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Fabio Fognini
Carlos Alcaraz
Movistar Deportes

Alcaraz, un triplete a tiro y el viaje hacia otra dimensión histórica

El murciano busca su tercer título seguido en Londres, con el que igualaría las rachas de Borg, Sampras, Federer y Djokovic. Debuta hoy (14.30) ante Fognini

Alcaraz sirve durante el entrenamiento del domingo, ante la mirada de Samuel López y Ferrero.
Alejandro Ciriza

Sin tregua ni descanso, apenas dos semanas después de haber conquistado por segunda vez Roland Garros, la historia llama de nuevo a Carlos Alcaraz, o viceversa. El murciano, de 22 años, abrirá este lunes (14.30, Movistar+) la central de Wimbledon ante el italiano Fabio Fognini (38 años y 130º del mundo) en busca de un golpe de efecto monumental, porque la cita de las dos próximas semanas brinda al español una ocasión de oro: volar hacia una nueva esfera. No se trata de un grande más, ni de otro trofeo más; ni siquiera de una muesca más en Londres, el marco de los marcos, que no es poco. Más allá de que un sexto major le elevaría hacia una cota histórica de mayor relevancia, otro triunfo iluminaría un escenario excepcional.

Con tan solo 22 años, Alcaraz continúa abriéndose paso entre los elegidos y dispone ahora de una oportunidad para dar un golpe de efecto demoledor porque, ocupando ya un espacio de privilegio, puede dar otro paso trascendental que le resituaría en el escalafón de todos los tiempos. Puede hacerlo, además, en un escenario tan simbólico y tan complejo como el del All England Club, territorio que se le resistió a no pocas figuras; sin ir más lejos, Andre Agassi solo probó la gloria inglesa una vez, mientras tenistas de la talla de Ilie Nastase, Ivan Lendl o Mats Wilander cerraron su carrera sin haber logrado inscribir su nombre en el historial. El césped, tan hermoso y tan difícil a la vez.

Entre bastidores, resuena el nombre de Alcaraz. Todo el mundo —empleados, aficionados, socios del club e incluso los propios jugadores— se pregunta hoy por hoy hasta dónde llegará este tenista tan precoz, genial y singular, que ante el elogio y el vértigo que señalan los potenciales logros, trata de abstraerse a partir de la normalidad. En ese sentido, el número dos del mundo ha hecho un giro significativo en el discurso, igualmente ambicioso pero más contenido. “Realmente, quiero ganar aquí otra vez, he venido pensando que puedo conseguirlo”, concede, al mismo tiempo que matiza: “Pero no pienso en cuántos jugadores han conseguido ganar tres Wimbledons seguidos”.

Borg, Sampras, Federer y Laver posan con el trofeo de 2009.

He aquí cuando los libros destacan a cuatro iconos faraónicos: Björn Borg, Pete Sampras, Roger Federer y Novak Djokovic, los únicos tenistas masculinos —Martina Navratilova y Steffi Graf en el contexto femenino— que han sido capaces hasta ahora de encadenar tres títulos consecutivos en el grande verde. El sueco (1976 a 1980) y el suizo (2003 a 2007) prolongaron un dominio incontestable durante un lustro, mientras el serbio firmó un póquer (entre 2018 y 2022, pandemia mediante) que previamente había protagonizado el estadounidense (1997 a 2000), quien en primera instancia se adueñó del torneo entre 1993 y 1995; siete laureles para él en un intervalo de ocho ediciones.

Nadal, McEnroe y Becker

“Este es el momento en el que siento mayor libertad en la pista”, declara Alcaraz, mientras los especialistas coinciden en señalarle como el gran favorito tanto por su dinámica como por el hecho de que, al margen de Djokovic, ningún jugador posee el juego de pies ni su maniobrabilidad en un terreno extremadamente difícil, que exige de ajustes técnicos, tácticos y físicos que pocos llegan a dominar. Rafael Nadal, por ejemplo, lo hizo, pero en realidad no llegó a controlar de verdad el registro hasta que su juego adquirió mayor madurez, superada ya la treintena, independientemente de que antes, 2008 y 2010, se impusiera al todopoderoso Federer y al checo Tomas Berdych en La Catedral.

Teóricamente, a Alcaraz le queda un generoso trecho hasta el cierre de su trayectoria y pese a la juventud, ya ha empezado a codearse con los más fuertes de todos los tiempos, amén de los récords de precocidad que ha ido obteniendo; entre ellos, el del número uno, con 19 años. El murciano, hoy día muy centrado, es consciente de que otra dentellada le conduciría a explorar una dimensión superior, en tanto que ya luce entre los diez menores de 23 años con más títulos. Los 21 que posee igualan los que en su día alcanzó el australiano Lleyton Hewitt; lejos, no obstante, de los 36 atrapados por Nadal y todavía más de los 46 de un extraterrestre llamado Borg, retirado a los 26 años.

Alcaraz, durante el entrenamiento.

Por si fueran pocos, Alcaraz advierte otro aliciente en el hecho de equipararse con dos fenómenos históricos de la hierba, a la par tan carismáticos: John McEnroe y Boris Becker. Tanto el alemán como el norteamericano se coronaron en tres ocasiones en el templo londinense, aunque su contador de majors se quedó al final en seis y siete, de manera respectiva. “Es un genio. Cuando se le desafía de verdad, cuando se le hace cosquillas, cuando está motivado, encuentra otro nivel que no tiene ningún jugador del mundo”, exponía Becker hace dos semanas; “su variedad de tiros, esa potencia, el feeling con la bola... No sabría decir ningún jugador en la historia que tenga esta combinación”.

Con una larga vida deportiva por delante, el último prodigio continúa elevándose y disfrutando del momento, el más dulce que ha experimentado en términos de juego. “Así es, nunca me había sentido tan libre en la pista”, afirma. Desde el ángulo de quienes analizan y observan, la impresión es la misma. Alcaraz es ahora un competidor con más poso y menos lagunas, más lineal, aunque el verdadero examen para consolidar o no este ritmo sostenido será durante el último tercio del curso, franja que se le ha resistido. En todo caso, el tenis aguarda con expectación a lo que pueda suceder en Wimbledon, donde el punto de partida parece claro y evidente: es un todos contra él.

SINNER, “MENTALMENTE BIEN”

A. C. | Londres

El vertiginoso viaje de Alcaraz podría acelerarse de aquí a final de temporada, teniendo en cuenta que, con un grande más, igualaría los seis que lograron Borg y Nadal antes de cumplir 23 años. Dispone de la primera opción en Londres y posteriormente tendrá una segunda en el US Open de Nueva York, del 24 de agosto al 7 de septiembre.

Si a comienzos de año era Jannik Sinner el que mandaba, el último trimestre ha sido para el de El Palmar. El italiano, de 23 años y líder del circuito durante 55 semanas, reapareció a mediados de mayo en Roma tras haber sido suspendido por dopaje y desde entonces ha ofrecido un gran nivel, pero en París recibió un impacto anímico importante.

Él, al igual que Djokovic, se estrenará el martes. “Estoy listo para competir. Lo que ocurrió [dispuso de tres bolas de partido en la final francesa ante Alcaraz] ya es pasado. Mentalmente bien”. “En Halle [hace menos de dos semanas] fue diferente, porque apenas había tenido tiempo para desconectar, pero ahora todo ya es pasado. Estoy trabajando duro, así que espero poder demostrarlo la pista”, apunta.

Por otra parte, este lunes también intervendrá la catalana Paula Badosa, citada en el segundo turno de la central. tras el duelo entre Alcaraz y Fognini, con la inglesa Katie Boulter, 41ª del mundo. “Tengo algo ahí dentro de que nunca he pasado de cuarta ronda y es algo que siempre he querido”, dice la tenista, que recientemente abandonó en Berlín a raíz de “una pequeña rotura en el psoas”. En cualquier caso, dice que se encuentra “muy bien” físicamente.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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