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El Sabadell convoca dos juntas de accionistas el mismo día para aprobar la venta de TSB y el dividendo

La CNMV dudaba que pudiese hacer una sola junta de accionistas con dos puntos en el orden del día

Fachada de la sede del Banco Sabadell en la Avenida Diagonal de Barcelona.
Álvaro Bayón

El próximo 6 de agosto será un día ocupado para los accionistas del Sabadell. El banco catalán ha decidido convocar dos juntas de accionistas en el mismo día. Una para decir sí a la venta de su filial británica, TSB, al Santander y otra para dar luz verde al pago de un dividendo extraordinario de 2.500 millones con cargo al dinero recibido por la operación.

El banco toma esta decisión motivado por el llamado deber de pasividad de la ley de opas. Este establece que cualquier decisión transcendental para una empresa que es objeto de una opa debe ser validada por su junta de accionistas, como son la venta de un activo y el pago de dividendos que no estaban contemplados en la actividad habitual de la firma.

La Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) dudaba sobre si el Sabadell podía aprobar los dos asuntos en una sola junta de accionistas o si, por el contrario, debía hacerlo en dos convocatorias. Finalmente, el banco ha optado, en vez de convocar una misma junta de accionistas con dos puntos en el orden del día, fijar dos reuniones para el mismo día, con tres horas de diferencia, para tomar estas dos decisiones.

El análisis del supervisor, en todo caso, no se corresponde con ese deber de pasividad del consejo del banco catalán, que tiene limitado su margen de actuación mientras está sujeto a la opa porque, nominalmente, debe mantenerse neutral y no perjudicar a sus accionistas.

El banco vuelve a usar la baza de la junta, como ya hizo en primavera, en contra del BBVA. La ordinaria, que tuvo lugar en marzo, llegó justo después de que decidiese retornar su sede a Cataluña. Fue, de hecho, la primera junta que volvió a celebrar en Sabadell tras la decisión en 2017 de llevar la sede social a Alicante. Tuvo una asistencia histórica, con más del 70% del capital, y todos los puntos fueron aprobados por amplia mayoría, superior al 81%.

El Sabadell acordó la venta de su filial británica al Santander este pasado martes. El banco que preside Ana Botín ha acordado abonar 3.100 millones, una cantidad que para la entidad catalana se elevará hasta los 3.361 millones si se computa el beneficio que generará el banco británico en el tiempo que tarde en cerrarse la transacción, prevista para el primer trimestre de 2026.

El movimiento significa un rearme del Sabadell en su pelea contra la opa hostil del BBVA. El banco catalán ha anunciado que pagará un macrodividendo de 2.500 millones con el efectivo de la venta. Pero solo tendrán derecho a este pago los accionistas que no acepten la opa del banco vasco, a razón de un título de este banco y 0,7 euros por cada 5,3456 títulos del Sabadell.

El anuncio del dividendo ha disparado al Sabadell en Bolsa. En dos sesiones acumula un alza de más del 6%. Esto provoca que los títulos de este banco estén un 10% por encima de los del BBVA.

Aunque la junta de accionistas del mes próximo dé luz verde al dividendo, su pago no será inmediato. Ocurrirá cuando la venta de TSB llegue a término, una vez obtenga la autorización del Banco Central Europeo (BCE) y las autoridades bancarias, así como de Competencia británica. Esto se estima para el primer trimestre de 2026, pero tanto el Santander como el Sabadell se han dado de plazo hasta el 1 de julio del año que viene para cerrar el acuerdo. Si no es así, aún pueden acordar prolongar más el plazo.

Para cuando se realice este pago, ya se conocerá el resultado de la opa del BBVA. El banco vasco, aunque se haga con el control del catalán, no podrán ni anular este dividendo ni cancelar la venta de TSB. Los accionistas minoritarios que se queden con sus acciones lo cobrarán entonces, así como el BBVA según el porcentaje del capital que acumule, siempre que triunfe la opa.

La operación no es sino el último de los escollos para el BBVA en su senda para hacerse con el Sabadell. Hace una semana el Gobierno decidió incorporar una condición extra a las que ya había impuesto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Se trata de obligar al BBVA a mantener la independencia de los dos bancos, desde el punto de vista jurídico, de patrimonio y de gestión. Esto supone, según explicó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que el BBVA no pueda despedir por motivo de la operación, fusionar ambos bancos o cerrar masivamente oficinas, entre otras cuestiones.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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