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Crítica literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La última crítica de Guelbenzu: ‘Golpe magistral’, de la familia feliz de Estados Unidos de los cincuenta a Donald Trump

La breve novela de Jessica Anthony es el retrato de una mujer que acaba por descubrir la mediocridad de la forma de vida que eligió

Una mujer y su hija saludan al padre en una urbanización en los años cincuenta.

Esta novela es ciertamente curiosa: escrita en 2024 cuenta una historia americana de los años cincuenta. ¿Quién se ocupa de aquella sociedad norteamericana en este siglo XXI y por qué?

El 3 de noviembre de 1957 el Sputnik 2 ruso está ya orbitando alrededor de la Tierra con la perrita Laika en su interior y es el tema de conversación del público hogareño americano. Kathleen Beckett es un ama de casa que vive en un edificio de apartamentos en Newark, Delaware, llamado Atlantic Place. Está casada con Virgil Beckett y tienen dos hijos, Nicholas y Nathaniel. Virgil es un antiguo alumno de su instituto, un tipo guapo y acomodaticio, un poco vago, que empezó a trabajar como agente de seguros en una modesta empresa del ramo llamada Manifest, donde se acostumbró a jugar al golf por inercia y por la comodidad de seguir la costumbre de sus compañeros de trabajo. “Como todo lo demás en su vida, el empleo le había encajado como anillo al dedo”, nos dice el narrador. Un día, la casualidad hace que descubra que el padre de uno de sus nuevos amigotes es el dueño de Manifest, un anciano que ha perdido no sólo la cabeza sino también la empresa, que se encuentra en bancarrota. Horrorizado, decide regresar a Delaware. De nuevo encuentra trabajo como agente de seguros y se instala en la comodidad de la empresa Equitable con sus viejos amigos y su golf. Su máxima aspiración es vivir confortablemente y “no pegar sello”.

​Su esposa, Kathleen, había destacado como tenista. Su momento de gloria había sido como competidora de una tenista de prestigio, Margaret Osborne du Pont. Cuando comprendió que jamás podría derrotarla tomó la decisión de casarse. Por ello, “su decisión de decirle sí a Virgil había sido decirle no al tenis”. Se casó con el guapo Virgil porque “le había parecido la apuesta más segura; quizá así no podría ganar, pero tampoco podría perder”. Una vez casada y sin mucho que hacer, soñaba a menudo que derrotaba a Margaret Osborne en Wimbledon. Meses después, Billy Blasko, un muchacho checo y profesor de tenis que le había enseñado un “golpe maestro”, reapareció brevemente en su vida y ella volvió a pensar en el tenis, pero “a medida que pasaban las semanas, Kathleen podía sentir, de manera fehaciente, física, cómo el talento se desvanecía de su cuerpo¨. Así que, del mismo modo que Virgil aceptó el primer empleo que encontró, ella se convirtió en una ama de casa americana.

Kathleen dejó el tenis, y, del mismo modo que Virgil aceptó el primer empleo que encontró, ella se convirtió en una ama de casa

​Pero ahora sabemos que fue esta vida americana, ingenua, familiar y segura de sí, donde empezaron a sembrarse los vientos que han traído las tormentas de decretos de Donald Trump. Está contada por Jessica Anthony, no como una época vivida por ella, sino como una época contemplada desde la perspectiva de la distancia y aunque esa elección puede darle a la novela un aire de déjà vu, es, en realidad, una reflexión sobre el pasado que va más allá de la nostalgia de un tiempo y que desvela las consecuencias de aquella forma de vida.

Retrato promocional de la escritora Jessica Anthony.

​Al fin, Kathleen es consciente del precio que ha tenido que pagar por la estabilidad social y personal. Un día, por pura diversión, se pone la gabardina sobre el camisón, se pintarrajea y, de esa guisa, se presenta en la oficina de su marido, abre la puerta de su despacho y le grita: ¡Quiéreme! Virgil, estupefacto y avergonzado, la devuelve a casa y la vida continúa. Ella habla mucho consigo misma. Y un día, en el edificio de Atlantic Place, encuentra un bañador de los años del instituto, se lo pone y, en vez de ir a la iglesia con su familia, se mete en la piscina del edificio y allí se queda todo el día, en pleno noviembre, ante el estupor del vecindario.

Y con Virgil, desconcertado, en el borde de la piscina, la escena acaba como un partido de tenis en el que ella lo hubiera atraído hasta la red de uno de sus partidos soñados y no estuviera dispuesta a salir del agua si él no era capaz de reconocer la mediocridad de la vida que habían elegido. Lo tenía en la red y ese era el golpe magistral que le había enseñado Billy Blasco para derrotar a Margaret Osborne du Pont en Wimbledon.

Golpe magistral

Jessica Anthony
Traducción de Patricia Antón. Gatopardo, 2025. 160 páginas. 18,95 euros

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