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Así falló el sistema de avisos de cáncer de mama: se ordenó dejar de notificar a las mujeres porque “lo haría la nueva empresa”, pero no informaba

Una investigación de EL PAÍS revela que los responsables del Hospital Virgen del Rocío indicaron a los técnicos que dejaran de notificar a las pacientes con mamografías dudosas porque esperaban que lo hiciera el nuevo programa informático

Fallo sistema de avisos del cribado de cáncer de mama

El Gobierno andaluz (PP) ha eludido explicar la razón de los graves fallos en el cribado de cáncer de mama durante 27 días desde que saltó la polémica. Y sigue sin hacerlo. Pero responsables del programa de detección precoz y las administrativas encargadas de avisar a las pacientes afectadas con diagnóstico dudoso, por fin arrojan luz al problema: algunos altos cargos dieron la orden en 2022 de no avisar más a esas mujeres por teléfono o por carta, ya que se haría de manera automática por el nuevo sistema informático. Pero no se hizo. En paralelo, se desactivaron algunas comisiones de seguimiento donde los expertos compartían información relevante durante al menos dos décadas, y donde se podía haber dado la voz de alerta.

La decisión de dejar de alertar a esas mujeres pendientes de confirmar su diagnóstico (2.317, según el último dato admitido por la Junta) se tomó a principios de 2022, en el hospital sevillano Virgen del Rocío, cuando era consejero de Salud y Consumo Jesús Aguirre, actual presidente del Parlamento andaluz. Su departamento había sacado a concurso el mantenimiento y gestión de la mayoría de aplicaciones de Diraya (el sistema que da soporte a las historias clínicas), y se lo adjudicó la empresa japonesa NTT Data después de que la española Indra, que lo gestionaba hasta entonces, interpusiera un recurso en la licitación. Delegar el control de los historiales en este sistema informático y las malas decisiones de los gestores sanitarios están detrás de los fallos detectados hasta ahora en este hospital, según los testimonios recabados.

“Los superiores de la unidad de mama del Virgen del Rocío eran conscientes de que no se les informaba a las mujeres con diagnóstico BI-RADS 3 [no concluyente] y los trabajadores fueron informando de que no se les estaba avisando. Al principio se pensó que lo haría la nueva empresa, pero finalmente se dieron cuenta de que no se les mandaban cartas para la prueba complementaria, sino que se quedaban en las colas, en las listas de espera”, describe una administrativa del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

Los testimonios recabados confirman que la orden se dio en el Hospital Virgen del Rocío, el de referencia en Andalucía, y eso explica que haya concentrado la inmensa mayoría de las mujeres afectadas por los retrasos masivos en el cribado. Tras la dimisión de la exconsejera Rocío Hernández, ha cesado el jefe de servicio de Radiodiagnóstico del Virgen del Rocío, Javier Castell. Queda por saber si los demás casos que se dan en otros puntos de Andalucía siguieron el mismo patrón o si quedan más por aflorar. EL PAÍS no ha obtenido respuesta al preguntar a la Consejería de Sanidad por los cargos del Virgen del Rocío que dieron la orden de no avisar a las mujeres.

Durante este último mes, los responsables políticos del Ejecutivo andaluz, entre ellos el presidente, Juan Manuel Moreno, y el consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, han reconocido que nadie avisó a esas pacientes con diagnósticos pendientes de revisión, mientras el cáncer avanzaba con consecuencias desastrosas en algunos casos. Sin embargo, a la pregunta de por qué ocurrió el fallo masivo, siempre han dado evasivas.

El cambio de gestión informática del programa de cribado de cáncer de mama coincidió en Sevilla con el inicio de la realización de mamografías en una unidad móvil de una subcontrata privada. “De ahí salieron también mamografías con resultado incierto que se ponían a la cola del distrito [sanitario] de Sevilla”, añade esta empleada pública consultada. Ester Roca, responsable de atención primaria de CC OO en Sevilla, critica esa decisión: “El cambio de dinámica al informar es consecuencia de una política de recortes, la Junta lo privatizó y se desentendió. Sin tanto proceso digital, esas mujeres que daban en mano a las pacientes una cita, llamaban o mandaban una carta, dejaron de hacerlo”. Tanto Sanz como Moreno opinan lo contrario, y han ensalzado las virtudes de digitalizar aún más la sanidad pública andaluza, necesitada de una “reforma integral”.

Atasco de mamografías

El resultado de esa nueva dinámica implantada en Sevilla ha sido que esas pacientes con diagnóstico dudoso han ido los últimos tres años a la cola de las mamografías generales, no a la preferente del cribado. Y el atasco ahí es monumental: más de 3.000 mamografías, según fuentes sanitarias. “El problema es doble: van a la cola y la cola es enorme”, ilustran dichas fuentes. Esta disfunción no ha ocurrido en otras provincias andaluzas porque muchos administrativos siguieron el cauce habitual de informar a todas las pacientes con BI-RADS 3. La variabilidad es muy alta.

Sin embargo, hay afectadas en otras provincias porque el programa informático donde los radiólogos vuelcan las mamografías ha dado fallos muy graves desde que lo gestiona NTT Data, según reprueban varios especialistas. “Hay pacientes que se quedan fuera del programa y no sabemos por qué el programa no las deriva, por eso ahora están saliendo tantas pacientes que no sabíamos que estaban ahí, en el limbo, y ahora las está detectando el sistema y algunas las rescatamos desde 2023”, explica una médica radióloga bajo anonimato. Es decir, en el programa informático están aflorando ahora casos con más de dos años de espera sin tener noticias sobre la evolución de su cáncer. El programa genera para los casos dudosos una petición de cita, pero han surgido casos, de tres años atrás, sin peticiones.

En paralelo, otro médico describe dos fallos graves detectados en el programa informático. Cuando una paciente se somete a una mamografía, las placas son a doble ciego: las analizan dos radiólogos, pero ninguno de ellos sabe lo que diagnostica el otro. Pues bien, cuando el primer radiólogo consideraba que la prueba no era concluyente (BI-RADS 3), si el segundo informaba de que es una anomalía sospechosa (BI-RADS 4), el sistema solo se queda con el primer criterio clínico registrado e ignora por sistema el segundo. “Cuando se implantó el nuevo programa, los radiólogos hicimos comentarios de mejora y no nos hicieron caso. Se estaban creando reuniones que nunca se convocaron”, lamenta otro facultativo.

La multinacional nipona echa balones fuera sobre su responsabilidad: “NTT Data nunca ha sido responsable de avisar a los pacientes de las pruebas y no tiene contacto directo con ellos”, responden fuentes de la firma. Preguntada por los graves fallos de gestión de software, la empresa no ha respondido.

En paralelo a los fallos del sistema informático y las malas decisiones de los gestores, la información no ha fluido estos últimos años como antaño entre los responsables del cribado y las comisiones de seguimiento de algunos distritos sanitarios han decaído. “De repente, dejaron de reunirnos, no sabemos qué pasó, preguntamos y no nos dieron ninguna explicación de qué había pasado. De golpe y porrazo cambió todo y dejamos de compartir información. No creo que hubiera maldad, sino desconocimiento”, ilustra una responsable del cribado en una provincia andaluza que pide anonimato porque ya ha sido advertida por la dirección de su hospital de que no puede hablar con la prensa. Tras 36 años de gobiernos socialistas, en las filas del PP andaluz tuvieron serios problemas para encontrar altos cargos para la gestión sanitaria andaluza, un avispero con mil problemas.

En estas reuniones de distrito solían compartir información los responsables hospitalarios y de atención primaria de medicina y enfermería de cada área, incluidos epidemiólogos, técnicos de Salud y médicos de familia, pero fueron suprimidas en algunos casos y en otros casos su frecuencia bajó. Al respecto, una portavoz de la Consejería de Sanidad esgrime un mal menor: “Las comisiones centrales analizan diversos aspectos generales del cribado de manera mensual y están siempre disponibles para las consultas de los coordinadores provinciales”.

Otra médica que formó parte de una comisión de seguimiento añade: “Perfeccionar el programa nos llevó décadas e iba como un reloj suizo. Hace 15 años se te podía escapar una mujer, pero eran volúmenes manejables y los mecanismos de control eran muchos. Aparte de alertas de meningitis o salmonelas, para los técnicos la estrella era el programa de cáncer de mama. Los epidemiólogos sabían en tiempo real qué mujer había que citar con premura, todo era casi inmediato. Hasta que el consejero Jesús Aguirre metió la tijera”.

Menos controles de calidad

Martín Blanco, exviceconsejero andaluz de Salud (2015-2017) y antiguo gerente de la Escuela Andaluza de Salud Pública, pone el foco más allá del cambio del sistema informático que gestiona el programa de cribados del SAS. La fragmentación organizativa de los circuitos asistenciales, unidos al debilitamiento de los controles de calidad y las deficiencias en la trazabilidad y en la comunicación de resultados, son la clave que explica la deriva en la actual crisis. “Lo que ha fallado no es el programa informático en sí, sino la cadena que ordena todo el proceso que se ha perdido”, asegura.

Blanco apunta primero a la pérdida de los protocolos con los que cada hospital adaptaba a sus condiciones y circunstancias al Proceso Asistencial Integrado (PAI) contra el cáncer, de 2005 y que sigue operativo. “Se han ido perdiendo los protocolos específicos de cada hospital, en unos más y en otros menos. En esas guías se establece cómo es la dinámica, quién tiene que controlar quién hace la primera llamada, quién la segunda… Los epidemiólogos de distrito eran los que gestionaban de forma general en Andalucía, pero como ahora esa relación distrito-hospital se ha debilitado, el hospital actúa de manera más autónoma y también el médico de cabecera y eso va mermando los ciclos, pero lo que se va mermando, no se sustituye por otro tipo de organización”, explica.

Esa merma es la que motiva que en distritos sanitarios como el de Granada, el porcentaje de alcance de los cribados de cáncer de mama haya pasado de un 80% al 25% actual, sostiene Blanco. “A veces el problema no es que no haya radiólogos, es que no se ha hecho el cribado”, indica. Parte de esa falta de control se debe a una “pésima gestión de la plantilla”. “A veces no es cuestión de efectivos, sino de cómo los reorganizas”, precisa.

La eliminación de la exclusividad o la compatibilidad de los jefes de servicio de la sanidad pública con la privada, impulsadas por el PP desde que llegó a la Junta, ha provocado también una disminución de la productividad de los trabajadores de la plantilla del SAS, que también afecta a la forma en la que se desarrolla toda la cadena del proceso de cribado en el cáncer de mama. “La informática te ayuda, pero no es la que te resuelve el problema. Si tú no tienes a nadie detrás preocupado, llamando al médico que no ha hecho el trabajo, al auxiliar administrativo que no ha hecho la llamada… Al final da igual cómo se registren los cribados”, incide.

Si tiene más información, puede escribir a jmartina@elpais.es

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