Eileen Higgins hace historia al convertirse en la primera alcaldesa de Miami para romper el dominio conservador en la ciudad
Su victoria pone fin a 30 años de hegemonía republicana y significa que es la primera demócrata en dirigir una ciudad históricamente dominada por cubanoamericanos


Eileen Higgins ha hecho historia este martes al convertirse en la primera alcaldesa de Miami, derrotando en las urnas a su oponente, el ex administrador municipal Emilio González, con cerca del 60% de los votos. Con su victoria, Higgins, de 61 años, también se convierte en la primera demócrata —y alguien que no sea de origen cubano o cubanoamericano— que ocupa ese puesto en los últimos 30 años.
“Esta noche, la gente de Miami hizo historia. Juntos dejamos atrás años de caos y corrupción y abrimos la puerta a una nueva etapa para nuestra ciudad “, dijo Higgins en un comunicado, donde agradeció el apoyo para “ganarle a la política de siempre”.
La contienda por la alcaldía de Miami, la segunda ciudad más poblada de Florida, no es partidista, pero fue vista desde el principio como una batalla política entre Higgins, demócrata, y González, republicano, después de que el condado de Miami-Dade —un bastión demócrata por décadas— se volviera republicano en las elecciones presidenciales pasadas al apoyar a Donald Trump (si bien la ciudad de Miami le dio una estrecha ventaja a Kamala Harris).
Ese escenario abrió la puerta a una carrera con una connotación cada vez más política, y la pelea se intensificó el mes pasado, después que Trump dio su respaldo “total” a González cuando los demócratas obtuvieron importantes victorias en lugares clave como la alcaldía de Nueva York y las gubernaturas de Virginia y Nueva Jersey, interpretadas como un rechazo a las políticas de Trump y un impulso para el Partido Demócrata camino a las elecciones de medio mandato de 2026. Por su parte, el Comité Nacional Demócrata respaldó a Higgins —una inusual movida a nivel municipal—, situando la elección bajo el foco nacional como un termómetro del voto hispano en Estados Unidos.
Miami tiene medio millón de habitantes, de los cuales más del 70% son hispanos y casi el 60% inmigrantes. La mayoría de los residentes son cubanos y cubanoamericanos (el 30%). La ciudad es solo una de las 34 municipalidades de Miami-Dade, un condado con más de un 70% de hispanos.
Durante la contienda, el Partido Republicano comparó a Higgins con Mamdani —a quien Trump calificó de “comunista” durante la campaña por el Ayuntamiento de Nueva York— en un aparente intento por generar una percepción negativa entre comunidades de exiliados de regímenes totalitarios como Cuba, Venezuela y Nicaragua que viven en el sur de Florida.
González, por su parte, llegaba a la elección reforzado por el apoyo de políticos de alto perfil dentro del Partido Republicano, como el del gobernador Ron DeSantis y los senadores Rick Scott (Florida) y Ted Cruz (Texas). Estos respaldos le valieron entre los demócratas el apodo de “alcalde MAGA”.
La agenda antiinmigrante de Donald Trump ha golpeado duramente las comunidades del sur de la Florida. Los residentes de Miami-Dade han visto cómo cientos de miles de cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses, entre ellos sus propios familiares, se quedaron en el limbo después que el Gobierno canceló programas humanitarios y protecciones que les permitían vivir y trabajar legalmente en el país. También han sido testigos de cómo en su patio han levantado centros de detención para inmigrantes con nombres siniestros que han sido señalados por violaciones a los derechos humanos, mientras se intensifican las redadas en sitios de trabajo, los arrestos en carreteras y en las cortes de inmigración, generado un clima de terror en las comunidades.
El efecto político ha sido notorio, y muchos que apoyaron al presidente republicano han expresado su arrepentimiento. El descontento con las tácticas de las autoridades migratorias se refleja en los sondeos, donde la mayoría ha mostrado su rechazo a arrestar y deportar inmigrantes que no han cometido ningún delito.
En ese ambiente, Higgins supo canalizar el descontento y capitalizó ese rechazo. Durante su campaña criticó abiertamente la agenda “cruel” del presidente, y se presentó como una alternativa sensible al drama de la comunidad hispana, promoviendo el respeto a los inmigrantes. También ha dicho que el acuerdo entre la policía de Miami y las agencias federales para arrestar a los inmigrantes conocido como 287(g) que la ciudad firmó en junio fue “un error”, y tratará de anularlo.
La alcaldesa electa ha señalado que el fin del Estatus de Protección Temporal para venezolanos y haitianos supone un peligro para la economía de la ciudad, al dejar a cientos de miles de personas sin permiso de trabajo, con el correspondiente impacto en las familias y los negocios locales.
También ha mostrado rechazo al controvertido traspaso de un cotizado terreno del Miami Dade College en el downtown al Estado de Florida para construir ahí la biblioteca presidencial de Trump.
La alcaldesa electa representó por siete años al Distrito 5 de la Comisión de Miami-Dade, que incluye vecindarios de Miami con una alta densidad de hispanos como La Pequeña Habana, Shenandoah y la zona del río cerca del downtown. Es graduada de la Universidad de Nuevo México y de Cornell, y ha trabajado como ingeniera y ejecutiva de mercadeo.
La política local de Miami ha estado plagada de escándalos de corrupción y a menudo ha sido descrita como una dinastía, porque muchas personas de las mismas familias han ocupado cargos públicos similares durante años. Por ejemplo, el alcalde saliente, Francis Suárez, es el hijo de Xavier Suárez, quien fue alcalde en los ochenta y noventa, y se postuló otra vez este año.
En la contienda participaron 13 candidatos. En la primera vuelta, Higgins lideró con el 36% de los votos, seguida de González, que obtuvo el 19. La participación en las urnas fue de un 21%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma












































