Ir al contenido
_
_
_
_

Ester Expósito: “Las personas que tenemos ansiedad sabemos lo que cuesta disfrutar. Nunca estás presente”

Cuando acabó el fenómeno ‘Élite’ no estaba dispuesta a que la encasillaran. Cinco años después puede afirmar con orgullo que no ha participado en ningún proyecto en el que no fuera protagonista y cobrara más que su ‘partenaire’

Ester Expósito
Raquel Peláez

Ester Expósito (Madrid, 25 años) dice que para relajarse se pone historias de crímenes y tramas de psicópatas. “Es que si me pongo un drama me conecta con mis propias miserias y no quiero. Lo otro es tan alejado que me pongo a especular qué tendrá el psicópata… De hecho, si estudiase una carrera, estudiaría criminología, me parece interesantísima”. Pero Ester no estudió criminología, sino interpretación, su carrera de fondo desde los 16 años. A los 18 vino el gran petardazo, con Élite, la serie que la lanzó al estrellato de una forma tan bestial e invasiva que en cuanto el proyecto terminó se propuso reorientar su profesión para no quedarse encasillada. “He sido muy afortunada con las oportunidades que me han vendido después. También he elegido bien, porque hay que saber elegir. A veces es más importante a lo que dices que no”.

Ester Expósito lleva vestido nude con encaje, collares chunky en capas, pulsera y anillo dorados, todo de CHLOÉ.

Sin duda lo está haciendo bien: este es el segundo verano en que Expósito se va de vacaciones sabiendo que en septiembre tendrá un gran estreno. El de este año es El talento, un thriller que califica como el proyecto más intenso en el que ha participado. Dirigido por Polo Menárguez, quien coescribió el guion con Fernando León de Aranoa, la película (cuyo ambiente guarda cierta similitudes con la aclamada y polémica Saltburn) convierte a Ester en una estudiante de violonchelo aspirante a entrar en la élite musical europea cuya vida da un vuelco tras un fin de semana movidito entre sus amigos de la alta sociedad.

En cierto sentido el ambiente de la película se parece un poco al de Élite. Gente clasista, colegios exclusivos. ¿Creció usted familiarizada con esos entornos?

No, la verdad. Yo siempre fui a un colegio público. Por eso me parecen de extraterrestres algunas cosas. Me divierte estudiarlos, observarlos, interpretarlos, pero nada más.

¿No hay en su generación una obsesión clarísima con el tema de la clase y la exclusividad?

Sobre todo ahora, con lo de las redes y lo de ser famoso sí que veo una obsesión con pertenecer a un círculo. No hablo ya tanto de una cosa económica, como de ser figuras notorias o públicas.

Vestido de cuello asimétrico de HABEY CLUB.

Y usted que tiene acceso a firmas exclusivas, moda cara, eventos. ¿Cómo maneja su relación con el lujo?

La verdad es que no me influye. Como siempre he sabido que quería ser actriz, siempre lo he tenido claro, siempre he visto el cine y las galas de los premios como algo naturalmente unido. No son algo que me impresione o me impacte. Es divertido hasta cierto punto, pero hay que saber lo que es y tenerlo en el lugar en el que hay que tenerlo. No obsesionarte con ello ni que se convierta en un fin en sí mismo. Nunca he vivido la moda como una preocupación.

En la serie aparece ese perfil tan de nuestro tiempo, la niña rica fashionista. ¿Las ha llegado a conocer en la vida real?

Yo he conocido gente de todo tipo. En las fiestas y eventos a los que voy hay de todo, es lo más interesante de esta profesión.

¿Le cuesta hacer amigos en ese ambiente?

La verdad es que mis amigos son todos de antes y no tienen nada que ver con esta profesión, excepto algunos que he conocido en la escuela de interpretación o en algún proyecto. Pero es que no son ambientes que se presten mucho para profundizar.

Vestido vaporoso con detalle de bufanda de JUAN VIDAL, sujetador armado con encaje negro de DOLCE & GABBANA y braga de algodón de INTIMISSIMI.

¿Cómo sabe cuándo alguien va a ser su amigo y cuándo no?

No lo sabes. Yo tardo un montón. De hecho a uno de mis mejores amigos, Sergio Momo, lo conocí en Élite pero no nos hicimos amigos hasta que terminó la serie, meses después. Yo no voy pensando en hacer amigos. Se tiene que dar naturalmente.

¿Nota mucho cuando viene alguien con la intención de hacer networking?

Sí. Es gente que suele ser muy muy directa, que quiere forzar una confianza que no hay.

Las industrias en las que trabaja, del cine a la moda, ¿le han obligado a ser cauta? ¿A madurar antes?

A ver, lo segundo, seguro. Porque esta es una profesión que si te va bien de pronto tienes una exposición mediática y social que te obliga a madurar para ser capaz de sobrellevarlo. Pero yo siempre he sido bastante madura, ya desde pequeña. Mi abuela me decía que nací vieja, porque hablaba un montón, era muy redicha y quería trabajar ya siendo niña. Mis padres no me dejaban ir a castings y yo tenía prisa por ser mayor. Y tenía dramas de adulta, como de muy intensa. Entonces creo que de alguna forma ya estaba preparada para lo que vino, también porque lo que deseaba mucho.

Ester Expósito lleva top de punto con cuello halter blanco, top de manga corta con cuello alto, pantalón de pinzas y zapatillas con hebilla dorada, todo de MIU MIU.

¿Diría que es paranoica?

No lo soy. Y podría, porque con todo esto la gente se mete en todo: en tu vida de fiesta, tus amoríos, te graban todo el rato, así que te invitan a ser paranoica. Al principio me estresaba mucho, me enfadaba, me encabronaba, ahora intento quitarle importancia para que no me impida disfrutar.

¿Y usted cómo conoce a gente ahora?

Si lo piensas, todos mis novios formales han sido actores porque es la burbuja en la que me muevo. Y sí, salgo, y cuando salgo, obviamente no todo el mundo es actor, pero tampoco me voy a poner ahí a conocer, a no ser que de repente ocurra un flechazo, que no suele pasar. Cuando me he enamorado de forma natural es porque he pasado tiempo con la persona y las personas con las que paso más tiempo son actores.

¿Se fija mucho en el currículum de sus novios?

Cuando son compañeros sí que me fijo en su carrera, las cosas que han hecho, porque me interesa. Pero no por una cuestión de nivel social. De hecho, todos mis amigos, mi entorno, de la adolescencia y de mi pueblo en Galicia son de clase media, media. Gente totalmente normal.

Si le preguntara a sus amigos si ha cambiado…

Me lo dicen ellos mismos: te dirían que no.

Vestido vaporoso de NINA RICCI y sujetador y braga de INTIMISSIMI.

Además de cabezota siempre resalta que es obsesiva y a la vez muy desastre. ¿Cómo puede ser eso compatible?

Le doy muchas vueltas a las cosas que me importan, pero luego me disperso. Estoy tan en la cabeza que me cuesta luego pasar a la acción, ser disciplinada, tener una rutina, todo eso me cuesta. No puedo encajonarme en un patrón.

¿Y ese ensimismamiento no le hace un poco narcisa?

¿Sabes qué pasa? Que creo que tengo demasiada conciencia de lo que pasa en mi entorno, porque soy muy observadora y me doy cuenta de todo. Tanto que a veces me cansa. Pero tiene un lado bueno, y es que sirve para estar pendiente de la gente y de los que me rodean. Y creo que sí, que soy atenta con mi gente.

Chaqueta biker azul clara, top corto de punto gris, falda de piel estructurada con 
lazos y tacón de piel, todo de PRADA.

¿Diría que es despótica?

Con la gente no. Conmigo, sí. No me paso una. Hay algo que la imperfección o los fallos, como que no. Tengo que aprender a soltar.

¿Le cuesta disfrutar?

Me cuesta pero lo intento. Agradecer lo que tengo, aceptar lo que hay y disfrutarlo, no estar siempre en busca de lo que falta. Me obligo un poco a estar aquí y disfrutar ahora. Pero claro, las personas que tenemos ansiedad sabemos que eso es muy difícil. O sea, uno de los problemas de ansiedad es que nunca estás presente, siempre hay algo que te está inquietando, una rumiación.

¿Ha perdido dinero por las cosas a las que ha dicho que no?

Sí, claro, muchísimo. He perdido dinero por rechazar trabajos de actriz, pero también de marcas de las que decía: no me veo defendiendo esto.

¿Y su madre no le regaña por eso?

No, pero eso nunca ha sido un objetivo, entonces no me importa, con tal de estar orgullosa de cada cosa que hago. O por lo menos saber que hiciste algo que te motivaba.

“A Ester Expósito le preocupa el alquiler” sería un buen titular ¿no?

No, tengo mucha suerte. Antes era imposible que una mujer cobrase más que su partenaire masculino en un proyecto. Lo digo desde un lugar de orgullo feminista: en casi todos mis proyectos he cobrado más que los hombres, lo que significa que las cosas van cambiando y hay que estar orgullosa. Y quiero matizar también que casi todos mis proyectos he sido protagonista, en vez de ser el satélite del personaje masculino, que es lo que pasa casi siempre en el cine y en las historias.

La actriz con top doble en blanco y azul claro de ISSEY MIYAKE.

Una vez dijo que no quería hacer desnudos. ¿Sigue pensando lo mismo?

Dije que no quería hacer escenas de sexo gratuitamente. Lo que no quiero es que por el peso de Élite, porque soy joven y porque soy mujer, se cosifique y se sexualice mi imagen. Una cosa es que lo haga yo libremente, que enseñe lo que me dé la gana enseñar, y otra es que se me ponga en ese lugar en la mente de la gente. Si es una historia romántica, que las escenas de sexo sean románticas. Si tiene que ser una violación, pues tendrá que ser una escena desagradable, por supuesto, pero todo justificado con la historia.

Está usted muy sensibilizada con la causa de los refugiados y es embajadora de ACNUR. Tiene mucha conciencia social. ¿Le molestaría que le llamasen woke?

Es que el simple hecho de utilizar esa palabra como si fuese algo malo... estar despierto y que te importen las cosas. Me preocuparía lo contrario.

Seguí con mucho interés la polémica con Dani Martín, porque sí que me parecía que había una parte fea en usar su nombre sin su permiso.

Es que sí me pidió permiso. Estuvimos hablando semanas antes de que compusiera la canción, me la mandó ya compuesta antes de grabarla, con la letra. Nos seguíamos y hablamos un poco, le conté un poco de mi vida y me dijo que le inspiraba mucho mi carácter y las cosas que defendía, como me mojaba siempre. Se montó una película en la cabeza y compuso esa canción. También me pidió permiso para usar mi foto.

La actriz lleva un vestido de punto negro de MAX MARA.

¿Alguna vez le hicieron bullying en el instituto?

No, pero me sentía muy sola. No me gustaba, no me motivaba nada, no quería estar ahí. No me interesaba nada de nada, nadie, nada. El sistema educativo, que es horrible, no está nada enfocado en el arte ni en lo creativo. Si tus aspiraciones son otras debería haber alternativas. Por eso estaba muy apagada, muy desmotivada, como le pasa a mucha gente. Todo eso me generó estrés y ansiedad. Yo quería ya trabajar y dedicarme a mi pasión.

Y cuando por fin lo hizo, ¿no se le pasó la ansiedad?

No. (risas) No, al revés. Porque la exposición y todo el... joder, cómo giró mi vida y cómo cambió, eso no ayuda nada a la ansiedad. Al revés. Añade mil condimentos. Tu vida privada ya no existe, todo el mundo opina, la exigencia, la presión, todo.

Y ahora ya va a ser Ester Expósito el resto de su vida...

Y no lo cambiaría. Hago lo que me gusta. ¿Cuántos pueden? Muy pocos.

Equipo

Estilismo Juan Cebrián
Fotografía Ben Parks
Peluquería Jesús de Paula (COOL) para Kérastase
Producción Cristina Serrano
Asistentes de fotografía Adam Roberts y Pedro Urech
Asistente de estilismo Carmen Cruz
Asistente de peluquería Lucía Sánchez
Asistente de producción Marina Marco
Maquillaje  Fer Martínez (Esther Almansa Management) 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Raquel Peláez
Licenciada en Periodismo por la USC y Master en marketing por el London College of Communication, está especializada en consumo y cultura de masas. Comenzó en Diario de León y en La Voz de Galicia. Autora de 'Quiero y no puedo. Una historia de los pijos de España' (Blackie Books). Siempre lee los comentarios.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_