La batalla por redibujar los mapas electorales escala y se expande por el país
El anuncio de un plan para impulsar una nueva distribución en California es la primera acción concreta de la confrontación y varios Estados de ambos colores están estudiando seguir su ejemplo

Los demócratas han dicho “ojo por ojo” y la batalla por redibujar los mapas electorales se ha expandido por todo Estados Unidos. Este jueves, el Gobernador de California, Gavin Newsom, anunció que avanzará con su plan para aprobar una nueva distribución de los distritos congresionales en los que está dividido el Estado como respuesta a la iniciativa impulsada en Texas a mediados de julio. Fue la primera escalada que ha ido más allá de las palabras en una confrontación entre los dos partidos que lleva un mes calentándose. Aparte de Texas y California, ahora desde Florida hasta Misuri y pasando por Nueva York o Indiana, se están empezando a mover fichas en una inédita carrera para influir en las elecciones de medio mandato de 2026. En esos comicios siempre se renueva la Cámara de Representantes y el partido gobernante suele perder escaños, por lo que los republicanos temen perder la fina mayoría —219 frente a 212, con cuatro vacantes— que disfrutan actualmente.
El cambio de los mapas que rigen qué votantes eligen a los representantes de cada distrito de cada Estado al Congreso, conocido como gerrymandering, es una práctica establecida en la política estadounidense, aunque usualmente se ha hecho de manera más silenciosa en los momentos establecidos para ello cada década con la realización de un nuevo censo. Este año, sin embargo, el llamado abierto del presidente Donald Trump a los legisladores republicanos de Texas de aprovechar una sesión especial para pasar un nuevo mapa, el cual le daría a su partido cinco escaños más en la Cámara —si es que todos los ciudadanos votan igual que en las presidenciales de 2024—, ha significado que las convenciones vuelen por los aires.
La batalla ha continuado elevando el perfil de Newsom como el contrincante de mayor perfil del presidente Trump. Recientemente, el gobernador se ha quitado los guantes, imitando el estilo de Trump en sus posteos en redes sociales, escribiendo en mayúsculas y abusando de los superlativos; y en la rueda de prensa en la que desveló su estrategia para redibujar los mapas de California, abogó abiertamente por ello. “Intentamos sentar unos estándares, pero estos tipos no están jugando bajo ningún tipo de reglas. Así que estos tiempos requieren que actuemos diferente y no solo pensemos diferente”, argumentó en un discurso combativo en el que convocó a una votación para el próximo 4 de noviembre, en la que una mayoría de los ciudadanos californianos tendrán que aprobar los nuevos mapas, que están diseñados para darle a los demócratas cinco escaños más en el Congreso.
El anuncio de Newsom coincidió casi exactamente con el de los legisladores demócratas de Texas que abandonaron el Estado hace dos semanas para bloquear el voto de los nuevos mapas texanos. De acuerdo a Gene Wu, el portavoz del grupo, él y sus compañeros rebeldes están dispuestos a volver ahora que la mecha se ha encendido en el país. “Ahora, mientras los demócratas de todo el país se unen a nuestra lucha para que estos mapas fracasen en su propósito político, estamos preparados para llevar esta batalla de vuelta a Texas en las condiciones adecuadas y llevar esta lucha a los tribunales”, aseguró. Su triunfalismo puede que dure poco, pues se espera que los mapas texanos pasarán en cuanto se convoque el voto en el legislativo estatal, dada la mayoría republicana que hay en ambas cámaras allí.

Los otros frentes republicanos abiertos
Mientras avanzan estas acciones legislativas en Texas y ahora también en California, en otros Estados del país se están echando las semillas de sus propias iniciativas. Los republicanos de Florida, encabezados por el gobernador Ron DeSantis y el presidente de la Cámara de Representantes estatal, Daniel Pérez, se disponen a redactar un nuevo mapa congresional antes de las elecciones de 2026. En Florida hay 28 distritos para el Congreso, 20 de los cuales están ocupados por republicanos, pero con una distribución diferente esperan que su mayoría aumente todavía más.
En el caso de Florida, la vía actual para pasar nuevos mapas a mediados de década se remonta a 2022, cuando se aprobó un mapa con un distrito en el norte que daba poder electoral a votantes negros. DeSantis lo vetó, y pidió rehacerlo. La Legislatura estatal eliminó un distrito de mayoría negra y dispersó su población entre varios distritos. El mes pasado, la Corte Suprema de Florida lo ratificó. En el fallo, el tribunal dijo que era inconstitucional crear un distrito basándose en la raza de los residentes. Los jueces sugirieron que preservar un distrito de acceso para negros podría violar la neutralidad racial de la Constitución estadounidense, potencialmente desmantelando una parte clave de las reglas de Fair Districts (Distritos Justos). Envalentonado por la victoria judicial, DeSantis comenzó a abogar abiertamente a fines del mes pasado por una redistribución de distritos, argumentando que Florida había experimentado cambios poblacionales significativos y estaba “mal distribuida”.
Se espera que los legisladores consideren las nuevas líneas distritales durante la sesión legislativa de 2026, que comienza en enero. El calendario estará ajustado de cara a las elecciones de medio mandato de noviembre de 2026, ya que las autoridades electorales necesitan los nuevos distritos antes del período de inscripción de candidatos a mitad de año.
En Misuri, atendiendo al pedido del presidente, la mayoría republicana está preparando una sesión especial para redibujar sus mapas de distritos. Aunque el gobernador republicano Mike Kehoe no ha anunciado oficialmente una sesión especial, el líder de la mayoría republicana en la Cámara estatal, Alex Riley, declaró a AP que es “bastante probable” que se celebre y añadió que ha mantenido conversaciones al respecto con la Casa Blanca. Los republicanos ocupan seis de los ocho escaños del Congreso de Misuri, pero el partido apunta a un distrito controlado por los demócratas en Kansas City para conseguir otro escaño.
Otro Estado que está en la lista de probables redistribuciones es Ohio. Allí, una ley ya obliga que se presenten nuevos mapas antes de las elecciones de 2026, por lo que se espera que el Partido Republicano busque diseñar los mapas estatales de tal manera que puedan aumentar su actual mayoría de 10 de los 15 escaños que aporta el Estado a la Cámara de Representantes en Washington.

Indiana también ha dado señales de estar considerando redistribuir sus distritos. El vicepresidente J. D. Vance dijo que habló con el gobernador republicano Mike Braun la semana pasada, pero ambos políticos guardaron silencio sobre la conversación. Braun, que tendría que convocar una sesión especial para trazar nuevos mapas, ha dicho que espera mantener una “amplia discusión” con los líderes legislativos sobre la constitucionalidad de la medida y ha afirmado que no se han hecho compromisos al respecto. Los republicanos se enfrentan a posibilidades más limitadas de conseguir otro escaño para el Partido Republicano en Indiana, pues sus representantes en el Congreso ya superan a los demócratas por 7 a 2.
Los demócratas buscan la manera de contrarrestar
Entre los demócratas, aparte de California, Nueva York, Wisconsin y Maryland han hablado de avanzar en sus propios planes para trazar nuevos mapas electorales. En Nueva York, los demócratas del Estado presentaron una ley para permitir la redistribución de distritos a mitad de década. Pero lo más pronto que podrían estar listos los nuevos mapas sería para las elecciones de 2028. Esto se debe a que la propuesta requeriría una enmienda a la constitución estatal, un cambio que tendría que ser aprobado dos veces por la Legislatura y por los votantes.
En Wisconsin, la ruta elegida para forzar la creación de unos nuevos límites en los distritos congresionales del Estado ha sido judicial. Mientras que los republicanos controlan el legislativo estatal, dos demandas fueron presentadas al Tribunal Supremo del Estado de mayoría progresista, impugnando los mapas actuales.
Además de estos, existen murmullos en otros Estados de seguir el ejemplo, aunque en muchos casos, especialmente en territorios escasamente poblados, la posibilidad de influenciar la balanza y sumar algún escaño es muy difícil. De la misma manera, donde sí prosperen los intentos por redibujar, no hay garantías de que sean exitosos en su objetivo final de ganar mayor representación.
Redibujar mapas ahora implica seguir basándose en datos del censo de 2020, que ya han quedado desfasados. Los cambios aún podrían provocar un dummymander, un diseño pensado para favorecer a un partido que, en la práctica, termina beneficiando al contrario. Es por esto que, aunque este confrontamiento tenga muchos rondas por delante, el ganador eventual solo se conocerá después de las elecciones de medio mandato de 2026.
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