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COLO COLO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Colo Colo no quiere hundirse solo

La inacabable crisis de su año del centenario ya no tiene culpables propios, porque todos los esfuerzos del club están destinados a acusar a los árbitros y deslegitimar el torneo que ya dio por perdido

Arturo Vidal, durante un partido entre Colo Colo e Iquique, en noviembre de 2024.

En el peor año de su centenaria historia, Colo Colo, el equipo más popular de Chile, fraguó una estrategia para camuflar el caos. La culpa de sus males no son los hinchas violentos que obligaron a una sanción que destrozó su tesorería y los obliga a jugar sin público internacionalmente o con aforos muy reducidos en casa. Tampoco el plantel más millonario jamás conformado que quedó eliminado de todas las copas y marcha séptimo en la liga, sin posibilidades de ser campeón.

Tampoco lo es su directiva, fragmentada hasta los golpes e incapaz de abordar los problemas más urgentes de funcionamiento, que para librar de las críticas por los aguados festejos inventó una maqueta de estadio que ningún futuro tiene. Y mucho menos de Jorge Almirón, un entrenador que ejerce su cargo con notable abandono de deberes desde que el presidente Aníbal Mosa lo despidió sin tener dinero para pagarle la indemnización. No, para Colo Colo las culpas de su año horrible no están ahí, sino…en los árbitros del fútbol chileno.

Con notable sincronía, el club ha ido acumulando acusación en contra de los jueces. Arturo Vidal, su jugador emblema, no pierde oportunidad para increparlos y gritarles que los están perjudicando. Su capitán, Esteban Pavez, esconde su notable baja de rendimiento en los fallos que los tienen lejos del líder. Daniel Morón, el gerente técnico, bajó a los vestuarios para increparlos luego de que el VAR se hizo el desentendido con una expulsión…a un defensor de su propio equipo. Y Jorge Almirón superó todos los registros conocidos al denunciar una persecución, tras lo cual pidió disculpas en un video que pareció una burla por la forma y el fondo, para volver a acusarlos dos días después de favorecer al archirrival, aunque esta vez evitó excusarse.

La situación esta semana es particularmente compleja. Roberto Tobar organizó una reunión secreta con el cuadro albo…que terminó haciéndose pública. Para justificarla, argumento que se trataba de una reunión “informativa de carácter transversal que se hará con todos los clubes”, sin explicar por qué el primero es, precisamente, el que más ha cuestionado su gestión y la de sus dirigidos. Además, inmediatamente antes de un clásico, que pondrá en juicio extremo la labor de quien sea designado para arbitrarlo.

En una caldera donde la barra brava amenazó al técnico con represalias si no decide irse por voluntad propia -sin que la directiva saliera en defensa de Almirón, lo que es insólito, inesperado y vergonzoso- el resultado del duelo frente a la Universidad Católica del próximo sábado puede devenir en un descalabro debido al estado de situación general de la institución, sin que nadie parezca capaz de sopesar los riesgos que una nueva derrota pudiera significar. Sin liderazgos y abandonada a su suerte en todos los planos, los voceros no tienen filtros, son asistentes recurrentes a los tribunales deportivos y ponen generosamente en duda la validez del único torneo donde siguen participando.

Pareciera no haber fin en la caída, pero Colo Colo se supera a sí mismo cada día. Pero ahora, mientras de desploma, pretende arrastrar consigo el mantel de la mesa y todo lo que tiene encima, para que el ruido y el desastre oculten todos sus males.

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