Ir al contenido
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La historia sin fin

Los señores de la guerra no sangran: mandan a sangrar a otros

Donald Trump y Benjamín Netanyahu
Leila Guerriero

En Los monstruos de Einstein, Martin Amis escribió: “¿Cuál es la única provocación que puede disparar el uso de armas nucleares? Las armas nucleares. ¿Cuál es el blanco principal de las armas nucleares? Las armas nucleares. ¿Cuál es la única defensa establecida contra las armas nucleares? Las armas nucleares. ¿Cómo prevenir el uso de armas nucleares? Amenazando con usar armas nucleares. Y así no podemos sacarnos de encima las armas nucleares por culpa de las armas nucleares”. La escritora Rita Dove dijo que “La mala poesía confesional (...) exclama: ‘¡Oh, miren toda esta sangre!’. Pero yo pienso: ‘A nadie le interesa tu sangre, haceme sangrar mientras te leo’”. Joseph Heller, excombatiente de la Segunda Guerra, hace sangrar con su novela Trampa 22, una parodia rabiosa del conflicto. Escribe: “¿Qué es un país, al fin y al cabo? Un trozo de tierra rodeado por todas partes de fronteras, por lo general antinaturales. Los ingleses mueren por Inglaterra, los americanos por América, los alemanes por Alemania, los rusos por Rusia. Hay unos 50 o 60 países luchando en esta guerra. No es posible que merezca la pena vivir por todos ellos”. Los señores de la guerra no sangran: mandan a sangrar a otros. Su caligrafía tiene la forma de aviones de 2.100 millones de dólares con los buches atragantados de bombas de 13.000 kilos; de 55.000 personas asesinadas y decenas de niños muertos por inanición. Es un arte de matones. Escriben libros con restos humeantes de carne humana. W. S. Merwin tiene un poema: “Cuando acabe la guerra /por supuesto estaremos orgullosos el aire / finalmente se podrá respirar / el agua hará mejores los salmones / y el silencio del cielo va a migrar con mayor perfección / los muertos pensarán que los vivos valieron el esfuerzo y nosotros / sabremos quiénes somos/ y todos volveremos a enrolarnos”. La historia sin fin: la lujuria del poder y de la muerte. Ha contribuido a escribirla el voto de ciudadanos probos, enrolados en los castos brazos de sus democracias. Antes, ahora, después.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_