Ir al contenido
_
_
_
_
Festival Eurovisión
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pobre Melody

¿Qué sentido tiene hacer un festejo musical por la paz cuando dejan concursar a un país como es ahora mismo Israel?

Melody, durante su interpretación de 'Esa diva', en la final de Eurovisión en Basilea. Foto: picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)
Jimina Sabadú

¿Qué sentido tiene hacer un festejo musical por la paz cuando dejan concursar a un país como es ahora mismo Israel? Ninguno. No lo busquen. La única explicación es que el principal patrocinador es israelí. Yuval Raphael, representante de Israel, recibió abucheos y pitos que no llegamos a oír en nuestros televisores porque se silenció el sonido del público durante la retransmisión, y se añadieron aplausos grabados como parte del llamado “protocolo de bienestar”.

Raphael no fue elegida al azar; ella fue una de las supervivientes del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Parece que haya pasado una eternidad, pero no han pasado ni dos años de aquello. Dentro de muchos años ese ataque será recordado como el atentado contra el archiduque Francisco Fernando. Mucho me temo que la noche del sábado será un pie de página sobre esas cosas curiosas que suceden alrededor de las guerras. Me gustaría haberme concentrado, como cada año, en las gritonas, los fuegos artificiales, las canciones repetidas, las comparaciones, e incluso en las pocas canciones buenas que hubo (Italia y Gran Bretaña, amén de la excelente puesta en escena de Melody) en otra edición en la que no entendemos por qué no nos dan 12 puntos ni los portugueses. No pude.

La prohibición de la Unión Europea de Radiodifusión para con TVE unida al cartel que puso Televisión Española justo antes de la retransmisión me han dado mucho que pensar. Es muy complicado expresar la propia opinión en un ambiente tan politizado, tan irrespirable. Parece que al defender una causa justa se cae en el centrifugado ideológico que, si no se compra hasta el último dogma, provoca la expulsión a los lúgubres terrenos de la extrema derecha. En una cadena pública más politizada que en la era de Urdaci, hasta las reivindicaciones legítimas resultan sospechosas.

Lo que me queda claro es que, en tiempos convulsos, más te vale tener algo por lo que los demás quieran pagar (ya sean tierras, minerales, oleoductos, o terrenos junto al mar) si quieres sobrevivir. Yo, en este Eurovisión, no he entendido nada. No he entendido el triunfo de Austria con la peor canción del certamen, ni el ninguneo a la pobre Melody, que se merecía ―como decía Luqui― el tres, dos, o uno. Ojalá todo lo que no entiendo de lo que está pasando tuviera la misma naturaleza frívola y pop de Eurovisión. Lo de cantar por la paz tampoco se entiende ya.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_