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Cientos de miles de personas desafían el veto de Orbán en la manifestación del Orgullo en Budapest

Los organizadores del acto por los derechos humanos cifran en 300.000 los asistentes. Dos concentraciones de ultraderecha tenían autorización para realizar un recorrido similar al del colectivo LGTBIQ+

Miles de personas participan en la manifestación del Orgullo de Budapest, este sábado.Foto: Bernadett Szabo (REUTERS) | Vídeo: EPV
Pablo León

Cientos de miles de personas, unos 300.000, según los organizadores y la policía, se han manifestado en la capital de Hungría desafiando así las políticas ultras del Gobierno del primer ministro, Viktor Orbán, que había intentado vetar la protesta, organizada por el Ayuntamiento de Budapest para celebrar el Día Internacional del Orgullo. Además, la policía había autorizado dos marchas de la extrema derecha con recorrido similar al de los colectivos LGTBIQ+.

Los participantes en el Budapest Pride, cuyo lema es La libertad y el amor no pueden ser prohibidos, se han ido concentrando en el parque del Ayuntamiento de Budapest a lo largo de la mañana de este sábado. En torno a las 15, cuando ha arrancado la marcha, el centro de la capital estaba atestado. La afluencia ha sido masiva.

“Esperamos duplicar el número de participantes del año pasado. Puede que hoy en el Pride de Budapest, que celebra su 30 aniversario, haya más de 120.000 personas, aunque puede que la cifra sea mayor”, detallaba Mate Hegedus antes de arrancar, uno de los organizadores del Budapest Pride. “Va a ser el Orgullo más multitudinario de la historia de Hungría”, agregaba.

Fuentes de la policía de Budapest han cifrado en 300.000 los asistentes: “No dejaban de llegar”. Por su parte, Amnistía Internacional ha contabilizado más de 200.000. La edición del año pasado atrajo a 35.000 manifestantes.

Tras la prohibición del Gobierno del ultraderechista Orban, el Budapest Pride se ha convertido en un icono de la lucha por los derechos, aunque no solo de las personas LGTBIQ+: “No se trata del Orgullo, sino de elegir entre el bien y el mal”, afirma Bori de 50 años. Es de Budapest y lleva dos décadas acudiendo a la marcha. En esta ocasión viene con su madre, Aniko, de 76 años: “Esta marcha es muy importante para que los derechos y la libertad no se limiten más en Hungría”, afirma la mujer, que es la primera vez que acude a una manifestación del Orgullo.

El calor es potente en el centro de la capital de Hungría: se superan los 35 grados. El ambiente está también caldeado por la convocatoria de al menos dos concentraciones de extrema derecha (del grupo HVIM y de la formación política Mi Hazan, aún más a la derecha de Fidesz, el partido de Orbán), aunque otros dos grupos dijeron ayer que se unirían a la protesta. “No permitiremos que los propagandistas LGBTQ+ marchen libremente”, ha dicho Előd Novák, vicepresidente de Mi Hazánk (Movimiento nuestra patria) en un mensaje publicado esta mañana en Facebook.

Enfrente del parque del Ayuntamiento, punto de salida de la marcha del Orgullo, un pequeño grupo de extremistas, todos muy jóvenes, coreaban cánticos, pero enseguida quedaron ensordecidos por las voces de los asistentes al Orgullo

“Organizamos esto porque nadie debe ser discriminado”, ha declarado el alcalde de la capital, Gergely Karácsony, del partido verde Párbeszéd, poco antes de salir del Ayuntamiento para ponerse al frente de la marcha, que ha arrancado un poco antes de lo previsto. A su paso, los asistentes aplaudían y vitoreaban.

El recorrido de la marcha ha sido modificado en el último momento para evitar el puente de la Libertad, en el tramo final del recorrido. En su lugar, la marcha ha discurrido por el puente de Isabel. A la entrada del mismo, medio centenar de ultraderechistas asistía al paso del Orgullo. El silencio ha invadido la cabecera de la manifestación, donde estaba el alcalde, así como una delegación internacional de políticos, incluida la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

Marcha del Orgullo LGTBIQ+ que se celebra este sábado en Budapest (Hungría).

“Estamos luchando por el alma de Europa”, ha destacado Díaz. Lleva un par de días en la capital de Hungría, acompañada del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, además de una variopinta delegación española formada por, entre otros, el diputado socialista Víctor Gutiérrez; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; una delegación del Parlament de Catalunya o representantes de Más Madrid. También han acudido Irene Montero, exministra de Igualdad, o Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona.

Gergely Karácsony, alcalde de Budapest, junto a la vicepresidenta Yolanda Díaz y al ministro Ernest Urtasun, este viernes en la capital de Hungría.

“La solidaridad internacional es abrumadora”, ha celebrado el alcalde. En la capital están también la comisaria de Igualdad de la UE, Hadja Lahbib, ―que no se ha quedado a la marcha, como había recomendado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, para evitar un choque institucional con Orbán―; el vicepresidente del Parlamento europeo, el rumano Nicolae Ștefanuta; 72 eurodiputados (de las familias Socialistas y Demócratas, La Izquierda, Los Verdes y Renew, y dos representantes del Partido Popular Europeo; además de organizaciones de defensa de los derechos del colectivo de toda Europa, como la española Fundación Triángulo. Y 33 embajadas internacionales han mostrado su apoyo al evento. También ha estado Greta Thunberg.

Miles de personas participan en la marcha del Orgullo en Budapest, este sábado.

“Agradecemos a Gergely Karácsony [el alcalde de Budapest] por permitirnos mirar de frente a los políticos de Bruselas y a las corporaciones globalistas y así vivir la experiencia de participar en una verdadera lucha por la libertad”, han expresado los ultras de HVIM en un comunicado publicado la mañana de este sábado.

Además, y ante la masiva afluencia al Orgullo prohibido, los extremistas habían pedido que acudieran a su concentración ―que a diferencia del Orgullo sí que está autorizada por la policía― “hombres y mujeres blancos, cristianos y heterosexuales, cualquier persona que esté de acuerdo con el concepto de la familia tradicional, con los milenarios principios de la normalidad”.

Elod Novak, diputado y vicepresidente del partido político de extrema derecha húngaro Movimiento Nuestra Patria (Mi Hazank Mozgalom) habla mientras bloquean el puente Szabadsag (Libertad) durante la marcha del Orgullo de Budapest.Foto: Noemi Bruzak /MTI via AP | Vídeo: Pablo León

Orbán amenazado

“Estoy aquí porque esta es mi comunidad y siento que en los tiempos que corren en Hungría debo proteger y luchar por nuestros derechos”, ha explicado Luka, de 25 años, disfrazada del pirata Jack Sparrow (de la saga Piratas del Caribe) , ya junto al escenario instalado al final de la manifestación. La cabecera ha tardado unas dos horas en realizar el recorrido y casi al final del mismo ha habido un incidente con un pequeño grupo de ultras. Uno de ellos se ha abalanzado hacia el vehículo que abría la comitiva, justo delante del alcalde y los políticos, mientras otros han intentado acercarse. La Policía, que los había arrinconado en un lado de la calle, lo ha evitado y la manifestación ha proseguido su curso.

“El poder del Gobierno se está debilitando. La oposición es cada vez más fuerte y tiene miedo de perder el poder en las elecciones del año que viene. Orbán está buscando otro enemigo del que ‘proteger al pueblo”, continúa la joven Luca.

El año que viene hay elecciones presidenciales en Hungría y el partido de Orbán, el extremista Fidesz, muestra señales de agotamiento tras 15 años en el poder. Peter Magyar, excompañero de filas del actual primer ministro, se ha convertido en su némesis denunciando la corrupción del Gobierno ultra. El principal líder de la oposición, que lidera las encuestas, no ha apoyado explícitamente la marcha, aunque tampoco ha mostrado su respaldo a lo que está haciendo el Ejecutivo.

La homosexualidad fue despenalizada en Hungría a principios de la década de los sesenta, cuando aún era una república soviética, mientras que la unión civil entre personas del mismo sexo fue reconocida en 1996. Sin embargo, en los tres mandatos consecutivos de Orbán, la extrema derecha ha arrasado con una normalización de décadas. Actualmente, solo un tercio de la ciudadanía húngara apoya los derechos LGTBIQ+, según una encuesta global de Ipsos publicada este mes y que analiza 26 países.

Las personas LGTBIQ+ siempre han estado en la diana de Orbán, aunque la ofensiva se ha intensificado en el último lustro, convirtiendo el veto al Orgullo en su máxima expresión. La clave normativa para su prohibición es una ley anti-LGTBIQ+ que se aprobó en junio de 2021, imitando una similar promovida en Rusia por Vladímir Putin, de quien Orbán es uno de los principales aliados en la UE. Es la llamada ley de propaganda, que provocó que la Comisión Europea iniciase un procedimiento sancionador al país. Además, el caso está en el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), que previsiblemente emitirá un fallo a finales de este año.

“Tenemos que trabajar juntos para que se derogue esta ley, porque si el Gobierno húngaro puede prohibir a las personas LGTBIQ+ marchar por sus derechos, puede suceder en otras partes de la UE. Ya está sucediendo”, ha dicho la directora del Orgullo, Viktória Radványi, en referencia a normas similares a la húngara que se están planteando en Bulgaria, Eslovaquia o Georgia. “Muchas de las cosas en las que creíamos como europeos, son hoy objetivo de fuerzas que quieren separar a Europa, que quieren crear leyes y narrativas divisorias para que no podamos ser fuertes juntos”, ha incidido.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Corresponsal LGTBIQ+ y coordinador de la newsletter semanal 'Queerletter'. Ha pasado por las secciones de Internacional, Madrid, Reportajes, El País Semanal, o El Viajero. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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