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Columna
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La llamada del adúltero

Jamás se lo había contado a nadie y creo que ya me estoy arrepintiendo de habéroslo contado a vosotros

Juan José Millás

Estábamos de sobremesa un grupo de amigos. Uno de ellos preguntó si, de poder hacerlo, desllamaríamos a alguien por teléfono. Como durante la comida habíamos vaciado varias botellas de vino, tuvo que explicarnos qué quería decir.

—Se trataría —dijo— de recordar algunas de las llamadas telefónicas más importantes que hemos hecho a lo largo de la vida y elegir una para desllamar a ese número.

Nos quedamos mudos, observando nuestras tazas de café, amontonando miguitas de pan en el borde de la mesa, pensándolo. Finalmente habló Ramón para contar que un día, de joven, hallándose solo en casa, pues su mujer estaba de viaje, revisó su agenda de papel y telefoneó a una exnovia con la que no hablaba desde hacía años. Resultó que ella, casada y sola también, pues su marido se encontraba fuera, respondió a la llamada asegurándole que se acordaba con frecuencia de él y que le gustaría mucho verle. Nuestro amigo le propuso que se encontraran en la casa de él, a lo que ella respondió que estaría allí en una hora.

Se arregló, excitado, y empezó a contar los minutos, que se estiraban como el chicle. Pasó una hora, pasaron dos y tres sin que sonara el timbre de su puerta. Ramón pensó que la mujer se había arrepentido, de modo que se preparó una copa y se puso a ver la televisión con un sentimiento de alivio y de tristeza.

Al día siguiente, se enteró por los periódicos de que su exnovia había muerto atropellada por un coche al poco de abandonar su domicilio.

Nadie supo —añadió— que murió por culpa de aquella llamada mía de adúltero. De no haberse producido, tampoco habría salido de casa. Jamás se lo había contado a nadie y creo que ya me estoy arrepintiendo de habéroslo contado a vosotros. Pero de eso iba el juego, ¿no? Si pudiera hacer una desllamada, en fin, si me fuera posible destelefonear a alguien, destelefonearía a Mila, tal era su nombre, para salvarle la vida con efectos retroactivos.

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
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