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El joven sicario que intentó matar a Miguel Uribe: “Perdón, lo hice por plata, por mi familia”

El menor de 14 años que disparó contra el precandidato presidencial colombiano en un mitin fue detenido y fue imputado por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas

Atentado Miguel Uribe Turbay
Diego Stacey

Colombia sigue sumida en la conmoción tras el atentado que sufrió el sábado el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. Las imágenes del ataque, ocurrido en un mitin improvisado en un parque en el occidente de Bogotá, muestran a un joven alto entre la multitud que se acerca por la espalda al político. Cuando ya está a pocos metros, alza una pistola y le dispara varias veces, hasta que Uribe cae al suelo por el impacto de dos balas en la cabeza. Una breve persecución en medio del caos acabó con la captura del joven, que recibió un disparo en una pierna. Las autoridades han revelado que se trata de un menor de 14 años —aunque en algunas de las primeras versiones se hablaba de que tenía 15— que formó parte de un programa gubernamental para jóvenes y que tenía una personalidad “completamente conflictiva”. La Fiscalía lo ha imputado este martes por los delitos de tentativa de homicidio y porte ilegal de armas.

El menor se encuentra hospitalizado en una clínica cerca al lugar de los hechos y está custodiado por decenas de policías. Las autoridades lo perfilan como el último eslabón en la cadena de los responsables del atentado, pues es muy probable que sea un asesino a sueldo, según la primera línea de investigación que tiene la Fiscalía. “Somos perfectamente conscientes de que este muchacho que fue aprehendido es apenas un ejecutor material”, ha manifestado la fiscal general, Luz Adriana Camargo.

Integrantes de la Policía Nacional de Colombia custodian la zona dónde fue herido Miguel Uribe Turbay, el 7 de junio de 2025.Foto: Carlos Ortega (EFE) | Vídeo: EPV

El tirador adolescente vivía con una tía suya en Villas de Alcalá, un barrio de clase baja ubicado en el occidente de la capital colombiana. Las autoridades allanaron el domingo la vivienda en busca de pruebas que esclarezcan la investigación. La red de apoyo del menor era escasa: su madre falleció y su padre no se encuentra en el país. Varios reportes indican que está en Polonia, a donde supuestamente viajó para enlistarse como voluntario en la guerra de Ucrania. En este contexto, el menor fue contactado a finales de mayo por el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) para que participase en los programas sociales de la Alcaldía de Bogotá.

El presidente Gustavo Petro ha confirmado esta versión: “El Gobierno distrital ya había identificado la conflictividad del niño asesino, lo recogió en uno de sus programas y pasó a uno de los programas de mi Gobierno: Jóvenes en paz”, ha indicado en X. Este programa, creado por Petro, pretende ayudar a jóvenes colombianos que viven en condiciones de pobreza extrema o que residen en regiones afectadas por la violencia generalizada, en parte para evitar que caigan en redes de violencia e ilegalidad. “El informe que tengo de los profesionales es que demostró una personalidad completamente conflictiva, sin capacidad de establecer vínculos intersociales. Duró dos meses, no asistió a ninguna clase, y se retiró voluntariamente”, ha agregado el mandatario.

La detención del joven ocurrió a los pocos minutos del atentado, para el que usó una pistola semiautomática Glock. Aunque alcanzó a huir de la escena, varios policías y personal de seguridad le dispararon en una pierna y lo alcanzaron mientras cojeaba. En un video grabado en el momento de la aprehensión se le oye decir: “Fue el man de la olla, yo digo quién fue, déjenme darle los números”, mientras era reducido al suelo. De acuerdo con fuentes policiales citadas por El Tiempo, en el barrio del menor hay dos “ollas” —zonas en las que operan redes de microtráfico— que ahora están siendo rastreadas. En las imágenes también se le ve gritar y aclarar: “Perdón, lo hice por plata, por mi familia”.

Altar en el lugar en el que fue atacado el político colombiano.

Que el atacante sea un menor de edad ha abierto un debate sobre su futuro judicial. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la entidad estatal encargada de proteger a los niños y adolescentes, rechazó la “manipulación” y la instrumentalización de los jóvenes para cometer actos delictivos, una declaración que recibió rechazo por sectores que piden que el menor sea juzgado como un adulto. Astrid Cáceres, directora del ICBF, ha señalado que él quiere colaborar con la justicia. “Ya hay unos acuerdos con Fiscalía para que haya condiciones de seguridad para el chico, condiciones excepcionales por el caso que tenemos”, ha señalado la funcionaria.

Al detenido le fue asignado un abogado de oficio y durante la audiencia de este martes, en la que ha estado acompañado por una trabajadora social, ha negado los cargos en su contra. La Fiscalía lo ha imputado por los delitos de tentativa de homicidio y posesión ilegal de armas. Como explicó este lunes la fiscal general, la ley colombiana entiende que estos jóvenes delincuentes son víctimas de un contexto y eso facilita su negociación con la justicia.

De ser hallado culpable, el joven no irá a una cárcel: sería recluido en uno de los llamados Centro de Atención Especializada, en donde están detenidos los menores de entre 14 y 17 años que han cometido un delito. La audiencia estaba prevista para el lunes, pero fue aplazada a petición del equipo médico que le brinda atención.

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Sobre la firma

Diego Stacey
Periodista de la sección Internacional. Anteriormente trabajó en 'El Tiempo', en Colombia. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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