Petro busca mercados alternativos tras la imposición de aranceles por parte de Trump

Colombia no se resigna y no quiere mostrarse catastrofista con la imposición de aranceles por parte de Donald Trump. En el Gobierno reconocen que Estados Unidos es el principal socio comercial, los datos así lo demuestran: el año pasado las exportaciones hacia ese país alcanzaron los 14.336 millones de dólares, casi el 29% del total a nivel mundial. Los empresarios están preocupados y le piden a Gustavo Petro que se muestre conciliador, pese a que se trata de una medida sorprendente que impone la Casa Blanca a un socio histórico. El presidente tiene claro que no tiene nada que ver con aquella discusión pública que tuvo con el magnate republicano en enero, pues se trata de un tributo universal, pero considera la medida igualmente desproporcionada y absurda, que no ayuda a nadie en cualquier caso. Los economistas, además, alertan de que esta alza en las tarifas podría provocar una recesión a nivel mundial, incluso en Estados Unidos.

La preocupación recorre el mundo entero y Colombia, claro, no es ajena a todo lo que está pasando. En la Casa de Nariño, la residencia presidencial, siguieron con atención la declaración pública en la que Trump anunció esta guerra comercial contra el resto de países. Los ministros no salían de su asombro y el propio presidente hizo una mueca. Sin embargo, la discusión que abría no era nueva. El asunto se había discutido largamente cuando Trump, después de que Petro se negase a recibir un avión con deportados colombianos esposados de pies y manos, anunció una guerra comercial que al final nunca se llegó a librar. La determinación, entonces y ahora, es la misma: solucionar el problema con Washington, pero al mismo tiempo buscar alternativas en otros mercados, por lo que pudiera suceder.

El Gobierno entero se ha puesto en marcha por orden de Petro. El Ministerio de Comercio, que ahora mismo se encuentra en una situación extraña puesto que no hay ministro a cargo, y la canciller Laura Sarabia, principalmente, buscan “consolidar nuevos destinos para nuestras exportaciones”, según anunciaron en un comunicado público. “Gracias al trabajo articulado con los gremios, con los productores, y nuestras representaciones diplomáticas, los productos colombianos han logrado una presencia creciente en Europa, Asia, Oriente Medio y América Latina, fortaleciendo así la competitividad y la resiliencia del sector exportador. La reciente imposición de un arancel base del 10% debe asumirse como una oportunidad para acelerar esta estrategia de internacionalización”, se lee en el texto.

Una recesión económica complicaría todavía más el último año del Gobierno de Petro, que no ha alcanzado las transformaciones prometidas, en parte por fallos propios, líos de corrupción, y en parte por el obstruccionismo del Congreso, que ni siquiera ha aprobado una reforma laboral que trae mejoras marginales a los derechos de los trabajadores. Los ministros se han sucedido, sobre todos los de Interior, quizá el cargo más relevante, pero al final no se han creado consensos y el tiempo corre en contra. Una salida posible es la consulta popular, con la que Petro quiere someter a aprobación la reforma laboral. La segunda genera muchas resistencias en una parte importante de la sociedad y la opinión pública. En cualquier caso, el pulso de Trump se suma a unos meses convulsos que vienen por delante para Petro, que si quiere dar un paso adelante debe moverse ya, no hay tiempo que perder. Del éxito de la consulta depende también que logre impulsar a un candidato que al menos siga su camino en algunos asuntos que considera básicos y necesarios para Colombia. El inquilino de la Casa Blanca con tupé y bronceado naranja no ha llegado precisamente para ayudar.