El ELN le responde a Petro que se ha quedado sin interlocutor en los diálogos de paz

La guerrilla del ELN ha señalado este martes que carece de interlocutor en los congelados diálogos de paz con el Gobierno, sin llegar a formalizar la ruptura total del proceso que el presidente Gustavo Petro ya había suspendido en enero, luego de la feroz arremetida de los insurgentes en la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela. “Ante la ausencia de una política de paz por parte del Gobierno, para dialogar con una insurgencia armada de carácter social y político, el ELN se ha quedado sin interlocutor”, dice el comunicado firmado por la dirección nacional del autodenominado Ejército de Liberación Nacional. Asegura que cuando se supere ese obstáculo, siguen dispuestos “a buscar las transformaciones, con la participación directa y el poder del pueblo, que garanticen la paz para Colombia”.

“Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra”, dijo Petro el 17 de enero ante la arremetida de los elenos en esa zona del departamento de Norte de Santander contra una disidencia de la extinta guerrilla de las FARC, el frente 33. El episodio detonó una crisis humanitaria de enormes dimensiones, con más de 50.000 desplazados y cerca de un centenar de muertos que incluyeron civiles, líderes sociales y firmantes de paz. “Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, anunció entonces el presidente. Aunque nadie pronunció la palabra “ruptura”, la negociación languidece sin salidas a la vista.

La mesa con el ELN fue la primera que puso en marcha el presidente en el arranque de su cuatrienio, como parte de su ambiciosa política de paz total, que buscaba diálogos simultáneos con todos los grupos armados del país pero está sumergida en una profunda crisis. A pesar de algunas señales prometedoras, las conversaciones con esa guerrilla han estado congeladas desde hace más de un año, lo que impidió acordar pasos mínimos como la extensión del cese al fuego que expiró el 3 de agosto del 2024. Desde que expiró esa tregua han ocurrido múltiples atentados atribuidos al ELN, entre ellos el ataque del 17 de septiembre contra una base militar en Puerto Jordán, en Arauca, que dejó dos militares muertos y 26 heridos. Ese atentado, en particular, ya había llevado a Petro a dejar el diálogo en vilo. “Prácticamente, es una acción que cierra un proceso de paz con sangre”, declaró entonces.

La delegación del Gobierno exigió desde ese momento una manifestación “inequívoca” de la voluntad de paz del ELN, que nunca ha llegado. La dilatada crisis en la mesa se vio agravada por los diálogos que mantiene el Gobierno con un frente díscolo en el sur del país que se desprendió de la dirección nacional del ELN: Comuneros del Sur en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador. El anuncio formal de esa escisión, hace un año, provocó insistentes reclamos de la delegación del ELN. La guerrilla, que exige también que la retiren de la lista de grupos armados organizados (GAO), ha rechazado las propuestas de Petro para reanudar los diálogos, incluso una que se refería a discutir una reforma al modelo económico. El mes pasado, el presidente planteó una mediación del Vaticano para retomar el proceso, tras reunirse allí con el nuevo papa, León XIV. Esa idea no ha encontrado eco en el ELN, una guerrilla de raíces católicas que nació bajo el influjo de la revolución cubana.

“El Gobierno de Petro en su ocaso, finaliza asfixiado por sus escándalos de corrupción, y dándole más importancia a las medidas militaristas y guerreristas propias del régimen político colombiano”, dice el ELN en su comunicado de este martes, en el que le reclama al Ejecutivo, entre otras, que haya nombrado un ministro de Defensa militar, el general en retiro Pedro Sánchez, encargado de lidiar con una delicada situación de seguridad. “La paz total es la continuidad del modelo contrainsurgente”, reclama la guerrilla, con lo que parece cerrar definitivamente la puerta a avances concretos con un Gobierno al que solo le queda un año en el poder.