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Iván Cepeda: “Álvaro Uribe creyó que su inmenso poder iba a someter a la justicia como si se tratara de su partido político”

El senador que por primera vez llevó a juicio a un expresidente colombiano dice que confía en el fallo que emitirá la justicia y propone crear un mecanismo para que los exmandatarios confiesen la verdad

Iván Cepeda, actual senador de la república por el partido Pacto Histórico, en Bogotá, el 9 de julio de 2025.
Valentina Parada Lugo

Iván Cepeda Castro (Bogotá, 62 años) habla con la serenidad de quien ya se ha jugado su última carta. “Hace rato dejé de estar en esto como si fuera un castigo. Me estoy divirtiendo, me parece apasionante”, dice para referirse al juicio por soborno a testigos y fraude procesal contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, un proceso político y judicial que se ha extendido durante 13 años y que por fin ha llegado a su última etapa esta semana. El senador oficialista se acomoda en su sofá gris y explica que la decisión que tomará la jueza Sandra Heredia el próximo 28 de julio será determinante para el futuro político más inmediato del país.

El caso se originó en 2011, cuando Cepeda era representante a la Cámara y, para un debate en el Legislativo, recopiló testimonios de exparamilitares presos, entre ellos Juan Guillermo Monsalve, que vinculaban a Álvaro Uribe con la creación de grupos paramilitares en Antioquia. El expresidente respondió denunciando al congresista por supuesta manipulación de testigos, pero la Corte Suprema cerró esa investigación en 2018 y abrió un expediente contra Uribe. En el centro de la acusación está Diego Cadena, abogado del exmandatario en ese momento, señalado de ofrecer beneficios a presos para que firmaran cartas retractándose o modificando su versión en favor de su cliente.

Cepeda afirma que el movimiento político que ha construido Uribe con los años, el Centro Democrático, es como una colmena. “Dependen de la reina madre. Si la reina madre se llega a enfermar, todas quedan en crisis”. Con Mulán a su lado, la menor de tres mascotas chow chow, el senador habla con EL PAÍS sobre las implicaciones que tiene la sentencia que emitirá la jueza en las próximas semanas. Es enfático en que esta no es una contienda política. “Tampoco una venganza. No es la búsqueda de una condena ni la cárcel para el expresidente; lo que nos mueve es sencillamente la verdad, la dignidad y el respeto”.

Pregunta. El juicio dejó en evidencia algunas diferencias en el enfoque de los dos abogados de Uribe, Jaime Lombana y Jaime Granados. ¿Cómo interpreta usted esa estrategia de defensa en los alegatos finales?

Respuesta. Lo primero es que no pudieron dejar de admitir que hubo delitos. Lo hicieron trivializándolos, claro. Por ejemplo, Lombana dijo que las cartas [que Diego Cadena supuestamente entregó firmadas por testigos para cambiar sus versiones] no eran elementos de fraude procesal, que no se les podía dar ese estatus. Pero, en el fondo, lo que estaba reconociendo era que habían sido manipuladas. Granados llega a la conclusión de que hubo, por lo menos, una serie de irregularidades. Ahí es donde el camino se bifurca. Él es mucho más diplomático: disimula, maquilla las cosas, y presenta a Cadena como un hombre transparente, limpio, profesionalmente capaz. Lombana, en cambio, es completamente crudo. Es evidente su malestar. Hay declaraciones en las que afirma que le dijo al expresidente Uribe que Cadena era una persona impresentable. Entonces ahí hay una toma de camino distinto: no niegan que hubo delitos, pero esos delitos los cometió Cadena o terceros, y centran la estrategia en poner a salvo al expresidente, y decir que él nunca supo lo que estaba ocurriendo.

P. ¿Para usted, eso es un cambio de narrativa de la defensa?

R. Sí, porque incluso le meten un elemento que no habíamos escuchado hasta ahora en el caso, y es que a Uribe lo entramparon. Según esa nueva lógica, Uribe resulta totalmente ajeno y engañado porque Cadena no le contaba lo que estaba pasando. Y el propio Cadena lo termina extorsionando. Si eso fuera completamente cierto, la pregunta que surge es: si se supo, así fuera a destiempo, que se estaban cometiendo esos delitos, ¿por qué se siguió en ese camino? Uribe no solo no detiene eso, sino que lo continúa haciendo cada vez más con más intensidad.

P. ¿Usted cree que ese cambio de estrategia va a ser determinante para la decisión de la jueza?

R. Ella va a examinarlo todo. Cada palabra, cada expresión la va a comparar. Allí no vale la imagen del abuelo bonachón que lo ha dado todo por Colombia. Aquí es simple y fríamente lo que dijo cada persona hoy y hace años. Ahí va apareciendo la verdad.

El senador Iván Cepeda al finalizar la audiencia contra Álvaro Uribe, el 8 de julio de 2025.

P. Al comienzo del caso, parecía que la estrategia del expresidente era la dilación del proceso para lograr la prescripción. Pero luego hubo un afán de lograr una sentencia. ¿Por qué?

R. Yo creo que la falla de origen es que Uribe creyó que su inmenso poder iba a hacer someter a la justicia como si se tratara de su partido político. Él no midió que en Colombia hay jueces y juezas independientes.

P. ¿Ese es el caso de Sandra Heredia? ¿Usted confía en ella?

R. Sí, lo creo, independientemente de cuál vaya a ser su decisión, la acataremos; pero en una eventual absolución, buscaremos opciones legales.

P. ¿Qué implicaciones tiene para el expresidente la decisión que se tome, a su favor o en contra?

R. Desde el comienzo esta era una pelea de David y Goliat. Es decir, sea cual sea la decisión de la jueza, esto va a terminar mal para él porque es un hombre muy poderoso. Tiene muchos recursos, puede aplastar con ese poder a cualquiera y, quien se le opone y logra resistirle, obviamente le gana en un plano, más allá de lo jurídico o político, en un plano ético, que es donde él la lleva perdida.

P. Uribe ha insistido en que la grabación con el reloj espía, que mostraría la presión de Diego Cadena a Monsalve para cambiar su versión a favor de Uribe, está editada. ¿Qué papel va a desempeñar esa prueba?

R. Lo que mostró la Fiscalía es que sí hay una versión intacta. Eso encolerizó a Uribe en los últimos días del juicio, porque a su defensa se le pasó que la grabación no está editada. Ellos insisten en que tiene una interrupción de unos segundos, entonces dijeron que esa prueba estaba intervenida, pero no.

P. La Procuraduría ha pedido la absolución en el caso Uribe, pero en el proceso contra Diego Cadena la posición es diferente…

R. Me voy a reservar mis opiniones sobre el señor [procurador delegado] Bladimir Cuadros, pero desde el comienzo ha tenido una posición claramente favorable a Uribe. Está terminando también el juicio a Diego Cadena y los procuradores de ese caso son serios y han pedido su condena.

P. ¿Usted cree que Cadena inculparía a Uribe?

R. Veremos, no sé. Por lo menos ya le desobedeció no declarando en el juicio. Lo cual le molestó muchísimo a Uribe, lo hizo evidente en sus alegatos.

P. En la audiencia Uribe no negó que en la finca de su familia hubiera presencia de paramilitares, sino que apeló a decir que, en ese contexto, era normal que cualquier grupo armado estuviera en el territorio

R. Claro, dice que eso es un problema de ser campesino, que los de las ciudades no entendemos lo que pasa en el campo. Claro que lo entendemos y vimos los archivos de prensa. Cada semana aparecían las masacres que se estaban haciendo allá en el sitio. Es una población que tiene 2.000 personas, si acaso, en el que cualquier cosa que pasa se sabe. Eso es un microcosmos de tres familias poderosísimas, los Uribe Vélez, los Villegas Uribe y los Gallón Henao que, además, son narcos puros.

P. Él mismo ayer habló del daño reputacional de que se le relacione con Santiago Gallón Henao, el narco que era su vecino...

Ese es un pecado que Uribe intentó borrar desde el comienzo, y es que él tuvo relación con los Gallón. Claro que la tuvo, cómo lo va a negar. Eso, y la empresa del señor Luis Carlos Molina, que era el banquero de Pablo Escobar, de la que Uribe fue socio. El hecho de que él haya sido también socio de Luis Alberto Villegas Uribe [uno de los fundadores del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia], son todos pecados originarios. Todas esas son verdades supremamente traumáticas y dolorosas.

P. Inicialmente, Uribe había anunciado que presentaría más de 100 testigos, pero al final fueron 22. ¿Por qué cree usted que la defensa redujo tanto esa lista?

R. Yo creo que llegaron a la conclusión de que esto había que terminarlo lo más pronto posible. Cada día del juicio era un desgaste enorme. Además, había algunos impresentables, y también cosas que se van saliendo del libreto, como cuando Mario Uribe Escobar [el primo de Álvaro Uribe, condenado por parapolítica] le dice a Granados, en plena audiencia, que no le haga decir más, que hay preguntas que no son necesarias.

P. En un momento coyuntural como este, año electoral, ¿qué significará la decisión del próximo 28 de julio?

R. Yo creo que se eclipsa Uribe como dirigente político, porque se podrá después alegar que fue un juicio político, pero es toda la rama judicial la que ha actuado en todos los niveles y momentos. Y el Centro Democrático es una colectividad que depende de su líder político.

P. ¿Qué caminos tiene Uribe?

R. Uno, intentar deslegitimar a la justicia. Pero el otro escenario, que puede ser muy interesante, es si el Centro Democrático decide abrir otra posibilidad de conversar con tranquilidad y asumir sus responsabilidades para reconciliarnos.

P. Pero eso sería una sentencia política...

R. No, seguir este enfrentamiento sí puede ser más complejo para el país. A nosotros no nos van a callar ni a someter. Nosotros no vamos a ser del coro que venera a Uribe y su gran personalidad política. Pero si creamos una instancia de verdad, por ejemplo, a la que vayan los expresidentes a aceptar sus responsabilidades, le haría un inmenso bien a la sociedad colombiana. Saldrían por la puerta grande, no como líderes políticos, pero sí reconciliando el país.

Iván Cepeda, político y filósofo colombiano, durante entrevista, el 9 de julio de 2025 en Bogotá.

P. ¿Ha hablado con el presidente Petro de este caso? ¿Qué le ha dicho?

R. Sí, es parte de la realidad política. Él ha sido respetuoso, pero mucho de esto tuvo origen también en los debates que hizo él en el Senado sobre la parapolítica y a los que yo le di continuidad en el Congreso. Lo que puedo decirle es que él intentó, al comienzo del Gobierno, tener una relación distinta con ellos porque queríamos avanzar en la reconciliación. Eso no ha muerto como posibilidad. Nosotros seguimos buscando construir puentes para un acuerdo nacional.

P. Ya lleva 13 años en este proceso, ¿cómo lo ha afectado personal y políticamente este juicio?

R. No niego que ha tenido impactos, pero lo esencial es que me ha reafirmado en el camino que decidí tomar, que es el camino de las víctimas, de la justicia, de la verdad. No lo veo como un sacrificio, sino como una lucha que ha tenido resultados.

P. En un momento tan polarizante para el país, esa decisión sin duda va a ser determinante...

R. Esto no es una venganza, no es la búsqueda de una condena ni de la cárcel. Sencillamente es la verdad, la dignidad y el respeto. Solo es que nos acojamos a las reglas del juego democrático.

P. Ayer, cuando usted se presentó ante la jueza en el Complejo Judicial de Paloquemao, dicen que Uribe se persignó discretamente. ¿Eso qué le dice?

R. (Risas) Sí, yo no le daba credibilidad al comienzo a semejante cosa. Bueno, no sé si habrá sido una coincidencia. Pero significa que él no ha entendido nada. Mal que él persista en esa lógica. No ha entendido todavía la lección que esto debiera haberle dado, y es que no es con odio ni con arrogancia. Pero Uribe todavía tiene la posibilidad de enmendarlo.

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Sobre la firma

Valentina Parada Lugo
Periodista de EL PAÍS en Colombia y estudiante de la maestría en Estudios Políticos de la Universidad Nacional. Trabajó en El Espectador en la Unidad Investigativa y en las secciones de paz y política. Ganadora del Premio Simón Bolívar en 2019 y 2022.
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