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El encargado de ICE defiende la mano dura de sus agentes en las redadas: “Se cubren el rostro porque los amenazan de muerte a ellos y sus familias”

Todd Lyons, el encargado de la policía migratoria, presume una operación en Boston que dejó cerca de 1.500 detenidos en mayo

Todd Lyons durante una conferencia de prensa en el Tribunal de Estados Unidos en Boston, Massachusetts, el 2 de junio de 2025.
Luis Pablo Beauregard

Todd Lyons, el encargado de Immigration and Customs Enforcement (ICE), la policía de migración, ha defendido las duras tácticas que los agentes emplean en las redadas contra los inmigrantes en todo el país. Sin importar si estas se llevan a cabo a plena luz del día en las calles de una ciudad santuario, dentro de alguna prisión estatal o al interior de alguna corte de inmigración, lejos de los ojos de la opinión pública. Centenares de agentes de varias agencias federales llevan a cabo lo que Donald Trump ha calificado como la más grande operación de deportaciones en la historia del país.

Lyons ha abogado en favor de los agentes que llevan a cabo estas razias, quienes operan vestidos de civil con el rostro cubierto y, en muchas ocasiones, en automóviles que no están marcados. “Lamento mucho si a la gente le ofende que utilicen máscaras, pero no voy a permitir a mis agentes que salgan a la calle a arriesgar la vida y la de sus familiares porque a la gente no les gusta el trabajo de la autoridad migratoria”, aseguró el funcionario en una rueda de prensa celebrada en Boston, Massachusetts.

El encargado de ICE aseguró que activistas contra las políticas migratorias de Trump en Los Ángeles filmaron y subieron a las redes sociales los rostros de los agentes de ICE que llevaron a cabo una serie de detenciones de indocumentados en la ciudad de California. “Han recibido amenazas de muerte a ellos y a sus familiares en las redes sociales”, indicó Lyons.

El malestar de estas operaciones es cada vez más notorio. Todd Gloria, el alcalde de San Diego, la ciudad fronteriza de California, se dijo “muy molesto” con una redada que agentes de ICE llevaron a cabo el viernes por la tarde en Buena Forchetta, un concurrido restaurante italiano de la localidad. El trabajo de las fuerzas federales, quienes acudieron supuestamente con una orden de aprehensión, se convirtió en una escena viral que dio la vuelta en las redes sociales.

Comensales y vecinos del lugar rodearon los coches no marcados de ICE y gritaron en repudio a los agentes vestidos con equipo táctico que llevaron a cabo la operación, en la que se detuvo momentáneamente a una docena de empleados de cocina y al gerente del establecimiento, Renato Ametrano. Los agentes se vieron obligados a utilizar granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes. Los dueños de la cadena de restauración, que tiene siete restaurantes, decretaron el cierre de estos hasta el miércoles en rechazo al operativo.

“El Gobierno federal asegura que estas acciones se hacen para la seguridad pública, pero los resultados son completamente opuestos. Lo que hemos visto socava la confianza y provoca el miedo en nuestra comunidad”, dijo el alcalde Gloria en un comunicado hecho público el sábado.

Lyons no se dirigió directamente a los hechos de San Diego. Prefirió sacar pecho con los números que han dejado las operaciones que ICE realizó en mayo en varias ciudades de Massachusetts, en las que fueron aprehendidas cerca de 1.500 personas. La agencia señala que unas 790 tienen cuentas con la ley, lo que representa el 54% de los detenidos. “Un buen número de los extranjeros detenidos habían cometido delitos como conducir ebrios, sexuales, eran sospechosos de homicidio o fugitivos de otros países que intentaban evadir la justicia”, ha anunciado.

Cobijado por funcionarios del Departamento de Justicia, Lyons cargó contra las ciudades santuario por dar la espalda a los operativos en los que se detienen a los indocumentados. “Sería más fácil que colaboraran para que nos entregaran la custodia a las autoridades federales de sus criminales más peligrosos en lugar de liberarlos. De esa manera no tendríamos que ir a las ciudades a buscarlos”, declaró.

El funcionario dejó claro que ICE seguirá actuando como lo ha hecho en las últimas semanas. “Esta operación ha probado que necesitamos hacer más”, argumentó. y lo harán con el apoyo de otras agencias federales como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la Patrulla Fronteriza; la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), la Agencia Antinarcóticos (DEA), los agentes encargados de la seguridad de diplomáticos y los US Marshalls.

El caso de Marcelo Gomes

Las autoridades justificaron durante la conferencia de prensa el arresto de Marcelo Gomes Da Silva, un estudiante de instituto de 18 años. La detención de este joven, ocurrida este fin de semana, ha causado revuelo en el pueblo de Milford, al suroeste de Boston. No se trata de un delincuente, sino de un excepcional estudiante con buen promedio, talento para el deporte y para la música, pues tenía una banda que estaba por tocar en la ceremonia de graduación del colegio.

“Fuimos a buscar a otra persona y desafortunadamente lo detuvimos a él”, admitió Lyons. El encargado de ICE subrayó que muy a pesar de los talentos de Gomes Da Silva, “este está de forma ilegal en el país”. De acuerdo a su recuento, las autoridades federales hicieron la parada a un vehículo a nombre del padre de Marcelo, el verdadero objetivo de las autoridades de migración. En su interior no iba este, sino su hijo, quien ahora se encuentra en un centro de detención a la espera de ser deportado de vuelta a Brasil a pesar de estar en Estados Unidos desde los seis años.

Leah Foley, la fiscal federal de distrito de Boston, quien llegó al cargo con el retorno de Trump a la presidencia, empleó un duro tono contra los inmigrantes. Esto a pesar de que poco más de la mitad entre los 1.500 detenidos tenía antecedentes penales. “No son sujetos que simplemente cruzaron la frontera, sino que cruzaron una línea poniendo en peligro la seguridad de una comunidad. No son inmigrantes, son criminales”, sentenció. Pero nombres como los de Marcelo Gomes Da Silva continúan mostrando los excesos de las políticas migratorias de la Administración.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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