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De ladrarle a la pantalla a relajarse con documentales: así es la relación de los perros con la televisión

Las pantallas podrían ayudar a que los canes que pasan tiempo solos sufran menos, pero muchos contenidos supuestamente adaptados para mascotas no tienen suficiente respaldo científico

Los perros ven televisión
Facundo Macchi

Baldo es un podenco de cinco años que mira televisión. No se empacha con maratones de series de Netflix ni con los programas de humor de los canales abiertos. Le interesan más bien los documentales de naturaleza donde puede ver a otros animales, en particular a otros perros. “Es verdad que le prestaba más atención a la tele cuando tenía cuatro o cinco meses”, explica Enrique, su dueño, que vive con su mascota en el madrileño barrio de La Latina. “Cuando Baldo llegó a casa”, sigue, “se adaptó bastante bien, pero tenía un poco de ansiedad por separación y lo pasaba mal cuando me iba”. Entonces, comenzó a probar dejando el televisor encendido, para que hubiera un ruido de fondo que acompañara al perro. Y funcionó.

Una tarde, explorando la oferta de su servicio de televisión por satélite, Enrique se encontró con que había un canal que emitía las 24 horas del día contenido adaptado para perros. “Descubrí que se interesaba un montón. Al principio hasta se acercaba a la pantalla y se ponía a ladrar o a intentar interactuar con los perros que aparecían en los vídeos”. Con el paso del tiempo, Baldo superó su ansiedad. Ahora ya no necesita de la televisión para lidiar con sus ratos en soledad, pero es cierto que cuando Enrique está mirando algo, el perro lo acompaña y hasta presta atención.

El número de mascotas en hogares, especialmente perros, viene aumentado de manera constante en sociedades como la española, donde, por ejemplo, en Extremadura hay uno por cada dos personas. Esto ha impulsado la investigación científica en el campo canino. Uno de los últimos estudios en el tema, publicado el jueves en la revista Scientific Reports, caracterizó los hábitos de televisión en perros de compañía, tratando de encontrar un patrón. El artículo detalla que la forma en la que los canes domésticos interactúan con la pantalla depende de algunos rasgos de personalidad. Los perros con tendencia a la excitación son más propensos a seguir atentamente los objetos en pantalla, como si fueran reales, mientras que los más temerosos suelen responder a estímulos sonoros, como el motor de un coche o el timbre. En general, mostraron mayor respuesta ante otros animales. No se encontraron diferencias entre edad, sexo y raza, sino por rasgos.

Lane Montgomery, investigadora de la Universidad de Auburn (Alabama, Estados Unidos) es una de las autoras del estudio y explica que “la personalidad de cada perro puede influir en el tipo de contenido televisivo al que presta atención”. Y da un ejemplo: “Un perro que se interesa más en la imagen cuando hay objetos inanimados no es necesariamente más propenso a tener una alta reactividad negativa, pero un perro con mayor reactividad negativa sí es más probable que preste atención a los objetos inanimados en la televisión”.

Montgomery y su equipo desarrollaron una escala para medir el consumo televisivo canino a partir de sus respuestas. La muestra incluyó 453 perros de entre dos meses y 16 años de razas reconocidas y mestizos. La encuesta exploró aspectos como el tiempo de exposición a la televisión, la atención prestada (una media de 14 minutos) y las reacciones ante diferentes elementos en pantalla. Se observó que los perros respondían con mayor frecuencia a estímulos animales, especialmente a sonidos como ladridos y aullidos. Así y todo, los autores advierten que los resultados podrían no ser generalizables porque la mayoría de los perros en el estudio ya veían televisión.

Una tendencia en alza

El crecimiento del número de perros en los hogares ha provocado un aumento de los problemas de comportamiento, especialmente aquellos relacionados con la ansiedad por separación y el aburrimiento. Esto lo asegura en diálogo con EL PAÍS Marianna Boros, de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría). La científica añade que a raíz de esto, en el último tiempo se ha montado toda una industria en torno al cuidado de mascotas “diseñada para abordar estos problemas, proporcionando estimulación visual y auditiva que puede ayudar a mantener a los perros tranquilos y mentalmente activos mientras sus dueños están fuera”.

El ejemplo más popular es DogTV, un servicio de televisión de pago que se lanzó en 2012 desde California y que está montado especialmente para perros que se quedan solos en casa. Desde entonces ha cosechado alrededor de 400.000 suscriptores en todo el mundo, según consigna The New York Times. Los programas de la plataforma son segmentos cortos, de tres a seis minutos, que muestran campos, pelotas que rebotan y personas acariciando a sus perros.

En su página web, la productora asegura que han revisado más de 50 estudios de diferentes universidades para aprender sobre cómo los perros experimentan la televisión. “Con eso en mente”, señalan, “creamos nuestro propio manual sobre cómo producir programas para perros, diseñados para aliviar la ansiedad y brindar estimulación mental”.

“En muchos casos, el contenido parece estar diseñado cuidadosamente teniendo en cuenta la percepción y el comportamiento canino”, señala Boros. Y desarrolla: “Estos programas parecen adaptados a las preferencias sensoriales de los perros, incluyendo colores dentro del espectro visual que ellos pueden percibir, así como sonidos que caen dentro del rango de frecuencias al que son más sensibles”. Además, parecería que el ritmo de las escenas generalmente es más lento y constante que en la programación dirigida a humanos, lo cual ayuda a evitar la sobreestimulación y mantiene un efecto calmante. Sin embargo, Montgomery advierte que “muchos de estos canales ofrecen programación que probablemente resulte interesante para los perros, pero no tienen una base científica para sus contenidos”.

Música para tu mascota

No solo la televisión tradicional se ha subido al carro de los contenidos para perros. Alcanza con una búsqueda rápida en YouTube para encontrar que existen decenas de canales con una propuesta similar. Relax My Dog, por ejemplo, tiene más de dos millones de suscriptores y ofrece casi tres mil vídeos con imágenes y música para, supuestamente, tranquilizar a los perros. En la línea musical, Spotify tiene disponible en algunos territorios la posibilidad de crear una playlist para mascotas, siguiendo las recomendaciones de los usuarios.

La evidencia científica robusta que respalde los beneficios de estos contenidos recién está comenzando a aparecer. Si bien existen varios estudios que confirman que los canes pueden distinguir rostros y objetos en la pantalla, “necesitamos más investigaciones para dar una respuesta definitiva sobre si es bueno o malo el consumo de televisión en perros”, apunta Boros.

En los humanos, las pantallas pueden ofrecer ciertos beneficios en contextos específicos. Se ha demostrado que son muy útiles en programas educativos o terapéuticos para apoyar a personas con TDAH o trastornos del espectro autista. “La televisión podría ofrecer ventajas similares en perros”, aventura Boros. Pero advierte que las posibles consecuencias negativas —menor capacidad de atención y un desarrollo cognitivo deficiente— también podrían identificarse en las mascotas.

“Es crucial entender que las pantallas nunca pueden reemplazar las necesidades fundamentales de un perro: ejercicio físico y mental, vínculos sociales con humanos u otros animales, comportamiento exploratorio y cuidados como el aseo”, apostilla la experta. Y remata: “La televisión o el contenido digital nunca deben verse como una solución independiente, sino como un posible elemento dentro de un enfoque más amplio para el cuidado animal”.

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Sobre la firma

Facundo Macchi
De Montevideo, Uruguay. Es periodista de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Antes escribió en El Observador y presentó noticias en Telemundo. Hizo el Máster en Periodismo UAM-EL PAÍS en Madrid. 
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