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TENIS | WIMBLEDON
Columna
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¿Puede alguien frenar a este Alcaraz pletórico?

Visto lo visto hasta ahora, los dos únicos jugadores que podrían interceptarle a lo largo del camino son, en mi opinión, Djokovic y Sinner, por este orden

Djokovic
Toni Nadal

Siguiendo la tradición de cada año, el ganador de la edición precedente estrenará este lunes, a las 13.30 (hora inglesa), el impoluto césped de la pista central del torneo de Wimbledon. En esta ocasión, como bien sabemos, el honor le corresponde a Carlos Alcaraz, quien en el pasado curso se alzó brillantemente con el trofeo sobre la hierba más prestigiosa. Cuando ocurra esto, sin embargo, y como viene siendo también tradición, prácticamente toda la delegación española y cada vez más tenistas extranjeros habrán acudido a la otra inauguración que se produce todos los años en el restaurante Cambio de Tercio que regenta nuestro buen amigo Abel Lusa en el bonito barrio de Chelsea. Una divertida fiesta que se da exclusivamente en el torneo londinense y que, sinceramente, se echa de menos.

La principal incógnita que está en la mente de aficionados y expertos es, sin duda, si alguien será capaz de derrotar a nuestro gran jugador. Sinceramente, creo que, en condiciones normales, muy pocos oponentes tienen la capacidad de inquietar a Carlos. Es verdad que en las pistas de hierba el factor sorpresa entra más en liza, pero viendo el cuadro al que se enfrenta y considerando el hecho de que los primeros días la superficie está menos castigada y el juego es muy rápido, no veo a nadie que pueda ponerle en serios aprietos. Alcaraz además reúne, y así lo ha demostrado durante los últimos dos años, las condiciones casi perfectas para desenvolverse con soltura sobre el césped londinense. Por si esto fuera poco, el jugador murciano ha llegado al torneo pletórico de moral y confianza tras su épica remontada en la final de Roland Garros y su triunfo en el reciente torneo de Queen’s.

Sin lugar a dudas, Carlos es el gran protagonista del año y el hombre a batir. Los dos únicos jugadores que podrían interceptarle a lo largo del camino son el actual número, Jannik Sinner y el heptacampeón de Wimbledon, Novak Djokovic.

Este último lleva pegada a su alargada figura una merecida fama de luchador incansable, que nunca hay que olvidar. Y que sus 38 años, más que un indicador de que no le quedan muchas oportunidades para incrementar su palmarés, podrían convertirse en un auténtico acicate para su aguerrido carácter. El jugador serbio ha tenido una temporada muy irregular, con derrotas ciertamente incomprensibles, pero no hay que olvidar que en los Grand Slams precedentes no sólo dio la talla, sino que derrotó a Carlos en el primero del año, el Open de Australia, y en París también le puso las cosas muy difíciles a Sinner en las semifinales, después de haber derrotado al actual número tres de la clasificación mundial, Alexander Zverev.

Aunque sea evidente que Novak está hoy día alejado de su mejor nivel, pienso que si consigue ir superando rondas puede ser el segundo aspirante con más opciones al título.

En cuanto al jugador transalpino, cabe ver si su dolorosa derrota del 8 de junio en París puede influir en sus próximos desafíos. En el mundo del deporte es muy fácil comprobar cómo el ánimo y la percepción de las cosas puede cambiar por una bola que se escape o que entre por unos escasos centímetros. Hasta esa fatídica fecha, la sensación generalizada era la de que el gran tenista italiano era casi imbatible; incluso, es posible que él mismo empezara a tener esa sensación. Sin embargo, él sabe que en el momento crucial no supo templar sus nervios y, en cambio, su rival, en una situación más desalentadora, sí fue capaz de responder de manera resuelta y valiente.

Es difícil que el reciente y amargo recuerdo no vuelva a la mente de Sinner, pero nunca cabe descartar del todo, como sucede con los grandes jugadores, que saque a relucir esa mejor versión; dado el caso, llegada esa hipotética repetición de la final, tendríamos que comprobar hasta qué punto condiciona el desenlace.

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Sobre la firma

Toni Nadal
Tío y mentor de Rafael Nadal, entrenó al tenista mallorquín durante casi tres décadas. Previamente dirigió el Club Tenis Manacor y durante toda su vida se ha dedicado a la formación. Es autor del libro ‘Todo se puede entrenar’ y hoy día imparte conferencias motivacionales. Desde 2017 firma columnas en EL PAÍS sobre la actualidad de su deporte.
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