‘Shakiremys colombiana’ , el nuevo género de fósil de tortuga nombrado en honor a la cantante
Habitó hace 13 millones de años en el desierto de la Tatacoa colombiana, según un artículo científico publicado en ‘Papers in Palaeontology’


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Desde hace varios años, el paleontólogo colombiano Edwin Cadena decidió que, cuando encontrara algo único para Colombia, lo llamaría como Shakira. “Es alguien que admiro mucho, que no solo ha estado en mi vida, sino en la de varios colegas que la escuchamos cuando vamos a campo, desde que iniciamos nuestras carreras”, recuerda el también profesor del programa en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario. Y la oportunidad llegó. No solo al registrar una nueva especie, sino un nuevo género de fósil de tortuga que habitó el país hace 13 millones de años: la Shakiremys colombiana.
Un cráneo completo y un caparazón articulado de un espécimen, y solo un caparazón de otro, fue lo único que hallaron en 2022, en dos zonas de La Victoria, un centro poblado del departamento del Huila, ubicado justo sobre el desierto de la Tatacoa. Allí está el yacimiento paleontológico La Venta, que resguarda miles de fósiles de animales y plantas que habitaron el llamado Mioceno Medio, como lo hizo la ancestral y ya extinta Shakiremys colombiana. Es un paisaje que susurra cómo fue la vida entre hace 13 y 15 millones de años, cuando la cordillera de los Andes no se había terminado de elevar y esa zona del país se asemejaba más a un mosaico de lagos y ríos conectados.
Las piezas fueron excavadas con paciencia, llevadas a Bogotá para hacerles una tomografía computarizada y cada una de sus características fue comparada con los datos de otras especies que habitaron la Tierra para poder determinar que, efectivamente, se trataba de un nuevo género. La Shakiremys colombiana, cuenta Cadena, es parte de los podocnemídidos, una familia de tortugas nativas de Madagascar y el norte de Sudamérica en la actualidad. Pero, al analizar sus rasgos frente a los de ambos grupos, notaron que tenía particularidades de uno y de otro. “Siempre lo que encontrábamos a través del registro fósil se podía categorizar: era más cercano a las de Madagascar o a las de Sudamérica. La Shakiremys, en cambio, cae en la mitad”, dice Cadena. “No es tan común que suceda en la historia de las tortugas”, agrega sobre la importancia del descubrimiento.

Como la cantante, la Shakiremys fue versátil. Era capaz de adaptarse a distintos ambientes acuáticos, como aguas oscuras y claras. Su dieta, creen, era probablemente omnívora. Su historia, igualmente, es colombiana hasta en los huesos. Pese a su potencial, la Tatacoa solo se empezó a explorar con juicio desde hace unos 10 años, con el impulso de universidades del país, como El Rosario, La Universidad del Norte y la Eafit, y el internacional Instituto Smithsonian. Eso ha generado un ecosistema para poder conocer su pasado. No solo a nivel científico, sino entre los locales: las personas que viven allí se han apropiado del conocimiento, lo construyen.
Los hermanos Rubén y Andrés Vanegas, por ejemplo, se apasionaron a tal nivel por los fósiles desde pequeños, que hoy están detrás de la iniciativa local del Museo de Historia Natural de la Tatacoa, que tiene alrededor de 4.000 especímenes de fósiles de La Venta. A ellos, también autores del estudio sobre Shakyremis publicado hoy en Papers in Palaeontology, fue a quienes llamó Jair Díaz, la persona que vio a los restos de los especímenes en su predio, y les avisó que podía ser un fósil. Los Vanegas fueron, los extrajeron y los prepararon. “Lo que se ha dado en la Tatacoa ha sido fruto de la sensibilización”, comenta Cadena. Pero también de la ciencia comunitaria.
El paleontólogo tiene claro que el nombre que le dieron al nuevo género de fósil de tortuga puede generar polémica. En el universo de la ciencia, la libertad de poner los nombres por quien los describe es algo cargado de debates. Hay una serpiente del Darién bautizada en honor al actor Leonardo DiCaprio y una abeja reina que le hace tributo a Beyoncé. Pero desde la ornitología, también se ha denunciado que muchas aves están nombradas en homenaje a naturalistas y colonizadores que impulsaron la esclavitud en África.

“Creemos que nombrar especies en honor a personas reales es innecesario y objetivamente difícil de justificar”, señaló un grupo de científicos en un comentario de Nature Ecology and Evolution en 2023. “La biodiversidad de la Tierra forma parte del patrimonio mundial y no debe trivializarse asociándola a un solo individuo, sea cual sea el valor que se le atribuya”.
Cadena y su equipo, sin negar la polémica, tienen bien fundamentada su intención. Shakira es tan única para Colombia como lo es el fósil de tortuga que ahora lleva su nombre. No deja de ser, también, una estrategia de comunicación de la ciencia para que la gente se acerque a un tema que se siente lejano. De otra forma, es probable que usted no estaría leyendo este artículo, o que no se hubiera escrito.
Las letras de la cantante, además, le lanzan guiños a la paleontología. Él lo ha explorado y las menciona en una llamada con América Futura. En la canción Rules, de Servicio de lavandería, la artista canta, “We are branches of the same old tree” (todos somos ramas del mismo viejo árbol). Y la mejor metáfora que aún existe para explicar la evolución es el árbol de la vida. En la icónica Pies Descalzos, la colombiana también suelta la frase “te enfrentaste a un dinosaurio”. “Y muchos de los fósiles que nosotros estudiamos lo tuvieron que hacer, ¿no?”, recuerda el paleontólogo: “Enfrentarse a un dinosaurio”.
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