En Colombia hay más mujeres que hombres a cargo del hogar: el 55,6% tiene a una mujer al mando
La cifra de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud aumentó 19 puntos desde la última medición, en 2015, cuando la jefatura femenina era del 36,4%

La cantidad de hogares con mujeres a la cabeza ya supera a los de jefatura masculina en Colombia, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2025, liderada por el Ministerio de Salud y Protección Social. El estudio muestra que el porcentaje de hogares con mujeres a cargo creció del 36,4% en 2015 al 55,6% en 2025. La cifra coincide con una tendencia ascendente en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en la que la proporción de hogares con mujeres como principales responsables ha subido del 37,3% en 2018 al 46,5% en 2024. La encuesta del Ministerio muestra una variación aún mayor.
Al jefe o jefa de la vivienda se le reconoce como tal por los demás miembros de su hogar, usualmente por razones económicas o de autoridad. A finales del siglo pasado, las mujeres –que ya representaban un poco más de la mitad de la población– aparecían encabezando apenas una cuarta parte de los hogares. El incremento se ha dado en un contexto de transición demográfica en el que hay menos nacimientos y el envejecimiento va a un ritmo más acelerado. El tamaño de los hogares se ha reducido de 3,10 integrantes en promedio en 2019 a 2,86 en 2024.
Estas transformaciones influyen en el liderazgo de los hogares, explica Juan Andrés Castro, director del área de demografía y población del Centro de Investigaciones sobre Dinámica Social de la Universidad Externado de Colombia. “Las mujeres tienen mayor supervivencia que los hombres. Ahí se puede dar una explicación del aumento por viudez”, señala. En Colombia, la tasa de mortalidad femenina es de 4,6 por cada 1.000 mujeres, mientras que la masculina es de 5,8 por cada 1.000 hombres, de acuerdo con los análisis de estadísticas vitales del DANE.
Los hogares unipersonales son los que más han aumentado, pasando del 17% del total en 2019 al 19,8% en 2024, una realidad que reafirma la posibilidad de causas como la viudez. “No todos los hogares unipersonales son de personas jóvenes. Pueden ser mujeres mayores que van perdiendo sus cónyuges”, dice Horacio Coral Díaz, exdirector de desarrollo social en el Departamento Nacional de Planeación (DNP). El 68,8% de las mujeres jefes de hogar no tienen cónyuge.
También han aumentado los hogares monoparentales, del 22% en 2019 al 24,3% en 2024. Es una característica, especialmente, de los hogares con jefatura femenina. La mayoría de los hogares con mujeres cabeza de hogar –el 44,5%– tiene a su cargo la crianza de los hijos. En contraste, los hogares monoparentales entre los de jefatura masculina son el 6,8%. “Hay una inestabilidad en las relaciones y las mujeres suelen ser quienes continúan al cuidado de los hijos. Es otro caso en el que está presente la jefatura femenina”, agrega Castro, psicólogo especialista en métodos de análisis demográfico. También puede haber situaciones de migración en las que el esposo sale en busca de mejores ingresos, mientras la mujer permanece con los hijos.
La feminista Catalina Ruiz-Navarro destaca que Colombia ha sido, tradicionalmente, un país de madres que asumen como responsables únicas del hogar. “En Colombia siempre ha habido muchos hogares con jefatura femenina por ausencia de los hombres, sea por la guerra, por abandono o por padres ausentes. Es un fenómeno que se ha visto agudizado por el conflicto armado interno. La guerra exacerba la ausencia de los hombres”, remarca.
Diferencias de género que no desaparecen
Mientras los hogares unipersonales y los monoparentales crecen, los biparentales se han reducido del 56,7% en 2019 al 51,6% en 2024. En estos, con presencia de ambos padres, sigue predominando la jefatura de los hombres. De cada 10 hogares biparentales, solo tres son liderados por mujeres. “Ahí mantenemos unas relaciones de poder todavía muy patriarcales, muy hegemónicas. Se ha venido reconfigurando, pero en ese escenario es más posible que sea el jefe el hombre y no la mujer”, afirma Castro.
Estas diferencias alejan la idea de que el reconocimiento de las mujeres como cabeza de hogar obedezca al cierre de brechas o cambios sobre la concepción de roles tradicionales de género. “Hay muy poca información para ser optimistas y cantar victoria. En los últimos años, han pasado cosas que no necesariamente significan que esto es una liberación femenina, como la precarización laboral, que afecta tanto a hombres como a mujeres, y las mujeres seguimos ganando menos que los hombres. No creo que el aumento de mujeres cabeza de familia necesariamente se deba a que se esté reconociendo su liderazgo al interior de las familias. Digo reconociendo porque siempre lo han tenido, son las que toman las decisiones del hogar y lideran los trabajos del cuidado”, añade Ruiz-Navarro.
El informe “Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia” que publica ONU Mujeres en alianza con el DANE, muestra que, pese a que la tasa global de participación laboral ha mejorado más para las mujeres que para los hombres, la brecha sigue siendo considerable. Mientras la participación de las mujeres es del 52,6%, la de los hombres es del 76,6 %, y las mujeres ganan en promedio 6,6 % menos.
Estas realidades exigen determinación para enfrentar las desigualdades a mayor velocidad, sugiere Castro, el académico de la Universidad Externado de Colombia. “Es inaceptable que las mujeres sigan ganando menos que los hombres cuando trabajan más en lo público y en lo privado. Hacen parte de la economía tradicional, pero la otra economía que sostiene la vida también la ejercen principalmente las mujeres. Necesitamos cerrar esas brechas, de lo contrario vamos a seguir reproduciendo estructuras desiguales”, reclama.
Coral, por su parte, pide tomar acciones que ayuden a mejorar el acceso a los sistemas de salud y de pensiones y a servicios de cuidado. “El aumento de hogares unipersonales implica una vulnerabilidad bastante alta. Son personas usualmente con empleos inestables, ingresos menores o informales y expuestas a condiciones de pobreza”, asegura.
Para Natalia Escobar, directora de proyectos del Observatorio para la Equidad de las Mujeres de la Universidad Icesi en Cali, la jefatura del hogar es una categoría problemática en las encuestas que marca relaciones de poder dentro del hogar y que tiende a dejar por fuera las diversas formas de los hogares. “Hay categorías que se deben redefinir de manera urgente. La palabra jefe representa una categoría muy patriarcal que se ha trasladado a los hogares. Cuando los integrantes del hogar no reconocen de inmediato esta figura, se suele asociar al que más ingresos tiene y posiblemente sea el hombre. Esto deja a las mujeres atrás”, concluye.
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