Economía envía al Consejo de Ministros la decisión sobre la opa del BBVA a Sabadell
El Gobierno tiene un mes para endurecer o suavizar los compromisos ya impuestos por Competencia

El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha decidido elevar al Consejo de Ministros la decisión sobre la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell tras la petición de cinco ministerios. Tal y como marca la ley de Competencia, el Ejecutivo, que se ha mostrado contrario a la operación desde que se conoció hace un año, puede endurecer o suavizar los compromisos planteados por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) a principios de mayo, de tal forma que hagan imposible que la transacción se complete con éxito y el BBVA se vea obligado a renunciar. Cuenta ahora con 30 días naturales para ello, hasta el 27 de junio.
El Ministerio, en una nota de prensa difundida al cierre del mercado, justifica la decisión por cuestiones de interés general a considerar, distintas de las analizadas por Competencia. Cita, en este aspecto, “el potencial impacto de la operación en la garantía de un adecuado mantenimiento de los objetivos de regulación sectorial, la protección de los trabajadores, la cohesión territorial, la promoción de la investigación y el desarrollo tecnológico y los objetivos de política social”.
El ministro del ramo, Carlos Cuerpo, ha explicado en unas declaraciones en el Senado que cinco ministerios con competencias sobre asuntos económicos han pedido elevar la decisión sobre la opa (Industria, Transición Ecológica y Reto Demográfico, Seguridad Social e Inclusión y Trabajo, además de Economía). Ha indicado que el análisis interno realizado en estas semanas apunta a la necesidad de “profundizar la visión” sobre este asunto, si bien “no prejuzga” la decisión final.
“No se trata de endurecer o de ablandar las condiciones, sino de si hay razones de interés general distintas de las de competencia que lo justifiquen”, ha asegurado. También ha explicado que la decisión final beberá de las aportaciones de los cinco ministerios que han solicitado la elevación, que se tendrán en cuenta.
El BBVA, por su parte, ha reafirmado tras conocer la noticia que la operación es “buena para el interés general para Cataluña, España y Europa”, así como que los compromisos asumidos con Competencia la hacen “todavía mejor”. “La unión con Banco Sabadell es un proyecto de crecimiento que permitirá a la entidad combinada aumentar su capacidad de financiación a empresas y hogares en 5.000 millones de euros adicionales al año”, ha añadido.
Por el lado del Sabadell, fuentes de la entidad han apuntado hacia el “interés genuino” de muchas organizaciones sobre los efectos de la operación. Igualmente ha ponderado su proyecto para mantenerse independiente, lo que en su opinión generará “una mayor remuneración al accionista de forma sostenible, y permitirá a nuestros clientes tener una mejor calidad de servicio”.
La CNMC dio su plácet al procedimiento en segunda fase el pasado 31 de abril. Entre los compromisos impuestos (remedies, en la jerga) está el mantenimiento de las condiciones comerciales durante tres años en zonas con uno, dos o tres competidores; no cerrar oficinas en zonas despobladas o de baja renta, o mantener el crédito a corto plazo a las pymes y a medio y largo plazo bajo determinadas circunstancias, con un tratamiento especial para las pequeñas empresas de Cataluña y Baleares.
Competencia trasladó la decisión al Ministerio de Economía, quien debía decidir si modificar estas cuestiones. Para tomar una decisión, el Gobierno lanzó una consulta pública en la que sondeó la opinión de la sociedad ante esta operación, que finalizó el pasado 16 de mayo. Si bien el Sabadell sí afirmó que pensaba participar, el BBVA no lo ha hecho y su propio presidente, Carlos Torres, ha declarado como no necesaria esta consulta.
El departamento que pilota Carlos Cuerpo, tras todo ello, ha concluido que sí existen razones para que el Ejecutivo estudie la transacción en profundidad. Igualmente, este departamento ultima un informe que presentará en las próximas semanas, donde detallará las conclusiones extraídas de esa consulta. Y servirá de base al Gobierno para tomar su decisión final. Sobre esta cuestión, Cuerpo ha asegurado que la consulta pública ha sido útil puesto que ha permitido al Ejecutivo conocer “en términos cualitativos” el pulso hacia la operación.
Uno de los efectos más inmediatos que puede provocar la opa tiene que ver con el impacto sobre el empleo. El sindicato UGT dio a conocer este lunes su último cálculo sobre la operación, y señala que supondría la pérdida de entre 7.500 y 10.500 puestos de trabajo directos, concentrados especialmente en Cataluña. Carlos Torres ha manifestado que esos cálculos están “absolutamente fuera de lugar”.
UGT mantiene que en Cataluña el Banco Sabadell tiene 5.800 trabajadores y que podrían desaparecer entre 2.400 y 3.200 puestos de trabajo directos, y hasta el doble de indirectos.
Existen pocos precedentes de operaciones analizadas por la CNMC que terminen en la mesa del Ejecutivo. La última fue la fusión entre Antena 3 y La Sexta y entonces el Gobierno de Rajoy suavizó las condiciones que había impuesto Competencia, para preservar la existencia de un canal más de televisión.
La cuestión del BBVA y el Sabadell se ha convertido en una patata caliente para el Gobierno, que no puede impedir la opa como tal. Solo condicionarla. Sus socios catalanes, Junts y ERC, presionan para que la bloquee, así como también la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, que se ha mostrado contraria. Perder el Sabadell como entidad independiente para Cataluña también supondría una revés para el PSC, que comanda la Generalitat con Salvador Illa. La clave está en cuáles serían esas cuestiones de interés general que harían la transacción descarrilar y que el BBVA se retire.
Una vez se pronuncie el Gobierno, y si el BBVA decide seguir adelante con la opa una vez conocidas esas nuevas condiciones, el paso siguiente será el de la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV), quien debe avalar el folleto. Después de eso se iniciará el periodo de canje, de entre 15 y 70 días, a elegir por el BBVA. Previsiblemente, todo ello coincidirá durante el verano, una época de escasa actividad bursátil, lo que hace prever que el banco de origen vasco optará por un plazo de aceptación largo, que se extienda hasta el otoño. Será en este momento cuando los accionistas del Banco Sabadell deberán decidir si acudir o no a la opa.
De triunfar la oferta, el BBVA ha declarado que espera fusionar ambas entidades. El Gobierno sí puede vetar este movimiento, pero el banco de origen vasco ya ha declarado que espera seguir adelante aún si el Ejecutivo le prohíbe ejecutar esa fusión, dado que considera que la mayor parte de las sinergias aún se pueden aflorar. Además, otra baza sería esperar a un cambio de Gobierno en el futuro por uno más proclive, que les permita ejecutar la transacción.
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