Bogotá sube el volumen de las protestas contra la masacre en Gaza: “Colombia debe cortar todos los lazos económicos con Israel”
Los manifestantes se han concentrado en el centro histórico de la capital, frente a la embajada de Estados Unidos y ante la sede de la Asociación Nacional de Empresarios


Miles de ciudadanos han salido este martes a las calles de Colombia para manifestarse en favor de Gaza durante el segundo aniversario de los atentados de Hamás del 7 de octubre, que dieron pie a la ofensiva israelí que ya ha matado a más de 67.000 palestinos. El epicentro de las protestas ha sido Bogotá: al menos 500 personas —de acuerdo con funcionarios de la Alcaldía— se concentraron en la tarde alrededor de la embajada de Estados Unidos para rechazar el apoyo del Gobierno norteamericano a Israel “por sus acciones genocidas”. Desde allí, las personas se han movilizado hacia el centro de la ciudad, junto con otros grupos de universidades públicas como la Nacional, Distrital y Pedagógica, y se han sumado más de 3.000 personas, según el Distrito. Los manifestantes han exigido a los empresarios colombianos que corten sus relaciones comerciales y económicas con Israel y han llamado al boicot de las industrias que no lo hagan.
La elección de la sede de la diplomacia estadounidense como el inicio de la protesta no ha sido aleatoria. Con una bandera palestina gigante puesta en la entrada del edificio, las personas clamaron contra el apoyo de la Administración de Donald Trump al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y rechazaron su actual plan de paz. “Estados Unidos es culpable, culpable, culpable”, gritaban varios durante el plantón. “Hoy está sucediendo una carnicería humana en Gaza. Es el genocidio más criminal de la historia humana”, señalaba una mujer con micrófono en mano.
Las manifestaciones de este martes, convocadas por el Frente de Acción por Palestina —un colectivo de 132 organizaciones—, ocurren tras una semana de varias movilizaciones en todo el país contra las sedes de la ANDI, el gremio empresarial más importante de Colombia. La agremiación denunció entonces la “intimidación” y el “hostigamiento” a los funcionarios de sus sedes y la destrucción de su infraestructura en varias ciudades. Un grupo ha vuelto a protestar este martes alrededor de su sede en la capital colombiana.

Ante los temores de disturbios como los de la semana pasada, en los que hubo vidrios rotos y grafitis en sedes de policía y empresas como Starbucks, la embajada de EE UU en Bogotá dijo el lunes que “el derecho a la libre expresión [...] no implica libertad para dañar o destruir propiedad” y pidió el apoyo al Gobierno nacional para proteger sus instalaciones. El presidente Gustavo Petro aseguró que así lo haría, pero que también respetaría la “reunión del pueblo colombiano”. Sobre las movilizaciones, el mandatario ha indicado que la protesta en Bogotá es “masiva”, pero lamenta que no sean “millones en todo el país”. “¿Por qué no lo es? Porque aun las clases populares creen que Israel es el pueblo elegido de Dios y no se dan cuenta que Jesús cambió esa idea, porque el pueblo de Dios es la humanidad”, se ha quejado en X.
A pesar de que el Gobierno apoyó abiertamente las protestas, y varios de sus manifestantes se asocian con la izquierda, las arengas y los cánticos no se han centrado en mensajes de carácter nacional o electoral. La oposición ha aprovechado la protesta para criticar la actitud del presidente. “Petro está del lado de HAMÁS, ¿Usted tiene dudas?”, ha escrito en sus redes sociales la precandidata ultraderechista Vicky Dávila. Por su parte, la aspirante uribista María Fernanda Cabal, ha alegado que “nadie tiene derecho a causar terror en las calles con pólvora o gritando arengas violentas”.
Al final, aunque hubo policía antidisturbios desplegada en la embajada de EE UU en Bogotá, no ha habido ninguna afectación a la sede diplomática, ubicada en el occidente de la ciudad. A pocos metros del recinto, varios manifestantes quemaron dos banderas hechas de papel de Israel y Estados Unidos; y otros caminaban con recortes gigantes de las caras de Trump y Netanyahu, ensangrentados y con un bigote emulando a Hitler.

Entre la multitud, Elisa Charpentier, una activista colombiana que estuvo al inicio del viaje de la Flotilla Global Sumud, celebra la liberación de sus compañeras Luna Valentina Barreto y Manuela Bedoya, que fueron arrestadas en Israel durante la interceptación de las embarcaciones que se dirigían a Gaza con ayuda humanitaria. “Ellas están bien, se están mejorando y estamos trabajando para analizar cuándo es seguro que regresen a casa”. Sobre la acción internacional, en la que participaron activistas de todo el mundo, como la sueca Greta Thunberg, y medios internacionales, incluido EL PAÍS, Charpentier señala que fue “un éxito”. “La estrategia política y mediática funcionó. En el recorrido de la flotilla aumentó la presión contra Israel”.
William Rojas, docente y miembro del Comité Colombiano de Solidaridad por Palestina, sostiene que “Colombia debe cortar todos los lazos comerciales y económicos con Israel” y que es “completamente legítimo exigirle a los empresarios que corten sus relaciones con un Estado genocida”. Rojas apunta que haber elegido a la embajada de EE UU como punto de partida de la marcha central de Bogotá tenía una clara intención: “Sin Estados Unidos no existiría el genocidio contra los palestinos. Sus armas son utilizadas contra los gazatíes”.

Las protestas han sucedido con tranquilidad en varias ciudades de Colombia, como en Manizales, Armenia, Barranquilla o Cali. En Medellín, la segunda ciudad del país, la Alcaldía ha desplegado a la policía antidisturbios ante “la existencia de actos de violencia en la avenida de El Poblado”, ha advertido el secretario de seguridad de Medellín. Varios videos compartidos en redes sociales muestran a manifestantes enfrentándose a miembros de las autoridades mientras a su alrededor estallan granadas aturdidoras y gases lacrimógenos usados para dispersar las marchas. Petro ha culpado al alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, de la escalada de violencia: “El parcero” de la embajada de EE UU, ordenó la violencia. Fascismo como en el Gobierno de Israel”.
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