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Alicia Arango, la estratega política que “uribiza” la campaña de Vicky Dávila

Parte del primer círculo del expresidente Álvaro Uribe, fue su secretaria privada durante ocho años de Gobierno, ministra del uribista Iván Duque, y presidenta del partido del expresidente

Alicia Arango
Camila Osorio

Los últimos cuatro presidentes colombianos han tenido a su lado a una mujer como su mano derecha. Antes de Laura Sarabia, los ojos de Gustavo Petro en presidencia, estuvo María Paula Correa como jefe de Gabinete de Iván Duque. Antes fue María Lorena Gutiérrez, alta consejera presidencial de Santos. Y previo a todas ellas, durante las dos presidencias de Álvaro Uribe, de 2002 a 2010, la poderosa fue Alicia Arango. Esta última, también exministra de Duque y exdirectora del partido uribista Centro Democrático, ha anunciado una movida esta semana que ha causado nerviosismo en la derecha: se ha incorporado a la campaña de Vicky Dávila, la exdirectora de revista Semana, como estratega política. La periodista, que se ha mostrado como una candidata independiente, antipolítica y opositora al presidente Gustavo Petro, gana con Arango una hábil estratega, pero corre el riesgo de perder su carta antiestablecimiento.

“Bienvenida Alicia Arango al equipo. Vamos a sumar con todos los que quieran derrotar a la izquierda radical”, trinó Dávila al anunciar su llegada. “La recibí porque pienso que es la mejor persona para el cargo”, añadió en otro.

Alicia Arango es una mujer que lleva más de tres décadas en política. Nacida en Cartagena hace 66 años, entró al Gobierno de Ernesto Samper a mitad de los noventa de la mano de otra cartagenera, Adelina Covo, entonces directora del Instituto de Bienestar Familiar (Covo es la suegra del ministro del Interior, Armando Benedetti). Arango pasó por la Alcaldía de Enrique Peñalosa, en Bogotá, como directora del Instituto de Deporte, pero realmente se hizo notar en los círculos de poder en las elecciones presidenciales del 2002. En ese año se unió como una de las estrategas políticas de Álvaro Uribe, un político poco conocido en el país y quien marcaba poco en las encuestas. Tras ganar en una campaña inusitada, la nombró su secretaria privada. Lo fue durante los ocho años de Gobierno. Era de las pocas a quien Uribe escuchaba a la hora de tomar decisiones claves. Arango fue luego cofundadora y directora del Centro Democrático, el partido que creó Uribe para las elecciones presidenciales del 2014. Cuatro años más tarde, fue central en la campaña del uribista Iván Duque. Durante su Administración fue ministra de Trabajo y del Interior, donde algunos uribistas radicales le señalaron de más moderada o ‘duquista’.

“Vicky gana con la llegada de Alicia porque ella tiene una cercanía muy grande con los ‘cacaos’ uribistas. Sabe dónde conseguir plata para hacer campaña y tiene mucha experiencia con el mundo político”, dice alguien que la conoce y la vio trabajar en el Ejecutivo. “Seguramente llega porque a Dávila le están pidiendo hacer más política: hace dos meses no dice nada nuevo, y eso se empieza a notar en las encuestas”, añade. Aunque en la más reciente medición del Centro Nacional de Consultoría, pagada por la Revista Semana, puntea en un escenario abierto con el 13,6% de intención de voto, aparece perdiendo en una segunda vuelta contra candidatos del centro político como Juan Manuel Galán o Sergio Fajardo. Y en la reciente medición de Invamer aparece de tercera en la pregunta amplia, detrás de Fajardo y de Gustavo Bolívar, posible candidato en la izquierda.

Aunque son mediciones muy tempranas, la estrategia de Dávila de capturar el voto de la derecha antes de que arranque en forma la carrera le exige estar fuerte en ellas. “Arango puede afianzar a Vicky políticamente. Pero corre un riesgo grande: nadie le va a creer que es una candidata sin relación con la derecha si la tiene en campaña”, añade la misma persona.

Como ha pasado en varias elecciones presidenciales de América Latina y de Colombia, el candidato visto como novedoso y antipolítico tiene muchas posibilidades de ganar. Por eso para Dávila, tener a la socia de Uribe, un político tradicional, y de Iván Duque, un expresidente poco popular, puede ser un problema más que una ventaja. De hecho, varios rivales políticos de la candidata aprovecharon el anuncio para atacarla. “Vicky, la Duque 2 de Uribe,” dijo la exalcaldesa Claudia López, potencial candidata. “Duque, tu aliado”, trinó el presidente Gustavo Petro. Y María José Pizarro, senadora de izquierda, dijo que es “la reconfirmación de su uribismo inconfesable”.

La pregunta del millón, en lo que el expresidente Uribe llama la “pequeña política”, es si él envió a Arango a la campaña de Dávila, cuando varios senadores de su partido buscan representar al uribismo. Uribe niega haber traicionado a sus pupilos: dice en redes que él es “leal al Centro Democrático”, y que hace un año fue a comer a la casa de Arango, junto al expresidente Duque, pero no hablaron de la hoy candidata. Los aspirantes lo han secundado. ”Es legítimo que Alicia Arango escoja a quién ayudar. Como bien lo deja claro el presidente Uribe, esa decisión no lo compromete a él”, dice por mensaje de texto Miguel Uribe. “Estamos trabajando para consolidar un candidato único que será el de Uribe y el del Centro Democrático”, añade. La senadora María Fernanda Cabal dijo algo similar a W Radio: “Alicia Arango no es ni delegada, ni enviada, ni autorizada, ni desautorizada con Uribe”, dijo. Añadió que si un expresidente está metido en la ecuación, sería otro. “Hay que preguntarle si es enviada del presidente Iván Duque, ahí sabemos de qué lado está jugando Duque y si va a ser promotor de la campaña de Vicky Dávila”, añadió.

La noticia ocurre cuando el Centro Democrático debate cómo escoger el candidato presidencial: si por encuestas, la fórmula que prefiere el senador Uribe; o con una consulta, como argumenta Cabal. Ninguno de ellos se destaca en las encuestas aún, y el expresidente corre el riesgo de quedarse fuera del poder, de nuevo, en 2026. “Alicia es, como dicen los gringos, un powerhouse, una mujer muy pragmática, que ha estado en casi todas las campañas exitosas de la derecha en los últimos años. Quizás pueda tender puentes con el Centro Democrático si Uribe lo necesita”, dice otra persona que ha trabajado con Arango. El expresidente poco pierde si Dávila no sube en las encuestas, pero puede ganar mucho si Dávila crece y tiene cerca de ella a una de sus grandes aliadas.

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Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.
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