Patxi Aldecoa, el valor del euroentusiasmo
El presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo incide en la tesis de que el segundo mandato de Trump es una oportunidad para la UE


Están los euroindiferentes, no muchos, se enteran poco. Están los nacionalistas euroescépticos, la mayoría se fue con el Reino Unido y lo purga. Luego, los nacionalistas ultrafachas o eurohostiles. Ya derrotados en su intento de desmochar a la Unión Europea, ahora la erosionan desde dentro. Todos estos son bastantes, pues la vida se complicó, pero constituyen solo una minoría.
Gente más normal son los eurodubitativos, atraídos por la idea (y logros) de una Europa unida, pero que no están seguros de que avance a buen ritmo. O la amplia familia de los europeístas, que apuestan a fondo por el proyecto federal, pero que son frecuentes víctimas de la decepción irritada provocada por los retrasos, los incumplimientos, la ambición a cuentagotas.
Y en su avanzadilla, la minoría de euroentusiastas: su voluntad efervescente les conduce a considerar el ángulo positivo del conflicto, a buscar solución a la parálisis, la palanca para romper nudos gordianos. Gentes como el soñador Altiero Spinelli o el arquitecto social Jean Monnet. Hay pocos en cada país y generación. En España destaca un genuino seguidor de esos nombres: Francisco (Patxi) Aldecoa, catedrático de Relaciones Internacionales, presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y autor y promotor de decenas de libros sobre los avatares europeos.
Es de actualidad no por esa trayectoria (cuando envejezca ya le homenajearán quienes le tachan de utópico), sino porque acaba de publicar un esperanzador pequeño libro de rampante actualidad y enorme utilidad europeísta: La oportunidad de Europa frente a Trump (Catarata). Aunque podamos formular muchos matices y peros a sus propuestas y conclusiones, ya era hora de que la contundencia cayera del lado de las buenas causas.
Su tesis no es inédita. La roturaron el Financial Times y aquí, el presidente del Consejo Económico y Social, Antón Costas, otro eficaz profeta, pero a la gallega. Estriba en que el segundo mandato de Donald Trump (aún más que el primero) abre al Viejo Continente una singular ventana de oportunidad: puede “llevar a que el liderazgo de EE UU sea reemplazado, progresivamente y por primera vez, por un liderazgo europeo” al timón del mundo liberal, multilateral, democrático y organizado en reglas que los norteamericanos encabezaron durante un siglo.
En síntesis telegráfica. EE UU se está “quedando solo”. La UE logra una “nueva amalgama” con vecinos y otros socios, destacadamente el Reino Unido y en ciernes, Latinoamérica. La derechización existe, pero la matizan la gran coalición de Alemania y la dinámica de la Comisión. Olvidamos el peso creciente del liderazgo de las mujeres: ocupan “cinco de los seis principales cargos” político-económicos de la UE. La política exterior y de defensa avanzan a pasos agigantados. Es falso que la ayuda a Ucrania “no haya servido para nada”... Es “la hora de Europa”.
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