pablo Sempere

Hay quienes pasan media vida pagando una casa, y hay quienes necesitarían vivir dos veces para poder costearla. En España, tener vivienda propia se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza porque, en muchos casos, ni un trabajo estable es suficiente para sufragarla. En seis comunidades autónomas, un trabajador medio necesitaría más de 38 años de sueldo para adquirir un inmueble propio en solitario sin sobrepasar los límites de esfuerzo financiero recomendados, más que toda una carrera laboral completa.

El cálculo parte de la recomendación de no destinar más del 30% de los ingresos mensuales brutos del hogar al pago de los gastos relacionados con la vivienda, es decir, hipoteca o alquiler más suministros básicos. Ese es el consejo de los economistas, de los bancos e incluso de las Administraciones públicas, y es el porcentaje que recoge la ley estatal de vivienda como límite entre unas condiciones asequibles o una situación de sobreesfuerzo. Pero hoy en día adquirir una casa en esas condiciones parece una quimera.

Con los precios actuales y los salarios medios de cada comunidad, los españoles necesitarían de media 38,6 años de trabajo para pagar un piso de 93 metros cuadrados (el tamaño medio de las casas, según el Banco de España), con los cálculos elaborados para EL PAÍS por Nuria Badenes Plá, coordinadora de área e investigadora en el Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Es decir, aunque se empezara a ahorrar el primer día de empleo y se destinara durante toda una vida ese 30%, no bastaría para cubrir el coste de una vivienda media.

El panorama empeora al mirar las cifras por territorios. Baleares encabeza la lista con más de 57 años necesarios de trabajo para comprar una vivienda de tamaño medio, seguida muy de cerca por Madrid, con algo más de 55 años. Detrás aparecen Cataluña (41,8 años), el País Vasco (41,7 años), Canarias (40,4 años) y Andalucía (38,8 años), todas ellas por encima del umbral simbólico de los 38 años y tres meses que hay que tener cotizados para poder jubilarse actualmente. En la lista también estarían, con más de 43 años, las ciudades de Ceuta y Melilla.

Al otro lado se situarían Extremadura, Castilla y León y Castilla-La Mancha, donde son necesarios entre 22 y 23,5 años de sueldo para sufragar la compra de un inmueble sin sobrepasar el esfuerzo del 30%. La Rioja, Asturias, Aragón, Galicia, Murcia y Navarra, por su parte, se mueven entre los 25 y los 30 años. Cantabria y la Comunidad Valenciana se acercan, sin alcanzarla, a la media española.

El Gobierno, además de anunciar la construcción de decenas de miles de viviendas para engrosar el parque público o asequible, ha puesto sobre la mesa una serie de cambios fiscales para intentar descongestionar el mercado inmobiliario ―tanto en el ámbito de la propiedad como en el alquiler― en España. Sin embargo, insiste la investigadora, “es imposible que las medidas fiscales para ayuda a la adquisición de vivienda puedan hacer nada”. Con precios tan elevados, reclama, “se precisan políticas que intervengan el precio del mercado, y si no se desea intervenir, hay que crear un mercado diferente, de viviendas públicas, que se rija por precios tasados y condiciones de acceso estipuladas”.

Las diferencias se producen por las desemejanzas territoriales en los precios de compraventa ―según los datos oficiales del Ministerio de Vivienda― y en los salarios ―según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE― en 2023, último año para el que se pueden cruzar ambas magnitudes. Madrid, explica Badenes Plá, presenta el máximo precio medio del metro cuadrado: 3.080 euros al cierre de 2023, por encima de los 2.958 euros de Baleares. Sin embargo, al ser mayor el salario medio, en Madrid se adquieren como máximo 5,6 metros cuadrados de media cada año si se destina toda la renta a adquirir vivienda, mientras que en Baleares se adquieren 5,4 metros cuadrados como máximo.

Mientras tanto, en Extremadura o Castilla-La Mancha, donde el metro cuadrado no llega a los 1.000 euros, el mismo esfuerzo serviría para adquirir 13 o 14 metros al año. Lo que en algunos lugares da para una habitación, en otros no alcanzaría casi ni para un trastero.

El contraste es tan evidente que casi parece una caricatura del mercado libre. Un extremeño podría pagar en poco más de 20 años una vivienda de 100 metros cuadrados dedicando el 30% de sus ingresos, mientras que un balear necesitaría el triple de tiempo para la misma casa.

El cálculo más excesivo, dedicar el 100% del salario, sirve solo para medir el esfuerzo teórico de la situación más extrema. Incluso en ese improbable caso, un trabajador medio necesitaría casi 12 años de ingresos completos para pagar una casa en España. En Baleares, habría que renunciar a todo el sueldo durante 17 años para lograrlo.

Las simulaciones elaboradas por la investigadora también incluyen escenarios con hipoteca. Con un 60% del valor de la vivienda que se solicita como préstamo y un tipo de interés anual del 3% a 20 años, un balear destinaría el 70% de su renta para sufragar la letra de esa misma casa de 93 metros cuadrados, muy por encima del 27% de Extremadura y Castilla y León. “Ello implica una desigualdad en bienestar que no capturan los indicadores estándar”, detalla Badenes Plá.

“Hay combinaciones de plazos de devolución y tamaño de viviendas a las que es imposible acceder en determinadas comunidades porque no hay años suficientes en la vida para hacer frente a renuncias de una proporción de la renta asumible para realizar el pago hipotecario”, explica. Incluso en términos de media nacional, es casi imposible adquirir en 20 años una vivienda de 125 metros, ya que implicaría renunciar a casi el 100% de la renta en varios territorios.

En el análisis, reconoce la experta, se realiza el cálculo por persona, cuando habitualmente es posible abordar la compra de la vivienda sumando rentas de la unidad familiar. También se asume constancia en la renta media y en el precio de las viviendas a lo largo del tiempo. Este último indicador, sin embargo, no hace más que crecer. Según los últimos datos del Ministerio de Vivienda, en el segundo trimestre de 2025 el precio del metro cuadrado de la vivienda libre llegó a los 2.093 euros, la cifra más elevada desde 2007.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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