Venezuela califica de “piratería internacional” la interceptación de un petrolero por Estados Unidos

Venezuela ha rechazado en un comunicado la interceptación y posterior confiscación de una embarcación con crudo venezolano cerca de las costas del país por parte de los equipos militares estadounidenses desplegados en el Caribe. “El presidente de Estados Unidos confesó el asalto de un buque petrolero”, señala el texto en el que se califica la medida de “robo descarado” y acto de “piratería internacional”. En estas circunstancias, sigue el comunicado, “han quedado finalmente al descubierto las verdaderas razones de la agresión prolongada contra Venezuela. No es la migración. No es el narcotráfico. No es la democracia. No son los derechos humanos. Siempre se trató de nuestras riquezas que pertenecen exclusivamente al pueblo venezolano”.

Según la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, el buque incautado está sancionado por haber sido “utilizado para transportar petróleo sancionado de Venezuela e Irán” y estar implicado en “una red ilícita que apoya a organizaciones terroristas”, según investigaciones del FBI y del brazo de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional y el Servicio de Guardacostas, con el apoyo del Pentágono.

La imposición de sanciones de la OFAC (Oficina de Control de Activos en el Extranjero de Estados Unidos) ha obligado al Gobierno de Maduro a operar en las sombras para poder comercializar el crudo y mantener sus finanzas. Aunque la medida de Washington se produce en un contexto de escalada de las operaciones contra Venezuela, no es la primera vez que ocurre. El mes pasado un destructor estadounidense logró interceptar un buque de Rusia, cuando se dirigía a Venezuela por aguas del Caribe y lo conminó a cambiar su ruta que finalmente sería la de Cuba.

La interceptación del tanquero es el enésimo paso al frente de Donald Trump en la estrategia de presión que mantiene contra el régimen de Maduro. Estados Unidos tiene el 20% de su capacidad militar desplegada en el Caribe y ha bombardeado más de una veintena lanchas que supuestamente trasladaban drogas, operaciones que han dejado más de 80 personas asesinadas.

Estados Unidos también ha presionado con sobrevuelos de aviones de combate cerca del territorio venezolano. El martes en la tarde, dos aviones caza F18 entraron al espacio aéreo cerca del golfo de Venezuela, en el occidente del territorio.

Para el chavismo, desde su campaña presidencial, Donald Trump ha revelado sus intenciones de apropiarse de los recursos naturales del país petrolero, “sin pagar ninguna contraprestación a cambio”. “La política de agresión contra nuestro país responde a un plan deliberado de despojo de nuestras riquezas energéticas”, añaden en el comunicado.

En octubre, una investigación de Transparencia Internacional en su capítulo local, reveló la existencia de una red de buques que ayudan a evadir las sanciones con distintas maniobras como el cambio de banderas y la operación con la información de navegación oculta. Según la organización, de los 110 buques tanque detectados en septiembre en puertos venezolanos, casi la mitad tenía un estatus irregular, “lo que evidencia una compleja red de evasión de sanciones internacionales que involucra buques “furtivos”, empresas sancionadas y paraísos regulatorios”. Al menos 12 embarcaciones tenían sanciones de la OFAC, Reino Unido o de la Unión Europea.

En el comunicado, Venezuela también asegura que con el asalto al buque petrolero “se busca distraer la atención y tapar el fracaso rotundo del show político montado hoy en Oslo”, en referencia a la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado, que con grandes dificultades ha logrado salir de Venezuela y ha llegado a Europa en la medianoche del miércoles, después de la ceremonia.

La llegada de la dirigente a Noruega y el discurso que pronunció en su nombre su hija Ana Corina Sosa Machado han acaparado la atención del mundo. “Quedaron expuestas nuevamente las manipulaciones y la falta de resultados de quienes han pretendido durante años, sin ningún éxito, una operación de cambio de régimen, a través de la violencia y en abierta complicidad con los gobiernos occidentales”.

Poco antes, el presidente Nicolás Maduro también cargó contra la ceremonia del Nobel y en particular contra los presidentes de Argentina y Panamá, Javier Milei y José Mulino, dos de los cuatro mandatarios latinoamericanos que acudieron al acto en respaldo a la líder de la oposición venezolana. “El ridículo de Milei y el parásito de Mulino se fueron en diarrea cuando vieron al pueblo de Oslo marchando”, dijo Maduro en referencia a las protestas que hubo en la capital noruega en contra de las agresiones militares de Estados Unidos a Venezuela. “No al intervencionismo ni a los planes de desestabilización para cambio de régimen. Allá Estados Unidos bastantes problemas tiene, dedíquense a su país”, agregó.