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El Banco de la República cierra 2025 con la tasa de 9,25% que mantiene desde abril

El Gobierno fracasa de nuevo en su intención de reducir el precio del dinero, mientras la inflación acecha

El Banco de la República mantiene la guardia arriba. Su Junta Directiva, independiente del Ejecutivo, se planta y cierra 2025 con la tasa de intervención en 9,25%, cifra que mantiene inalterada desde abril. La decisión que ha tomado en la tarde del último viernes antes de la Navidad era esperada por la mayoría del mercado y es reflejo de la cautela del Emisor frente a la inflación —que sigue por encima del rango meta— y de unas cuentas fiscales que suman presión. Según la encuesta oficial de expectativas, realizada por el banco central, los analistas proyectan que el aumento del costo de vida (medido por el llamado IPC) termine el año cerca del 5,2%, lo que implicaría que se mantiene como cerró en 2024, todavía lejos de la meta del 3%. Esta ha sido la quinta reunión consecutiva en la que la autoridad monetaria decide mantener inalterado el precio del dinero.

El Gobierno ha presionado en reiteradas ocasiones para que el Emisor relaje su postura. El presidente Gustavo Petro ha responsabilizado en varias ocasiones a la tasa de intervención por el alto costo del crédito estatal, llegando a afirmar que por culpa de esa decisión, Colombia paga intereses “de usura”, que frenan la economía. Desde la Casa de Nariño se ha insistido en que mantener la tasa en niveles elevados beneficia a los grandes tenedores de deuda pública y castiga a los hogares y empresas, un argumento que ha tensado la relación con la mayoría de miembros de la Junta, en la que tiene asiento el ministro de Hacienda, Germán Ávila. El economista comentó en la rueda de prensa de este viernes, en la que se anunció la decisión, que él y otro miembro pidieron una reducción de 50 puntos básicos, y recordó que otro más planteó bajar menos, 25. “Si hacemos un esfuerzo de bajar las tasas, esto va a potenciar el crecimiento y el crédito productivo en el país”, dijo.

A pesar de ello, el mensaje de la autoridad monetaria se mantiene: la desinflación no avanza. Noviembre cerró con una variación anual del 5,3%, 10 puntos básicos por encima del cierre de 2024. Leonardo Villar, gerente del banco central, destacó que las expectativas de crecimiento son buenas y se alinean con la proyección del Gobierno del 2,9% del PIB para este año. Pero aclaró que la inflación cerrará muy cerca del nivel de 2024. “El proceso de desaceleración lastimosamente se truncó”, dijo, aunque confía en que la senda de moderación se retome en 2026.

Ahora, las expectativas inflacionarias a uno y dos años subieron más que la inflación observada y los fundamentos para un rebote en 2026 son latentes. La indexación esperada tras el aumento del salario mínimo, que ahora depende del presidente, impactará en segmentos como los arriendos, las multas o los peajes. A esto se suma la fragilidad fiscal: el Comité Autónomo de la Regla Fiscal proyecta que el año cierre con un déficit fiscal del 6,2% del PIB. Aunque esa previsión luce optimista frente al consenso de los observadores, es suficientemente alta como para limitar el margen de relajamiento monetario, en opinión de la mayoría de miembros de la Junta Directiva.

Por ello, aunque el Banco ha mantenido su cautela durante casi todo el año, es posible que pronto deba mover ficha. Para el centro de pensamiento ANIF, la inflación seguirá fuera del rango por dos años más y factores como el incremento del salario mínimo y los contratos de gas pueden mantener la presión sobre los precios, sobre todo a principios de año. Bancolombia advierte que, si los precios no bajan al ritmo esperado, podría iniciarse un ciclo de alzas de la tasa hasta llevarla por encima del 10%. Y Fitch Ratings, que recientemente degradó la deuda soberana de Colombia a la categoría de bono basura, ve un alza de un punto porcentual en la tasa de intervención el próximo año. El freno de mano se mantiene, pero la sombra de la inflación deja abierta la posibilidad de que haya nuevas alzas en 2026.

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Sobre la firma

Juan Pablo Quintero
Periodista financiero especializado en Bolsa, renta fija y materias primas. Formado en la Escuela de Periodismo UAM–EL PAÍS. Fue parte de la redacción de CincoDías durante la crisis de los aranceles de Donald Trump. Psicólogo por la Universidad Javeriana (Bogotá). Colaborador de EL PAÍS Colombia.
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