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La purga de Rosario Murillo aterra a la vieja guardia sandinista

Tras la caída de Bayardo Arce, otros históricos revolucionarios enfrentados a la copresidenta “duermen en propiedades diferentes cada día” por temor a ser capturados

Rosario Murillo
Wilfredo Miranda Aburto

La purga de Bayardo Arce Castaño, uno de los nueve comandantes de la revolución sandinista y figura históricamente cercana a Daniel Ortega, ha sembrado el terror entre la vieja guardia del partido rojinegro, aún leal al caudillo pero enfrentada desde siempre a la todopoderosa copresidenta Rosario Murillo. Asesor económico presidencial, Arce fue apresado la noche del 26 de julio por un contingente de operaciones especiales de la policía que intervino su casa y oficina en Managua. Lo dejaron unos días bajo arresto domiciliario de facto, pero fue trasladado a un centro de detención después de que la Procuraduría General de la República (PGR) divulgó un comunicado que lo citaba a comparecer ante una investigación por “transacciones al margen Estado”.

Luego de la “caída en desgracia” de Arce, como suele llamársele a este tipo de purgas que Murillo ha venido ejecutando primero en instituciones públicas y ahora con estas figuras revolucionarias históricas, se registraron una serie de detenciones allegadas a un círculo de la vieja guardia sandinista que siempre ha estado confrontado a la copresidenta, en especial porque no están de acuerdo con una sucesión dinástica encabezada por ella.

Bayardo Arce Castaño, uno de los nueve comandantes históricos que gobernó Nicaragua.

Además de un asesor de Arce, fue capturado el coronel en retiro del Ejército Rodolfo Castillo, conocido como Payín, quien ha sido durante más de tres décadas uno de los principales colaboradores de Lenin Cerna, temida figura del engranaje represivo del sandinismo desde los años ochenta en la Dirección General de la Seguridad del Estado (DGSE) del Ministerio del Interior (MINT). Castillo fue la mano derecha de Cerna en operaciones de espionaje e inteligencia política durante la década revolucionaria en la Dirección de Información para la Defensa (DID) del Ejército a inicios de los años noventa, y en la Secretaría del Frente Sandinista entre 2004 y 2011.

Otros abogados, asistentes y asesores de ese círculo de personajes fueron detenidos para someterlos a interrogatorios policiales, pero luego fueron liberados. Además, diversas fuentes sandinistas aseguran que se montó un operativo para detener a Cerna, pero logró escabullirse a tiempo. Una información que diversos medios nicaragüenses han publicado, pero que EL PAÍS no ha podido corroborar de manera independiente.

“Duermen en propiedades diferentes cada día”

El proceso impulsado por la Procuraduría General de la República (PGR) en contra de Arce, y su sucesivo arresto, ha espantado a personajes de la vieja guardia sandinista enfrentados a Murillo, en especial Cerna y Francisco Chico López Centeno, tesorero del sandinismo, ambas figuras leales a Ortega.

Las diferencias entre Cerna y Murillo son de vieja data. Este fue apartado del círculo de poder por la copresidenta en 2011. Ese año, lo expulsó a la fuerza del complejo de El Carmen, donde Cerna tenía una oficina en la Secretaría del Frente Sandinista. La escena fue interpretada como una humillación directa a la vieja guardia del sandinista, símbolo del desplazamiento de los históricos a manos del poder centralizado que Murillo empezaba a consolidar.

No es un secreto que Murillo lleva años riñendo con este círculo de la vieja sandinista y que eran, de cierta forma, protegidos por Ortega, de 79 años. Sin embargo, las últimas detenciones demuestran que están perdiendo esa protección, lo que los analistas atribuyen a una acción de la copresidenta para limpiar el tablero de la sucesión dinástica de “piezas” incómodas.

Bayardo Arce

“Varios como Chico López están aterrados al ver todas estas detenciones. Duermen en propiedades diferentes cada día, porque saben que a Murillo no le tiembla la mano. Ya se vio como detuvieron a Payín: en un restaurante y en plenas fiestas patronales de Managua el primero de agosto, mientras veía el desfile hípico. Fue sacado por la fuerza del local y demasiada gente vio. El mensaje es claro”, le dice a EL PAÍS una fuente cercana al entorno sandinista.

Limpiar la mesa para Murillo y los herederos

Dos meses antes de esta purga, también fue detenido el general en retiro Álvaro Baltodano, quien como Arce era uno de los operadores políticos y económicos, aliados de Daniel Ortega, pero que fue sentenciado y condenado a 20 años de prisión por “traición a la patria”, en un juicio sumario realizado por videoconferencia en la cárcel La Modelo.

“Han sido defenestrados como un golpe preventivo, derivado del temor, la inseguridad y la paranoia de Rosario Murillo, para ejercer el poder sin ninguna clase de contrapeso interno, ante una eventual ausencia de Daniel Ortega”, dijo al periodista Carlos Fernando Chamorro la exguerrillera sandinista Dora María Téllez.

“Están limpiando la mesa para Murillo y sus herederos”, dijo la excarcelada política y desterrada por la pareja presidencial, porque “una vez faltando Daniel Ortega, Murillo queda en una posición de máxima debilidad, que es lo que están tratando de evitar en este momento”. Téllez advirtió en la entrevista que hay mucho malestar dentro de las filas del sandinismo histórico, que ven que hay una “deliberada intención de desplazarlos a todos por la mala, para subir al poder, no solamente a Rosario Murillo, sino a todos sus hijos”.

“En la visión del sandinismo histórico, que fueron gente que combatió no solamente contra la dictadura de Somoza, sino durante los años 80, ven a los hijos de Daniel Ortega y Rosario Murillo como unos chavalos que se comportan como príncipes herederos”, planteó Téllez. “Les resulta más ofensivo aún cuando se recurre al expediente de purgar a cabezas visibles de ese sandinismo histórico que los representan de alguna manera a ellos. Hay bastante malestar en el sandinismo. Ya la estructura del Frente Sandinista no existe, pero hay una base que se ha ido disminuyendo, pero tampoco quieren ese modelo dinástico familiar de herederos”.

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Sobre la firma

Wilfredo Miranda Aburto
Periodista nicaragüense. Colaborador de EL PAÍS basado en Costa Rica, donde está exiliado. Ha cubierto temas políticos, en especial sobre violaciones de derechos humanos: desplazamiento forzado, tráfico ilegal de tierras indígenas, medio ambiente y ejecuciones extrajudiciales en Centroamérica. Ha ganado el premio Ortega y Gasset y el Rey de España.
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